Juan Segovia, candidato a dirigir el PSM: "Quiero que los militantes decidan las listas al Parlamento"

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Juan Segovia, tras la entrevista concedida a cuartopoder,es. / Luis Díez

Juan Segovia Noriega tiene 33 años y desde los 18 es militante del PSOE. Licenciado en Derecho y empleado de la editorial familiar Murgía, de gran relevancia en Argentina y México y con muy poca actividad en España, este joven diputado autonómico madrileño competirá por la secretaría general del PSM-PSOE con la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández Barroso, en las elecciones primarias del próximo 26 de julio, a las que están llamados a participar los 15.000 afiliados con que cuenta el partido. Ha reunido tres mil avales, el doble de los necesarios, aunque dos mil menos que Sara, que cuenta con el apoyo del secretario general Pedro Sánchez y del aparato de Ferraz, hasta el punto de que el jefe de gabinete de Sánchez, Juan Manuel Serrano, se ha empleado a fondo en recoger firmas para la alcaldesa de Getafe. Sin embargo él ha obtenido los apoyos de los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, además de la rúbrica de Juan Barranco y el respaldo de la mayoría de Izquierda Socialista. Esboza una leve sonrisa cuando, para romper el hielo, digo que su primer apellido, Segovia, evoca aquella firmeza que cantó Antonio Machado sobre el querer y el acueducto de piedra.

— ¿Por qué quiere ser secretario general? ¿No le parece un toro muy grande?

— Los toros hay que lidiarlos cuando aparecen y ha aparecido en este momento. Yo tengo 33 años, llevo 15 militando en el Partido Socialista, el PSOE es una de las cosas que yo más quiero en la vida, y me parece que cuando se presenta una oportunidad como esta de poder cambiar de arriba abajo el PSM sería una irresponsabilidad dejarla pasar. Creo que hay que ser valientes, hay que ser audaces y que este era el momento.

— Al presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, las primarias le parecen “una broma”. ¿No merece una respuesta?

— Por supuesto. En el PP ningún militante tendría opción a dirigir el partido en Madrid, en el PP sólo hay una vía de llegar a la dirección: el dedazo del anterior. El PSOE es el partido más democrático de España con mucha diferencia respecto a los demás. Pero además quiero que lo seamos más todavía y que sigamos avanzando en la eliminación de algunas barreras que dificultan esa democracia: los avales, la forma de organizar las primarias y el modelo de funcionamiento. Por tanto, una de las cosas que estoy proponiendo es esa, que seamos aún más democráticos para ser ejemplo de lo que debería ser un partido en España.

"El PSOE es el partido más democrático de España con mucha diferencia respecto a los demás"

— En la práctica, sin embargo, el candidato a la presidencia del Gobierno suele encabezar la lista de Madrid e imponer su propia candidatura desde arriba.

— Yo he planteado que los que vayan en las listas han de ser elegidos por los militantes, no por los aparatos. Me he planteado que nosotros elijamos a través de sistemas de primarias a quienes queremos que nos representen en el Parlamento. Hasta ahora, esa decisión la toma unilateralmente el secretario general, que tiene el poder absoluto en esa materia. Yo quiero ser secretario general para desproveerme de ese poder.

— ¿Cuándo?

— A corto plazo. Si ganamos voy a proponer al secretario general, Pedro Sánchez, con carácter inmediato, que las listas a las próximas elecciones generales las confeccionemos ya entre todos, contando con los militantes del partido, para que sean ellos los que decidan a quién quieren como representantes por Madrid en el Congreso y el Senado.

— Eso es revolucionario.

— Un gran cambio en poco tiempo.

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El candidato a secretario general del PSM-PSOE, en otra imagen tras la entrevista. / L. D.

— Y requerirá modificaciones normativas de gran calado en la organización.

— Cierto, pero la democracia se perfecciona con más democracia. Ese es mi objetivo y me permitirás que no entre en más detalles en este momento.

— ¿Le parece correcta la proporción entre el número de afiliados y el de electores con que cuenta el PSM?

— Quince mil militantes en una Comunidad Autónoma de seis millones y medio de personas es una gota de agua en el océano. Tenemos que ser muchos más. Y una condición para que crecer es que el militante se sienta útil.

— ¿Cómo?

— Sabiendo que en el Partido Socialista su voz va a ser escuchada, que dentro del partido las decisiones las va a tomar él, que a sus representantes los va a elegir él, que a sus candidatos a diputados en el Parlamento nacional los va a elegir él. Y si el militante se siente útil y se siente protagonista estoy seguro de que tendremos más militantes y con mayor implicación.

— ¿Democracia participativa frente al clientelismo consolidados de los aparatos? ¿No es eso en la tradición del PSOE tan difícil como soplar y sorber a la vez?

— Es que nosotros estamos proponiendo una revolución dentro del PSM con la que consigamos varias cosas: por un lado, regenerarlo democráticamente a fondo hasta convertirlo en la federación más democrática del PSOE, donde todo el mundo se sienta cómodo en su libertad para tomar sus decisiones o para poder dar un paso adelante cuando crea que deba hacerlo. Felipe González dijo una vez algo que se me quedó grabado: no pidáis sitio, ocupadlo. Eso es lo que yo les digo a los militantes del Partido Socialista: ocupad los espacios, sed vosotros mismos quienes toméis vuestras propias decisiones. Otro de los puntos es la modernización de nuestra estructura; tenemos que poner al PSM en el siglo XXI y lo vamos a hacer con valentía y cambiando lo que haga falta entre todos. Queremos abrirnos a la sociedad, llenar el Partido Socialista de gente que se ha ido y que queremos que vuelva, de gente que sepa que afiliándose va a cambiar las cosas y de gente que incluso sin afiliarse nos pueda echar una mano en un proyecto de cambio para Madrid.

