Nueva página llena de esperanza en la historia griega

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Babis Kokosis *

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Tsipras, anoche, durante su discurso ante miles de seguidores en la plaza de la Universidad de Atenas. / M. Kapeller (Efe)

ATENAS.– Ya se vislumbraba hace tiempo que algo tenía que cambiar en Grecia. Después de cinco años de recortes y austeridad, que han llevado al país al borde de la crisis humanitaria, el futuro no podría ser más recortes y más austeridad. Y esta habría sido la receta a aplicar por el partido conservador de la Nueva Democracia (ND) si hubiera ganado las elecciones celebradas ayer en el país heleno. Recortes de pensiones, incrementos de impuestos indirectos y una serie de medidas más, destinadas a golpear aún más una sociedad ya desgastada. No es casual que la ND ha dedicado muy poco tiempo de su campaña electoral a presentar su programa para la próxima legislatura. Principalmente, ha enfocado en diseminar el miedo entre la ciudadanía sobre el programa del opositor Syriza, con fuertes tintes de discurso nacionalista, para conseguir el objetivo de quitar votos de la extrema derecha.

Grecia ya ha pasado página. Por primera vez en la posguerra un partido de la izquierda no sólo gana en las elecciones, sino también con una diferencia holgada de más de ocho puntos de diferencia. Con la totalidad prácticamente de los votos escrutados, Syriza obtiene el 36,3% de las preferencias del electorado frente el 27,8% de la ND. “Se ha derrotado la Grecia de la élites, de las oligarquías y de la desviación democrática”, resaltó el presidente de Syriza, Alexis Tsipras, ante un público multitudinario que se reunió en la plaza de la Universidad de Atenas para festejar la histórica victoria. “La sentencia del pueblo griego cierra definitivamente el círculo vicioso de la austeridad y suspende los memorándum, convirtiendo a la troika en pasado para nuestro marco europeo común”, añadió el joven líder de la formación izquierdista, quien no ha dejado al margen la dimensión europea de su política, diciendo que “esta victoria es también la victoria de todos los pueblos europeos contra la austeridad que destruye nuestro futuro común”.

Por su lado, el primer ministro saliente, Andonis Samarás, ha defendido hasta el último minuto su gestión y la forma que adoptó su campaña preelectoral. “Estamos entregando un país sin déficits y estable”, sostuvo en una comparecencia ante la prensa, en la que reconoció la derrota de su partido. Una eliminación del déficit producido más bien por la deflación que por el incremento de los ingresos. Y una estabilidad, en varias ocasiones fruto de métodos autoritarios, no propios de una democracia.

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Resultados oficiales de las elecciones griegas, con asignación de escaños, escrutado el 99,9% de los votos. / ekloges2015.dolnet.gr

La esperanza ya viene representada con mayoría en la Congreso griego. Pero no ha completado su triunfo, ya que a Syriza le faltó poco a conseguir la mayoría absoluta. En una Cámara de 300 escaños, obtiene 149. Así que tendrá que recurrir a alianzas menores o mayores para conseguir formar un gobierno. De los cinco partidos más que entran en el Parlamento, ya que han superado el umbral del 3%, el Partido Comunista (KKE), que ha obtenido el 5,5% de los votos, parecería el aliado natural en un gobierno de izquierdas. Sin embargo, el partido de la ortodoxia comunista, que aboga por la salida de la zona euro y de la UE, rechaza tajantemente esta perspectiva.

Los dos partidos de la centroizquierda que gozarán de representación en el nuevo Congreso, El Río y el PASOK, han recorrido caminos totalmente opuestos. Por un lado, El Río consigue el apoyo del 6% del sufragio con apenas 10 meses de existencia, por lo que se convierte en uno de los factores parlamentarios más dinámicos. Por otro lado, el PASOK ha sufrido otro grave revés, alcanzando el 4,7%, confirmando la caída en picado de la agrupación socialdemócrata tradicional de Grecia. Ambos partidos en reiteradas ocasiones en el pasado han tachado de populista el programa y el discurso de Syriza, pero en la recta final hacia las urnas han moderado ambos su postura, dejando abierta la posibilidad de, al menos, una postura de tolerancia en el futuro inmediato, si no de una cooperación más amplia.

Una especial mención requeriría el partido de los Griegos Independientes (ANEL), de corte nacionalista, que sin embargo en varias ocasiones ha coincidido con Syriza en denunciar las políticas de austeridad y las agresiones contra la soberanía nacional. Los ANEL, con el 4,8% de los votos, figuran en estos momentos como el aliado más posible de Tsipras, haciendo prevalecer la emergencia económica que atraviesa el país, a pesar de las diferencias abismales entre las dos formaciones en cuestiones ideológicas.

Finalmente, dispondrá también de representación parlamentaria el partido neonazi de Aurora Dorada (AD) y además como tercera fuerza más votada, con un 6,3%. A pesar de sufrir un ligero descenso respecto a los comicios de 2012, AD parece que consolida una fuerte base electoral, que incluso podría polarizar aún más la vida política griega. Todo un reto para un gobierno de izquierdas si quiere demostrar que el desmantelamiento del tejido social que sufre el país no es obra de los inmigrantes u otras minorías, sino de otros factores más potentes.

En definitiva, un nuevo capítulo abre en estos momentos en la historia moderna de Grecia, que se perfila lleno de esperanza, ya que los protagonistas de este cambio han conseguido convencer a la ciudadanía que las necesidades de la sociedad prevalecerán sobre las exigencias de los mercados. El primer paso se ha dado. Ahora falta verlo en la práctica.

(*) Babis Kokosis es periodista.

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