El marianismo cree que Aguirre maniobra para salvarse y “mover la silla” a Rajoy

Actualización de las 18.30 horas con la última propuesta de la candidata del PP a la alcaldía de Madrid.

La presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, actuó "por su cuenta y riesgo", según fuentes de la dirección nacional del PP, cuando ofreció ayer tarde un pacto al PSOE y a Ciudadanos, con el fin de evitar que el partido instrumental Ahora Madrid consiga el gobierno en el Ayuntamiento y su cabeza de lista, Manuela Carmena, se convierta en la alcaldesa de la capital de España. En el entorno del líder del PP, Mariano Rajoy, el nuevo movimiento táctico de Aguirre, unido a su anuncio de que está dispuesta a "refundar el PP de Madrid", ha inquietado a la dirección popular.

[Esta misma mañana, tras el encuentro que ha mantenido en la sede del PP con la candidata de Ciudadanos a la alcaldía, Begoña Villacís, Aguirre ha llegado a proponer un gobierno de concentración para el ayuntamiento de la capital en el que también estaría incluido Ahora Madrid.]

Uno de los dirigentes nacionales, fiel a Rajoy, señala: "Creímos que, con los resultados electorales obtenidos por Aguirre, ésta había quedado desactivada para liderar cualquier movimiento dentro del PP, pero parece que es incombustible". Desde el entorno de Rajoy creían que, la única persona capaz de organizarle una crisis dentro del PP a Mariano Rajoy en caso de que se obtuvieran unos malos resultados en las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo, era Esperanza Aguirre, pero que, dado su "decepcionante resultado" y su "error estratégico", en palabras de un miembro del entorno de Rajoy, ese "peligro" había quedado desactivado. Hoy, tras el anuncio de Aguirre, este dirigente popular admitía que "hay que reconocerle a Esperanza Aguirre su capacidad de reacción, de improvisación ... ¡y de enredar!". Este y otros dirigentes populares admitían, asismismo, su desconfianza hacia Aguirre y sus sospechas de que este nuevo movimiento de la presidenta del PP tiene por objeto "mover la silla de Rajoy".

Sin embargo, bajo la silla del líder del PP se ha registrado un auténtico seísmo. Y han sido otros barones, poco dados al enfrentamiento y el conflicto, quienes se han encargado de provocarlo a golpe de anuncios y renuncias. Varios de los barones del PP, que saben que no van a poder formar gobierno, porque no han logrado ni la mayoría absoluta, ni los escaños suficientes para gobernar mediante un pacto de legislatura con la formación política de Albert Rivera, Ciudadanos, han decidido empezar la renovación que el lunes no quiso impulsar Rajoy, desde sus respectivos territorios y aplicándosela en primera persona. El todavía presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, lo anunciaba ayer mismo ante sus órganos regionales del partido, al tiempo que argumentaba que no podía seguir al frente del PP valenciano, porque su formación necesita ser "reseteada". Junto a Fabra, la líder del PP de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, prepara sus maletas también, si bien ésta tenía claro antes de la campaña que estos iban a ser sus cuatro últimos años en la primera línea de la política. Desde Baleares, el líder popular y todavía presidente autonómico, José Ramón Bauzá, anunciaba la celebración de un Congreso extraordinario, a la vuelta del verano, en el que él mismo abandonaría la presidencia del partido. Por su parte, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, prepara también su salida. Evitará quedarse en la oposición y se marchará como el resto, aunque, según fuentes cercanas a Herrera, éste se va dolido con el gobierno de Mariano Rajoy, al que, en buena medida, responsabiliza en círculos privados, de la no consecución de la mayoría absoluta, por su negativa a tomar un mínimo interés en las reivindicaciones de las zonas mineras de León.

Mientras Esperanza Aguirre trata de aferrarse a la primera línea política, los barones populares que se disponen a perder sus respectivos gobiernos se van. Dan un paso atrás, el mismo que Rajoy insiste en que no va a dar, convencido como está de que lo peor que puede hacer es abrir una crisis en el PP a poco más de seis meses de las elecciones. Pero, con o sin convicciones, a Rajoy le han abierto una crisis sus barones.