Así vivió una familia española las horas de tensión que siguieron al tiroteo

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Emma Pérez-Romera *

Un padre sostiene la foto de su hijo fallecido ayer en el suceso del Centro Comercial Olympia en Múnich. / Karl-Josef Hildenbrand (Efe)
Un padre sostiene la foto de su hijo fallecido ayer en el suceso del Centro Comercial Olympia en Múnich. / Karl-Josef Hildenbrand (Efe)

Amanece en casa de Luis y Maite. Es sábado y hoy no se trabaja. Los niños se levantan temprano, es lo que tiene vivir en Múnich, horario alemán para una familia española, incluso en vacaciones. Pero hoy no es un sábado cualquiera. Hoy Múnich amanece con 10 muertos y 21 heridos que ayer no estaban y la policía de varios estados alemanes, también la experta en terrorismo, desplegada por sus calles para investigar las causas del suceso que ayer cortó la respiración a la hija mayor de Luis y a muchas familias de Europa.

Elena (llamémosla con este nombre ficticio pues es menor de edad) y su pandilla de amigos y amigas de la Realschule donde estudian, chicos y chicas de 14 años de edad y de aproximadamente 14 nacionalidades diferentes entre turcos, kurdos, croatas, serbios, asiáticos, latinos y alemanes, quedaron para salir por la tarde a dar una vuelta. Ella decidió no ir y permaneció en casa. El lugar de la quedada, el Centro Comercial Olympia (más conocido por sus siglas alemanas OEZ, Olympia-Einkaufszentrum). Hoy Elena amanece con la noticia de que uno de los fallecidos es amigo de uno de sus compañeros de clase. Está en shock.

"Elena,  de 14 años, está en shock tras enterarse de la muerte de un conocido."

Maite, la madre, salía ayer por la tarde de trabajar, de una clínica al norte de la ciudad. Para llegar a la casa familiar, al sur y aproximadamente a 8 kilómetros del OEZ, tiene que atravesar la ciudad y pasar cerca del centro comercial. Las autovías que circunvalan Múnich (la A99 y el Mittler Ring), forman parte de su recorrido. Esta última pasa a 800 metros del lugar del suceso. "Cuando llegaba a la altura del Allianz Arena ya había atascos, tráfico desviado por aviso de accidente. Al final nos mandaron circular por una carretera que pasa por encima precisamente del centro comercial Olympia y ya estaba todo despejado y acordonado".

Desde casa, Luis y sus hijos pegados a las noticias, vieron el 'Megane' de Maite en un plano general ofrecido por la televisión en el que además se mostraba "una procesión de 20 o 30 "lecheras" de policía y unas 10 ambulancias junto al estadio Olímpico de Múnich. Estábamos deseando que llegara a casa".

El padre nos cuenta: "Vivimos aquí desde el año 2012, primero me vine yo, luego llegó el resto de la familia. Es una ciudad tranquila y las afueras están llenas de bosques. Nosotros estamos al lado del hospital más grande de Múnich. Siempre se oyen helicópteros por aquí. Es normal y estamos acostumbrados. Lo que no solemos ver es la cara del piloto del helicóptero en vuelo, ni tampoco estos vuelos rasantes ". Y es que la policía batió ayer por la tarde los bosques de los alrededores de Múnich durante el despliegue policial.

El teléfono de Elena no paró en toda la tarde de recibir mensajes, fotos y vídeos del lugar del suceso. De desconocido origen muchas de ellas, otras no tanto: hoy han confirmado que algunas de ellas las hizo la hermana de uno de los fallecidos. "No le he dejado a mi hija que las mande a nadie y ya no están en su móvil. Algunas son más fuertes que muchas del 11S", relató su padre a cuartopoder.es.

"La policía aquí sabe hacer su trabajo. Prima la cautela, también la de los portavoces. Los medios de comunicación no tiran por el sensacionalismo y estuvieron repitiendo cuatro imágenes iguales durante muchas horas, llamando a la calma y a que no saliéramos de casa", confirma Luis. "Incluso en redes sociales se mandó este mensaje de tranquilidad y que no se distribuyeran fotos ni vídeos en redes. Los alemanes para esto son muy respetuosos".

Y la cautela sigue primando hoy sábado en casa de esta familia española en Múnich, en una mañana que intenta ser normal, en la que los adultos ya han salido a la calle, como todos los sábados, para hacer la compra semanal y en la que el Gobierno alemán ha decretado un día de luto nacional.

(*) Emma Pérez-Romera es periodista.

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