La Moncloa quiere traer al Papa en vísperas de las municipales y autonómicas

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El Obispo de Avila, a la derecha,saludando a la vicepresidenta Soraya Saez de Santamaría, durante la vista de ésta a Ávila el pasado 18 de diciembre. / Efe
Sáenz de Santamaría saluda al Obispo de Ávila, Jesús García Burillo, durante el acto celebrado el pasado 18 de diciembre para la puesta en marcha de la Comisión Nacional del V Centenario de Santa Teresa / diocesisdeavila.blogspot.com.es

En la política como en el teatro, alguien tiene que ocuparse de las escenas que han de venir. En este caso, la directora de escena es la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el personaje principal es Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, quien ya ha recibido la invitación para visitar España en el otoño de 2014 o en marzo de 2015 con ocasión del 400º aniversario de la beatificación de Teresa de Jesús o del quinto centenario de su nacimiento. Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Alba de Tormes (Salamanca) el 28 de marzo de 1515, por lo que si el Papa optara por venir al quinto centenario su visita coincidiría con la campaña electoral municipal y autonómica y podría ser abrumadoramente rentabilizada a nivel de imagen por varios regidores y presidentes autonómicos del PP candidatos a la reelección.

A nadie se le escapa que Teresa de Jesús es una de las figuras más relevantes de la cultura española, patrona de los escritores, pedagoga y “feminista adelantada a su tiempo” según algunos exegetas e intérpretes de sus ironías: “ellas que hilen”. Su vida y su obra han provocado y siguen causando una indisimulada admiración (no confundir con devoción) entre las mentes más preclaras del mundo hispano. “Ustedes tienen un tesoro y no saben exhibirlo”, prorrumpía frey Betto, asesor de Lula y amigo de Fidel Castro, en referencia a la mística durante una de sus vistas a España. Lástima que el franquismo lo haya dañado trasladando, incluso, el brazo incorrupto de esta mujer desde Alba hasta al lecho mortuorio del dictador en El Pardo a ver si sanaba.

Sin perder más tiempo, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría se ha puesto al frente de la comisión organizadora del Quinto Centenario, cuya presidencia de honor corresponde a los reyes Juan Carlos y Sofía, y en la que figuran representantes de cinco autonomías en cuyos territorios Teresa de Jesús y Juan de la Cruz fundaron conventos (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia y la Comunidad Valenciana). En la comisión están también los ayuntamientos de Ávila y de Alba, los superiores de la orden del Carmelo y, sin saber por qué ni en representación de quién, el exministro y exsecretario general del PP, Ángel Acebes. Quizá la designación le sirva de plataforma para optar a la alcaldía de Ávila.

Al mismo tiempo, el presidente de los obispos, Antonio María Rouco Varela, ha transmitido al Papa la invitación oficial del clero español para que venga a presidir los actos religiosos, de cuya programación y preparativos está siendo directamente informado por el obispo de Ávila, Jesús García Burillo. Una persona autorizada de la Nunciatura confirma el deseo del Pontífice de venir a España, aunque “todavía no hay programa y falta saber cuándo y como”.

En el frente económico, todas las aportaciones, patrocinios y mecenazgos privados del evento se beneficiarán de la desgravación del 35% en el Impuesto de Sociedades y del 25% en el IRPF. Y los regidores y ediles de las 17 ciudades por las que la incansable activista pasó captando prosélitos y fundado conventos ya se han puesto de acuerdo para atraer al turismo, comenzando por una campaña común que presentarán en la Feria Internacional de Turismo, Fitur, que se celebra anualmente en Madrid.

Más allá del coste de la visita papal, que como ya es habitual correrá por cuenta del erario público en materia de obras, seguridad, aditamentos y altares de quita y pon, la personalidad y el liderazgo de Francisco, el Papa de los pobres, predicador de la justicia social y del amor sin diferencia de sexos, tendría un impacto político en absoluto negativo para las fuerzas progresistas que se reclaman de la izquierda, del trabajo y la solidaridad social. Y acaso perjudicial para las del capital. Si tenemos en cuenta que Teresa de Jesús se separó de las damiselas de familias bien y orientó su fe, labor y experiencia hacia las mujeres monjas más humildes, parece claro que la glosa del Papa Francisco no invitará al desfile de prebostes del poder y del dinero al que asistimos en agosto de 2011 ante Benedicto XVI.

3 Comments
  1. Lukas says

    Pues nada, que venga el Papa Francisco, que aquí, entre la corrupción y el latrocinio de derechos sociales y laborales no le falta lana que escardar.

  2. juanjo says

    Ni entre el papa, el lama, el propio cristo y todos los dioses, diosas y demás familias de los inmortales de Grecia, Roma, México, Perú y el mundo entero podrán evitar la corrupción que acecha al Rajoy y a la mayoría de sus íntimos y secuaces estatales y autonómicos.

  3. juanjo says

    Ni entre el papa, el lama, el propio cristo y todos los dioses, diosas y demás familias de los inmortales de Grecia, Roma, México, Perú y el mundo entero podrán ocultar la corrupción que acecha al Rajoy y a la mayoría de sus íntimos y secuaces estatales y autonómicos.

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