‘Con la magia en los zapatos’: nueva mediocridad de Adam Sandler

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Cartel de 'Con la magia en los zapatos'. / eOne Films

El éxito de un artista mediocre no se perpetúa durante los años sin la mediocridad del público, igual que el éxito continuado de un pésimo cómico es culpa de un pésimo público. Como si en España andásemos necesitados de cómicos y comedias de tercera, vuelve a nuestros cines el cargante Adam Sandler, nefasto bufón que lleva casi un cuarto de siglo dando el coñazo con sus patéticas interpretaciones y sus lamentables guiones. ¿No tenemos en España la suficiente dosis de comedietas infames como para, encima, tener que consumir este tipo de subproductos norteamericanos en nuestras salas? Parece que no.

Sandler, obseso del trabajo y del dinero (tiene una fortuna estimada en más de 50 millones de dólares) puede llegar a trabajar en cinco producciones en un mismo año y es, sin lugar a dudas, uno de los peores cómicos que ha dado Hollywood en décadas. Como ocurre con tantos de su generación, su origen es televisivo. Sandler formó parte del equipo de la cuarta era (principios de los noventa) del mítico programa Saturday Night Live, en el que triunfó con sus personajes Opera Man y Canteen Boy y coincidió con otros comediantes tan mediocres como él. Es el caso de Mike Myers, Rob Schneider, David Spade o el orondo e insufrible Chris Farley, muerto en el 97 por una sobredosis de coca y morfina. Todos gozaron de su correspondiente carrera de taquilleros bodrios.

De esta etapa televisiva son conocidas las enormes presiones de Sandler a su compañera de trabajo Janeane Garofalo, a la que gritaba entre bastidores por los comentarios negativos que hacía a su patética forma de hacer reír. El resultado es que Garofalo, que finalmente se dio a conocer en todo el mundo gracias a Reality Bites, acabó hundida en una severa depresión y abandonando el programa.

El tremendo daño que toda esta generación televisiva de Sandler ha hecho al cine no es culpa, claro está, del espacio Saturday Night Live, sino de la decadencia del oficio y de una paupérrima cantera de cómicos. También del propio público, que aupó este tipo de “humor”. Atrás quedaban los imborrables trabajos de grandes artistas del programa como Dan Aykroyd, John Belushi, Bill Murray, Elliott Gould, Gilda Radner o Jane Curtin.

Sandler vuelve a nuestros cines tras una larga ristra de bazofias cinematográficas, entre las que destacan El chico ideal, Un papá genial, Little Nicky, 50 primeras citas, Spanglish, Os declaro marido y marido, Click, Zohan: licencia para peinar, Jack y su gemela (en la que intervino el pobre Al Pacino, seducido por un sustancioso cheque) o Desmadre de padre. Jamás entenderé lo que vieron los modernos en Embriagado de amor, de Paul Thomas Anderson.

¿Y cómo vuelve Sandler? Pues con otra parábola idiota impregnada de empalagoso realismo mágico. En Con la magia en los zapatos (así de bien ha traducido la distribuidora su título original, que es The Cobbler, El zapatero) Sandler es un arreglador de zapatos que un día descubre que al ponerse los zapatos de sus clientes (y todo gracias a una mágica máquina de coser) puede transformarse en ellos. A partir de ese momento, la película juega, de forma chapucera, torpe y pueril, al enredo. El guión (un auténtico horror del Thomas McCarthy, que también dirige, y Paul Sado) es un cúmulo de estupideces, una detrás de otra. Aunque eso no es lo peor; encima la película tiene mensaje. Contra la especulación inmobiliaria, nada menos.

Lo más triste de ver Con la magia en los zapatos no es su humor previsible, blando e infantil. Tampoco la constante sensación de estar perdiendo el tiempo. Lo peor es encontrarse en su reparto a actores de la talla de Ellen Barkin o Dustin Hoffman. Los dos pasan por caja, los dos ponen el piloto automático. Supongo que por otro sustancioso cheque. Hay que comer. O pagar la limpieza de la piscina. A saber. No incluyo a Steve Buscemi entre los mercenarios porque es íntimo de Sandlder y ha trabajado en diez películas con él.

Supongo que esta cosa tendrá decentes resultados de taquilla y que unos cuantos miles de espectadores pagarán por otra “peli de risas”. Intuyo que hasta se reirán con ella y será nominada a los People´s Choice. Gracias a todos ellos, Sandler seguirá visitando nuestras salas. Su próximo engendro se llama Pixels y se estrena el 24 de julio. Y va a arrasar. Felicidades.

cineytele.com (YouTube)
2 Comments
  1. nick says

    para mi es uno de los mejores por no decir pocos de los comediantes que ha dado hollywood en tu forma de escribir no se nota mas que una simple envidia acaso eres un comediante fracasado? las peliculas de el son excelentes

  2. John Howard says

    El verdadero deporte nacional español es señalar la envidia como motivo principal. Ya hay que ser cenutrio para sugerir que alguien pueda tener envidia de un mediocre como Adam Sandler.

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