Romney gana en casa
NUEVA YORK.– La contienda por la nominación presidencial republicana vuelve a encauzarse con dos importantes victorias de Mitt Romney este martes. Arizona y Michigan votaron por el que siempre ha sido el favorito a enfrentarse a Barack Obama en noviembre, concediéndole, tras ya casi dos meses de primarias, una clara ventaja en número de delegados que hace el camino de sus contrincantes cada vez más difícil.
De no haber ganado en Michigan, como algunos temían, la campaña de Romney hubiera sufrido un tropezón significativo. Es el Estado en el que nació y en el que su padre fue gobernador en los años sesenta. Sin embargo, Rick Santorum, con su mensaje ultraconservador, no pudo mantener las expectativas creadas durante las últimas semanas, y tuvo que conformarse con un segundo puesto en ambos estados.
La primaria de Michigan es de tipo abierto y cualquier votante puede participar. Se especula que un buen número de demócratas habría participado apoyando a Santorum, dificultándole así la victoria final a Romney, candidato más temido por la campaña de Obama.
Si bien la economía y el empleo han sido los temas principales de esta campaña, la contienda republicana ha hecho un gran hincapié en algunos temas sociales y morales que tradicionalmente movilizan a sus bases. Se ha vuelto hablar de limitar el acceso de la mujer a anticonceptivos y a prácticas de interrupción del embarazo. Además, hace unos días, Santorum, ferviente católico, llegó a afirmar que le producía vómito escuchar el discurso que en 1960 pronunció el entonces senador John F. Kennedy en el que prometía respetar la separación entre su Iglesia y el Estado. Y el domingo, se atrevió a calificar a Obama de esnob por el hecho de pretender que todos los estadounidenses vayan a la universidad.
"Es muy fácil entusiasmar a las bases con mensajes incendiarios", se quejaba Romney el martes. "Hemos visto durante la campaña que si estás dispuesto a decir cosas realmente escandalosas que acusan y atacan al presidente Obama vas a dar un salto en las encuestas".
Si no la victoria, Santorum sí ha logrado situarse como la alternativa real a Romney, político de corte más tecnócrata y -antes de esta campaña- más moderado, que enfrenta grandes dificultades a la hora de establecer una conexión sincera con sus simpatizantes en la distancia corta. Romney aspira a ser el presidente ejecutivo de la maltrecha compañía Estados Unidos; Santorum, en cambio, se presenta como líder espiritual de un pueblo que ha perdido su destino en la Historia.
Romney, Santorum, Newt Gingrich y Ron Paul se preparan ahora para la cita conocida como Súper Martes. En siete días, diez estados del país celebrarán sus elecciones primarias. Será la última oportunidad para más de un candidato que aún sueña con darle la vuelta al marcador.
