Colofón del debate: el PP, amenazado por la corrupción; el PSOE, por la división

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Bárcenas, ayer, rodeado de periodistas, a la salida de su domicilio. / Ángel Díaz (Efe)

Los crujidos de vigas y travesaños que se escucharon el martes en el Congreso de los Diputados, alertando de la aluminosis cabalgante en los dos grandes partidos, el PP y el PSOE, redujeron a la categoría de susurro las mínimas recomendaciones al Ejecutivo sobre el paro, la pobreza y la corrupción en este país. El extesorero del PP, Luis Bárcenas, demolió al presidente Mariano Rajoy y a su secretaria general, Maria Dolores de Cospedal, al revelar que ha seguido trabajando hasta el 31 de enero pasado como asesor de la dirección del partido, con una remuneración mensual bruta de 21.300 euros. Bárcenas anunció además una demanda por despido contra el PP.

La iniciativa del extesorero deja a los pies de los caballos a cuantos dirigentes del partido gubernamental, comenzando por su presidente, han afirmado una y otra vez que ese señor fue apartado en 2010, cuando apareció imputado en la trama Gürtel y dimitió como senador por Cantabria. El propio jefe del Gobierno manifestó en el debate del estado de la nación que había sido alejado del partido hacía dos años y, desde luego, no tomaba ninguna decisión. Rajoy evitó pronunciar su nombre y desoyó las peticiones de aclaración que le formularon Alfredo Pérez Rubalcaba, Cayo Lara y, de manera sorprendente, según dijo, el representante del PNV, Aitor Esteban.

El nuevo episodio del culebrón Bárcenas, horas después de que declarara ante el juez Pablo Ruz que su fortuna en Suiza había alcanzado la cifra de 38 millones de euros, 16 más de los descubiertos por la comisión rogatoria, y de que Cospedal afirmara que le habían despedido con pagos “en diferido, incluyendo la Seguridad Social, como debe ser”, hizo enmudecer a Rajoy, que acudió al Congreso a votar las resoluciones derivadas del debate sobre el estado de la nación e ignoró a los informadores. Por cierto, ningún ministro asistió al debate. El otrora portavoz del PP, Esteban González Pons, recuperó su función y pidió que se crea al PP y no a Bárcenas.

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Chacón da explicaciones a Benegas, ayer, en el Congreso. / Fernando Alvarado (Efe)

En este contexto de falta de explicaciones, el PSOE y la Izquierda Plural se abstuvieron en la votación del catálogo de medidas contra la corrupción que pactaron PP, CiU, PNV, UPyD y que, como dejó claro el catalán Pere Macías, somete a la jefatura del Estado, aunque sin citar a la Casa Real, a la Ley de Transparencia que tramita el Congreso. El texto dice que además de los partidos, sindicatos y patronales, se someten a la norma “aquellas entidades e instituciones que se financian esencialmente a través de dinero público”. Habrá que ver si la Iglesia Católica queda incluida, como reclaman las fuerzas del centro-izquierda.

El crujido de la corrupción en la derecha se mezcló con el chirrido de las grietas en el Grupo Socialista cuando el PSC consumó la amenaza de quebrar la larga historia parlamentaria de unidad con el PSOE. Los 14 diputados socialistas catalanes rompieron la disciplina de voto. Trece obedecieron la consigna de su primer secretario, Pere Navarro, y votaron a favor de las propuestas de resolución de CiU y de Iniciativa per Catalunya i Vers (ICV) que reclamaban el referendo de autodeterminación. Carme Chacón expresó su desacuerdo con Navarro y aseguró en la reunión del grupo que votaría con el PSOE, pero finalmente decidió no votar, se quedó en tierra de nadie y recibió reproches de ambos bandos.

Al margen de las sanciones correspondientes –multas de 200 a600 euros--, tras la votación del martes ya nada será como antes entre el PSOE y el PSC. En la reunión interna de los socialistas se alzaron voces tan autorizadas como la de Alfonso Guerra, José María Benegas, Carmela Silva y otras reclamando la revisión de las relaciones e incluso la ruptura entre ambos partidos. No es normal que el PSOE no tenga representantes en la dirección del PSC y se abstenga de intervenir en la política catalana y el PSC los tenga en el PSOE, posea cargos institucionales y postule a sus candidatos a la presidencia del Gobierno y a la dirección del partido (casos de Josep Borrell y de Chacón) en las elecciones primarias y en los congresos.

Rubalcaba ya sufrió la zancadilla de Navarro hace una semana –el catalán pidió la abdicación del Rey poco antes de que el dirigente del PSOE interviniera en el debate de la nación-, y ante la nueva jugada fue más diplomático que sus compañeros de la vieja guardia. “Tenemos que aclarar las reglas de juego porque hay cierta asimetría; que el PSC no hable de España sin hablar antes con el PSOE, igual que nosotros no hablamos de Cataluña sin hablar antes con el PSC”, dijo después de subrayar que “la relación PSOE-PSC es uno de los pocos vínculos políticos no deteriorados que quedan entre España y Cataluña”.

Las dos mociones sobre el “derecho a decidir” fueron derrotadas, e igual suerte corrió la que formuló ERC sin el apoyo del PSC. Pero eso no quita para que el cabreo de algunos diputados con sus compañeros catalanes fuera superlativo. Tanto es así que cuando terminó el pleno y algunos acudieron a un bar cercano a ver el encuentro Barça-Madrid y sonó El cant dels veills, de Pau Casals, ante la pregunta: “¿Quién se ha muerto?”, un veterano saltó como un resorte: “el PSC”.

3 Comments
  1. Ciro says

    El PSC tiene vida propia. El PP sólo mentiras y corrupción.

  2. Maria Antonia says

    Grandes partidos con pequeñas ideas y muchas ambiciones personales. Reinos de taifas de unos cuantos señores de horca y cuchillo. O votas lo que te digo o estás acabado. Es la democracia de los luciferinos.

  3. juanjo says

    Mientras Roldán, Carlos Navarro, José María Sala, Mariano Rubio, Salanueva, Urralburu e incluso Barrio Nuevo y Vera y otros corruptos del PSOE, dieron con sus huesos en la cárcel, Los del PP, Naseiro, Palop, Hormaechea, G. Canellas, Perez Villar, los del caso Zamora, tal próximo a Aznar, más Jaume Matas y todo el amplio colectivo de los GÚrtel, que, pese a las evidencias, parece que no Dios que les meta mano, los corruptos del PP, slvo en un par de casos, siempre se han ido de rositas.

    Ah. ¿Y el TAMAYAZO?

    Y ahí tenemos el caso de la pimpinela Cospedal y sus declaraciones. A ver quién la echa mano.

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