Defensa ya puede incautar parte del sueldo a los militares por faltas leves

Cobran poco y ahora les podrán quitar una parte del sueldo. Son los militares españoles. Desde que el ministro de Defensa, Pedro Morenés Eulate, decidió impulsar el nuevo régimen disciplinario militar con el apoyo parlamentario del PP y el PSOE e incluir la “sanción salarial” por faltas leves y graves al tiempo que se mantienen los arrestos o privaciones administrativas de libertad, en los cuarteles, bases y unidades se hacen cálculos, tablas y proyecciones sobre cuánta parte del sueldo te pueden incautar. La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), mayoritaria en la escala de soldados y suboficiales, ha difundido en las redes sociales el cuadro de arriba con las quitas salariales aproximadas que se les vienen encima dentro de tres semanas, ya que el nuevo régimen disciplinario comienza a aplicarse el 5 de marzo próximo.

La nueva sanción económica introducida en el artículo 11 del reglamento disciplinario para castigar las “faltas leves” supone un embargo salarial de uno a siete días. Para las faltas graves va de ocho a quince días. Para realizar el descuento, los órganos administrativos o pagadurías dividirán entre sesenta la nómina mensual con el sueldo y el complemento de empleo y multiplicarán el resultado por los días de sanción. Así, si un soldado o marinero profesional, que percibe 881,50 euros mensuales, fuese sancionado con quince días de sueldo, le quitarían 220,44 euros de la nómina mensual. En este caso el descuento es de 14,69 euros por día.

Desde el último escalón de la tabla como el referido, correspondiente a los soldados rasos, la incautación salarial va creciendo hasta alcanzar el vértice de la pirámide, en el que se sitúan los coroneles y capitanes de navío. Con un salario más complemento específico de 1.978 euros mensuales, la sanción máxima de quince días les restaría 495 euros de la nómina mensual, a razón de 33 euros por día. La proyección es ligeramente inferior para los tenientes coroneles y capitanes de fragata. En la escala de suboficiales, la incautación salarial más alta corresponde al suboficial mayor, quien sufriría un descuento de 25 euros al día.

Cierto es que la nueva normativa concede facilidades de pago y señala que “cuando la cuantía de la pérdida sobrepase los límites de la nómina del mes, se distribuirá en los siguientes”. Para los militares destacados en misiones de paz y operaciones especiales, las sanciones económicas serán más altas, ya que los legisladores han decidido que el sueldo y el complemento se les divida por treinta y no por sesenta, con lo que el descuento será el importe de la retribución diaria, con la excepción de la antigüedad y las dietas.

La aplicación de las sanciones económicas que ya rigen en otros ejércitos europeos fue aceptada en su día por el portavoz del principal partido de la oposición, Diego López Garrido, a condición de que se redujeran e incluso eliminaran los arrestos o penas administrativas de privación de libertad. Sin embargo, el único avance conseguido en esta materia ha sido la reducción de la privación de libertad a un máximo de 14 días por falta leve, de 30 por grave y de 60 días por falta muy grave.

Para el secretario general de la AUME, Mariano Casado, la decisión del PP y el PSOE de mantener el arresto como sanción de referencia para todo tipo de faltas “denota que todavía persisten las posturas ancladas en el pasado sobre el ejercicio del mando, la disciplina, la jerarquía, la subordinación y la unidad”. O dicho de otro modo, que “el bien jurídico de la disciplina no queda unido a las acciones u omisiones que la quebranten en su concepción de incumplimiento de órdenes de servicio y que los arrestos tampoco han quedado limitados por la exigencia de una motivación reforzada, como había propuesto la AUME”. De este modo la “disciplina”, que ni siquiera se define en el texto, sigue unida a los conceptos de “subordinación, unidad, eficacia del servicio” y otros que seguirán provocando arrestos a discreción de los mandos y de una cúpula militar que, según Casado, “todavía no ha metabolizado que estamos ante ciudadanos de uniforme”.