Solo dos de cada diez agresiones homófobas se denuncian a la Policía

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Chueca
Miles de personas se concentraron en el barrio madrileño de Chueca para escuchar el pregón de las Fiestas del Orgullo de este año. / Efe

Durante las últimas semanas han saltado a la luz pública varias agresiones a diferentes personas por su condición sexual. La última ocurrió el pasado lunes en la Feria de Almería. Dos días antes, el sábado, tuvo lugar otra en el centro de Madrid. Poco tiempo antes se conoció otra más en Alcalá de Henares. Son sólo tres ejemplos en muy pocos días pero con varios denominadores comunes: el odio de los agresores a lo diferente y la denuncia pública. Lo segundo no siempre ocurre, según explican diferentes colectivos LGTBI y de lucha contra la intolerancia a cuartopoder.es. Muy pocas agresiones se denuncian policialmente, dos de cada 10 aproximadamente según datos de la Federación LGTB (FELGTB). Entre las medidas propuestas por las asociaciones consultadas para atajar el problema se encuentra que las víctimas denuncien. Además, también ponen el foco sobre la formación policial, ya que consideran que no se está aplicando correctamente. Y por supuesto en el factor preventivo que debe comenzar desde la escuela infantil con una educación en valores y respeto por la igualdad.

“Ha sido un verano de muchas agresiones que nos ha encendido todas las alarmas”, explica Jesús Generelo, presidente de la FELGTB. Destaca que la organización es consciente de que estas agresiones se producen con cierta frecuencia pero que el hecho de que la sociedad descubra esta violencia con casos como los que han salido a la luz es la parte positiva del asunto. “En general es difícil conseguir que las víctimas se animen a denunciar”, afirma por su parte Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. Para este activista es importante denunciar para acabar con la impunidad ya que si ésta existe al final lo que acaba es estimulando este tipo de agresiones.

La asociación madrileña Arcopoli, de las Universidades Complutense y Politécnica, ha sido la encargada de denunciar públicamente varias de las últimas agresiones. “Muchas de las víctimas que vienen te dicen que lo cuentan a título informativo pero que no quieren que salga en medios ni van a ir a la Policía. Una de nuestra principales reivindicaciones es que desde las instituciones se hagan campañas para potenciar la denuncia de este tipo de casos. Porque hasta no conocer la magnitud del problema al que nos enfrentamos no se podrá atacar desde todos los ámbitos”, comenta Yago Blando, presidente de este colectivo.

Se plantean varias razones para no realizar las denuncias. Para Blando, una de ellas es la “revictimización”. “Plantarse delante de un policía y decir que me han pegado por ser gay, transexual o lesbiana es algo duro y hace que te sientas de nuevo atacado. Muchos de ellos nos dicen que quieren pasar página lo antes posible y consideran que no repetir la historia es un primer paso”, explica. Generelo señala también las dificultades personales que se puede encontrar gente que aún no ha revelado públicamente su condición sexual. Para ello, la federación ofrece sus servicios de acompañamiento y apoyo para víctimas.

La reacción o actitudes que pueda tener la policía es otro factor a tener en cuenta según coinciden las fuentes consultadas. Así lo resalta también Beatriz Gimeno, reconocida activista LGTB y actual diputada de Podemos en la Comunidad de Madrid. “Yo conozco a gente que no ha recibido el apoyo necesario por parte de la policía, actuando con cierta condescendencia, o de no darle importancia”, afirma. “No saben qué actitud se van a encontrar y por tanto piensan que ir a denunciar no va a servir”, resalta Blando.

Generelo
Jesús Generelo, presidente de la FELTGB, en una entrevista reciente con cuartopoder.es. / SATO DÍAZ

“Hay que potenciar la formación de los agentes de seguridad porque hay gente que denuncia y no tiene un buen trato por su parte”, añade Mireia Biosca, co-coordinadora del Área de Libertad de Expresión Afectivo Sexual (ALEAS) de IU. Aumentar o aplicar realmente una formación policial específica es una reclamación común. Gimeno denuncia que los protocolos de formación para la policía local y nacional no se están aplicando. “El miércoles tuve una reunión con policías y todo el asunto de delitos de odio que viene en la ley autonómica no se está aplicando. No están recibiendo ninguna información sobre cómo tratar este tipo de delitos”, señala la diputada.

Ibarra destaca que muchas veces las agresiones que se están produciendo son reflejadas simplemente como situaciones de violencia urbana. “Esto refleja un déficit. Si no se reflejan en los atestados policiales el tipo de agresión luego puede que no llegue a la Fiscalía de Delitos de Odio y por lo tanto no sean abordadas con el rigor y la profundidad que merece”, explica. Generelo desea que la formación esté bien estructurada y la extiende también al ámbito judicial. “Debe ser algo que no dependa de la buena voluntad de un policía concreto que quiera hacerlo. Los jueces tienen que saber que es un delito de odio y no una simple agresión en un bar de copas”.

Prevención desde la escuela

A largo plazo todas las fuentes coinciden en la especial relevancia de la educación. Según sus datos cada vez hay más agresores jóvenes. “Se ha recortado en educación. Se quitó Educación para la Ciudadanía que era un paso respecto a lo que teníamos antes. A día de hoy tenemos una educación que no está educando en libertad ni en favor de la diversidad”, opina Biosca. La polémica asignatura retirada por el PP también es recordada por la diputada de Podemos pese a que era muy “light”. Considera que la cuestión educativa es un tabú para el PP. “No quieren ningún tipo de educación en valores como ya demostraron con Educación para la Ciudadanía. Asumen algunas medidas pero es tabú educar en valores de igualdad, democráticos y no violencia. Es tabú para la derecha en este país y en otros. Si no se explica bien a los jóvenes desde niños, si no se les educa en la no discriminación o no violencia, en lo que significa el respeto y la convivencia con personas LGTB, por mucha policía que pongas no se va a solucionar”, señala.

Precisamente desde la cámara autonómica Gimeno adelanta que su partido insistirá. Preguntará el próximo día 10 en el Pleno a la presidenta Cristina Cifuentes sobre qué medidas preventivas se piensan tomar para atajar estas agresiones. Biosca reclama más acciones en la calle para visibilizar la problemática. Además, la representante de IU alerta por su parte sobre que las agresiones son sólo la “punta del iceberg” y pone encima de la mesa las consecuencias de las políticas de austeridad hacia estos colectivos.

Otras reclamaciones se basan en cambios en la legislación. Generelo insiste en la petición transmitida durante el Día del Orgullo de este año. “Una Ley por la Igualdad y contra la discriminación por identidad de género no sólo es necesaria sino muy urgente” apunta. Biosca destaca las leyes de igualdad existentes en Extremadura y Cataluña y reclama una a nivel estatal. Ibarra abre más el abanico y recuerda su petición: una ley integral contra los delitos de odio. “Se debe crear una figura gubernativa para abordar esta lucha al igual que existe con la violencia de género”, apunta. Y pide que no se olvide el “sufrimiento” y la “soledad” de las víctimas. Según el Informe sobre Delitos de Odio 2014 realizado por el Ministerio del Interior, se produjeron el año pasado 513 agresiones por cuestiones de identidad sexual.

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