— ¿Le ha sorprendido la cantidad y la calidad de los avales que has recibido, entre ellos el de Felipe González?

"Me emociona el apoyo de 3.000 compañeros que me han avalado porque no es
fácil ayudar al candidato que
no cuenta con
el respaldo del aparato de Ferraz
"

— Sinceramente sí. Para mí tienen calidad los 3.000 compañeros que nos han apoyado y yo se lo agradezco a todos en el alma, conozco a muchos de ellos, me emociona porque no es fácil apoyar al candidato que no tiene el apoyo del aparato de Ferraz y, por tanto, el aval de 3.000 personas es algo que nunca olvidaré y, efectivamente, entre ellos hay algunos especialmente significados que a mí me llenan de emoción.

— ¿Un político, un cargo?

— Yo soy partidario de una responsabilidad orgánica y una institucional, pero no cualquier responsabilidad porque hay algunas que son más compatibles y otras menos. Yo para eso no haría una tasación reglamentaria en los estatutos. Basta con aplicar el sentido común. A mí el sentido común me dice que si alguien es alcalde de un gran municipio y está en una situación política aritméticamente compleja y con tantos problemas como está viviendo la sociedad en este momento, debe dedicar las veinticuatro horas del día a su municipio. Por tanto, ese cargo institucional me parece poco compatible con otro que también exige una dedicación plena.

— ¿Cree que este argumento y el hecho de que su competidora, al alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, no sea parlamentaria autonómica y no pueda participar personalmente en la dialéctica como oponente al Gobierno del PP, inclinará la balanza a su favor?

— Yo aspiro a ganar, eso está claro. Y efectivamente, en los partidos políticos siempre se aspira a que el secretario general tenga presencia en la institución a la que se debe el partido. Es algo que todos tenemos asumido e interiorizado y es una de las cosas que me han empujado a dar el paso. Yo tengo presencia en la Asamblea de Madrid y eso me va a permitir poder articular junto con nuestro portavoz Ángel Gabilondo la oposición y la coordinación de nuestro grupo parlamentario. Creo que estaremos todos de acuerdo, porque así lo hemos manifestado siempre, que un secretario general que no esté en el Parlamento se encuentra un poco corto.

— Gane quien gane ¿habrá integración?

— Yo estoy dispuesto a ello y ofrezco mi colaboración plena.

2 Comments
  1. Juanjo says

    Pero Segovia, ¿tú crees en de verdad que el PSOE puede ser tomado en serio con cabezas como el Carmona, que no para de soltar chorradas (bueno, y de hacerlas) y que además de ser empleado de los Propagandistas, es decir, de un grupo supersticioso y adoctrinador de niños y jóvenes de 1ª fila (¡y en pleno siglo XX!) y que viendo lo visto da la impresión de que puede ser (lo será) el segundo Tamayo de la Espe?

  2. Claudio Valderrama García says

    El mesías del socialismo se casó con la hija de uno de los más ricos de Alemania: Jenny von Westphalen. Por eso todos los socialistas están mucho más cerca del fascismo que de la clase obrera. Es evidente que nada puede esperar el proletariado (nombre despectivo con que Marx ignoró a los trabajadores; para él ser obrero era lo más ínfimo de la sociedad. No fue filósofo, sino publicista, que dista mucho aquéllo de ésto. Marx era burgués en el peor
    sentido del término. Estudió Derecho, la carrera de entonces más reaccionaria e innoble del ámbito universitario. ¿Por qué se inclinó hacia la jurisprudencia? Porque así podía defender sus propiedades. Ningún abogado, en ninguna época, ha estado al servicio de la clase que produce con sus manos y su esfuerzo físico en la brutal e inexorable indefensión. Por ello Marx, aunque fingió ser su defensor, nunca se relacionó con los obreros de modo personal, através de su publicismo. Una cosa es sentir en carne viva la gran desgracia de ser jornalero, y otra muy distinta hablar de él desde un periódico, un libro o un panfleto. Esto es lo que hacía aquel hombre.
    Y como Marx, todos los anteriores y posteriores hicieron -y hacen-, no solo sus seguidores, sino también los anarquistas, los liberales, los fascistas, los religiosos sin partido, los castrenses, los republicanos, los socialdemócratas y los que aspiran al poder político o al empresarial, entre los más deseados. Así, pues, con todos ellos la clase obrera siempre estará sojuzgada y marginada de cualquier derecho positivo. Ahora bien, nadie la excluye al ver en ella una formidable fuerza para lanzarla contra el enemigo de clase
    (el proletariado no es una clase en sentido estricto, sino una colectividad manipulable al servicio de quien se la gane demagógicamente).
    Y esto es lo que fue en el pasado y lo es en el presente: no existió ni existe el socialismo con mono de trabajo y un salario. El socialismo y todos los demás ismos pertenecen a la clases alta, media y pequeña burguesía bien asentada. Los obreros estuvieron y están fuera de esta lucha de intereses inicuos y despiadados.
    Claudio Valderrama

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