Ofensiva de Rajoy y Aznar en defensa del TTIP que se negocia con EEUU

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Rajoy y Aznar se saludan al comienzo de una de las conferencias del Campus FAES 2014. / fundacionfaes.org

FAES, la Fundación de Aznar, y la parte más neoliberal del PP, incluyendo al Gobierno de Rajoy, creen que el tratado de libre comercio con Estados Unidos que se negocia en Bruselas corre peligro porque, sin el apoyo de los socialistas europeos y con la presión en la calle que podría originarse en cada país por parte de la izquierda y de grupos antisistema podría no aprobarse finalmente el TTIP.

Eso, al menos, es lo que dirigentes del PP y cargos del Gobierno han puesto en evidencia a lo largo del Campus FAES 2014 que acaban de clausurar Rajoy y Aznar. Tanto uno como otro se han decantado a favor de la actual redacción del tratado que se negocia en Bruselas. Pero, en todo caso, e independientemente de lo que pueda ocurrir en el Parlamento Europeo, Rajoy mantendrá en España su 'agenda reformista': se avecinan nuevos recortes sociales y laborales al estilo de lo que negocian los norteamericanos en Bruselas con el TTIP.

De hecho, Rajoy, en la clausura del Campus FAES 2014 en Guadarrama, este sábado pasado, ha amenazado con profundizar en su reforma económica y laboral sobre las mismas bases que se negocian en Bruselas, incluyendo privatizaciones -como AENA- y liberalizaciones -como en el sector de los hidrocarburos o de los pasajeros por vía marítima-. Es decir, en la línea que quiere establecer el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, en inglés: Transatlantic Trade and Investment Partnership), el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea cuyos puntos más controvertidos analizó hace unos días cuartopoder.es.

En la defensa de la filosofía de ese tratado, que quiere acabar con la autonomía económica de los países europeos -a favor de los grandes grupos corporativos- y con el Estado de Bienestar y que ya ha originado una oleada de protestas en toda Europa, se han unido decididamente tanto el Gobierno y el Partido Popular presididos por Rajoy como la FAES de Aznar, en funciones similares al lobby. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que tiene competencias en esta materia y actúa como punta de lanza del Gobierno de Rajoy, ha afirmado incluso que el TTIP es “un paso en la dirección correcta” y que “la capacidad de acceder a la cuenca atlántica de manera privilegiada es algo que España no puede desaprovechar”.

Esta defensa del Gobierno español para con el Tratado que están negociado en secreto el Comité de Política Comercial del Consejo Europeo y el Departamento de Comercio de Estados Unidos se ha materializado explícitamente en las conclusiones en materia de política atlántica a las que ha llegado el Campus FAES 2014. La FAES parece haberse constituido en la mayor defensa en España de los intereses norteamericanos en el TTIP y en ese Campus se ha llegado a sugerir, incluso, que el Grupo Popular Europeo debe luchar decididamente por este tratado, sobre todo porque la nueva composición del Europarlamento será menos favorable al acuerdo. Es decir, que se teme la reacción del Grupo Socialista Europeo, que podría oponerse con todas sus consecuencias, pero también de las fisuras que podrían originarse en los diferentes grupos que conforman la mayoría conservadora en la Eurocámara. Y, desde luego, se teme a la reacción en la calle que podrían desatar grupos antisistema.

Es curioso, pero en la defensa de este tratado que se negocia en secreto en Bruselas, FAES ha usado al expresidente chileno, Sebastián Piñera, para que, como voz 'autorizada' de Sudamérica pidiera en una intervención en el Campus de verano de esta Fundación que el gobierno de Rajoy asuma un rol destacado "para que el acuerdo incluya a Latinoamérica”, porque "el renacimiento de la cuenca del Atlántico y la creación de un área de libre comercio es de especial importancia para Europa, Estados Unidos y el mundo entero”, según él y la FAES.

Dicho lo anterior, el PP ha alertado de las dificultades para alcanzar el acuerdo por cuestiones como el miedo social a la bajada de estándares de calidad, la excepción cultural francesa o la gestión de la bonanza energética que vive Estados Unidos, lo cual deberá combatirse con un 'bombardeo informativo' -dicen los populares- a favor del tratado.

Por ello, tanto en FAES como en los sectores del PP y del Gobierno más conectados con el espíritu atlantista de Aznar se quiere utilizar la posible influencia del Gobierno de Rajoy para acelerar las negociaciones del TTIP, dado que, si hubiera mucha demora, daría tiempo a que se fueran imponiendo lo que ellos denominan 'intereses particulares' de grupos contrarios a ese acuerdo, y se llegara a perder el norte de lo que consideran el objetivo global: abrir el comercio. Y creen en el PP que esa apertura trasatlántica se debe realizar a toda costa; incluso con la pérdida de autonomía económica de los países o el recorte del Estado de Bienestar, que es lo que refleja el TTIP en su actual redacción.

El que FAES y PP hayan utilizado sobre todo a Piñera para la defensa del TTIP tiene su explicación: Chile fue uno de los pioneros en el discurso librecambista cuando en América Latina se apostaba por todo lo contrario, y dio impulso a la Alianza del Pacífico y al Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico, acuerdos que han obligado a otros a mover ficha. Lo que se quiere conseguir, por tanto, desde estos núcleos españoles es que el tratado vaya incluso más allá y dé opción para una entrada en el futuro de Sudamérica.

El propio José María Aznar le ha dicho a Mariano Rajoy que el acuerdo de libre comercio UE-EEUU es de grandísima importancia comercial y estratégica. Incluso, Aznar se ha puesto en pie de guerra y desde hace unas fechas está aireando por toda Europa el documento Una nueva comunidad atlántica: generar crecimiento, desarrollo humano y seguridad en el hemisferio atlántico, elaborado por la Atlantic Basin Initiative que Aznar preside y que puso en marcha en el Center for Transatlantic Relations de la Johns Hopkins University, de la cual es distinguished fellow. El documento pide redefinir una nueva comunidad atlántica, que incluya a América del Sur y Centroamérica -lo mismo que ha pedido Piñera- y los países atlánticos de África.

FAES y PP han hecho suya la definición de Aznar sobre el TTIP: "La más importante iniciativa que tiene la UE sobre la mesa, por no decir la única, y de grandísima importancia en términos comerciales y transcendencia en términos estratégicos y políticos”. De hecho, en el libro blanco que Aznar ya ha presentado en Washington y Bruselas, anima a construir una comunidad atlántica que defienda el comercio y la inversión libres y abiertos; promueva el acceso a una energía asequible; acelere el desarrollo humano; fomente la cooperación económica, educativa y técnica; mejore la seguridad; facilite un entorno favorable para los negocios; genere crecimiento y un desarrollo sostenible e integrador; y trabaje por una cultura de legalidad. Justamente lo mismo que figura en el TTIP.

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