Barranco se va y pasa de Tomás

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Nino Olmeda *

Juan Barranco durante el último homenaje del PSOE a Enrique Tierno Galván. / Flickr PSOE
Juan Barranco durante el último homenaje del PSOE a Enrique Tierno Galván. / Flickr PSOE

Sustituyó a Enrique Tierno Galván al frente de la Alcaldía de Madrid cuando en 1986 falleció el Viejo Profesor, un hombre culto y socialista pero poco amante de los patriotas de partido que aman las siglas más que las ideas. Juan Barranco, que ha sido de todo en política (concejal, senador y miembro del Congreso de los Diputados y del Parlamento autonómico), ha decidido cortar por la sano y renunciar a todos sus cargos: presidente del PSM y vicepresidente de la Asamblea regional.

Cuando la marca del PSOE en Madrid era la FSM, Barranco fue una de las patas de la ‘mesa camilla’ que dirigió durante años la organización. Dicen que el expresidente Joaquín Leguina, Barranco y Pepe Acosta, entonces presidente de la FSM, decidían todo. Nada se movía sin su consentimiento y nadie pillaba cacho sin el consentimiento de este trío.

Pasados los años, Barranco intentaba ahora digerir lo que los nuevos líderes del PSOE y del PSM preparan para el futuro inmediato. Quizá algo se le atragantó y decidió escupir lo que le impedía respirar y le quemaba la tráquea. Lo hizo en el aniversario de la muerte de Tierno Galván, al que rindió homenaje en silencio y respeto con su decisión de abandonar la política cuando sólo quedan unos meses para la celebración de las elecciones de mayo.

En el cementerio, delante de la tumba de Tierno, sintió que había acertado en su decisión. Sin casi tiempo de abandonar la Presidencia del PSM, el secretario general de su partido, Tomás Gómez, anunció que Pedro Zerolo será su sucesor, haciendo bueno el dicho de ‘el muerto, al hoyo y el vivo, al bollo’. Decidió por toda la organización y olvidó que cuando se abandona la liturgia se cae en la irreverencia.

Barranco decidió irse y pasar de Tomás Gómez, al que sacó de Parla su entones amigo Juanito para impulsar su nombre como futuro líder del socialismo madrileño, que en aquellos tiempo estaba como hoy enfrentado por ‘señores de la guerra’ que sólo sacan su armas para arrasar al competidor interno.

Dicen que Gómez siempre contó con el respaldo de Barranco cada vez que sus contradicciones a la hora de defender una posición y la contraria y su búsqueda de alianzas en Ferraz para deshacer entuertos provocaban confusión entre sus seguidores más cercanos en el PSM. Pero todo tiene un límite.

Barranco no dijo nada delante de la tumba de Tierno Galván pero sus ojos enseñaban que su martirimonio –un matrimonio mal avenido y de conveniencia- había saltado por los aires en el cementerio madrileño y que como en las mejores películas de engaños y desenfrenos, Tomás cambio de pareja en el mismo acto de la muerte política del que fuera alcalde de Madrid y aprendiz destacado del Viejo Profesor, que habría repetido eso de ‘al loro y a colocarse’ al ver como su alumno aventajado era ninguneado por aquel que sin esperar, delante del cadáver de su pareja de baile político, coge del brazo a Pedro Zerolo y lo presenta públicamente como nuevo presidente del PSM.

Después  de  ser el representante sindical más joven de España y de militar decenas de años y ocupar cargos sin parar, Barranco se despide con el homenaje de la indiferencia y el olvido de los que agradecen su complicidad con una imagen de celos y chulería de telenovela venezolana.

(*) Nino Olmeda es periodista.
1 Comment
  1. chinorrin says

    Tomás Gomez, siempre ha sido lo que ahora es, un «trepa» con «mal fario»
    y peor destino, a los que le auparon, además de dejarles con «el culo al aire» los terminó traicionando, y los que hoy le apoyan, se irán todos juntos a la puñetera mierda, por su ceguera política, anulada por su afán crématistico

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