REIVINDICACIÓN / También se manifestaron en otros centros como el Gregorio Marañón o el Ramón y Cajal

«La Paz, en guerra»: la Marea Blanca rodea el hospital madrileño

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, en la inauguración de las nuevas urgencias pediátricas del Hospital de La Paz. / Equipo de Cristina Cifuentes (Flickr)

Este domingo, un grupo nutrido de personas se ha manifestado frente al hospital de La Paz en una nueva Marea Blanca convocada por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública en Madrid  . Profesionales y ciudadanos han "abrazado" simbólicamente este centro para defender los derechos de los pacientes, que se ven resentidos por la falta de medios y de inversiones. 

A pesar de llevar años de recortes y protestas, la Marea Blanca no amaina. Esta convocatoria será la número 64. Este movimiento ha “abrazado ya” otros hospitales madrileños como el Gregorio Marañón, Ramón y Cajal o el Infanta Leonor de Vallecas. “La sanidad está en caída libre”, explica Carmen Esbrí, portavoz de la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública en Madrid (MEDSAP), la entidad convocante de la concentración, que cree que los gobiernos quieren “destrozar lo público” para “justificar la entrada de lo privado”.

En el manifiesto, firmado por MEDSAP, hacen una serie de denuncias en varias áreas que van desde las carencias de las Urgencias hasta la falta de "su propio Hospital de Día de Salud Mental para Adultos". Denuncian los "recortes leoninos", que desembocan en  "peligros añadidos" para los ciudadanos y ponen el foco en las abultadas listas de espera , que en diciembre de 2017 eran "de 39.587 pacientes para consultas externas con 42,58 días de media y de 5.933 pacientes pendientes de cirugía con 56,62 días de demora y 11.978 esperando prueba con media de 61,24 días". Entre varias exigencias que contiene el citado documento, piden "un cambio de rumbo inmediato" y la "restitución inmediata de los 23 millones de reducción del 2017 para este hospital".

Más inversión en la salud de todos

El juego de palabras que preside algunos carteles que circulan por redes (“La paz en guerra”) da buena cuenta de cómo perciben estos profesionales los recortes. La Marea Blanca es una trinchera desde la que defender el avance del neoliberalismo salvaje. En el otro lado, las personas que quieren convertir la sanidad en un negocio: “Han convertido a los pacientes en clientes”, se queja Esbrí. Las externalizaciones y los recortes forman un cóctel que a veces da lugar a situaciones esperpénticas como la que se vivió el pasado 16 de enero en el Hospital 12 de Octubre, cuando la rotura de una tubería en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos tuvieron que trasladar a 12 pacientes.

Los profesionales piden más inversión para este buque insignia de la sanidad madrileña y española: "La Paz se inauguró en 1964 y ha habido muy pocas inversiones en infraestructuras. Hemos denunciado varias situaciones de colapso, inundaciones o el deterioro físico del propio hospital en cuanto a estructura", explica Esther Quiñones, secretaria general de Comisiones Obreras en el centro. Las listas de espera, las demoras en encontrar una cama o el estrés en el servicio son el día a día de este hospital. A veces, las intenciones de Sanidad son buenas, pero se quedan en propaganda si no se les asigna presupuesto. Quiñones alude al Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria, que en principio valoró de manera positiva pero que, en la práctica, ha sido un desastre por la falta de recursos: "En las Urgencias ha sido desmesurado. Tenemos dificultad para poder acoger a los propios pacientes como para poder atender a sus familiares".

Una de las últimas contiendas fue la saturación de las Urgencias de la Paz, que estalló el pasado noviembre, y cuyo eco comenzó en las redes sociales, donde la cuenta de Twitter @UrgenciasLaPaz  puso en evidencia la falta de intimidad o las malas condiciones que soportan algunos pacientes cuando hay picos de asistencia. El escándalo saltó a los medios de comunicación y a principios de enero se abrió una nueva sala de Urgencias polivalente de 176 metros cuadrados. “Desde entonces estamos más tranquilos”, confirma Guillén Del Barrio, enfermero y delegado del Movimiento Asambleario de Trabajadores de Sanidad (MATS). Las protestas llegaron en las semanas anteriores al pico de gripe, que se desarrolla estos días y cuya llegada temían. De momento, se han conseguido evitar saturaciones tan graves. 

Sin embargo, Del Barrio reconoce que estos nuevos recursos son parches que la Administración va poniendo sobre la marcha: “Somos conscientes de que hemos ganado la batalla, pero no la guerra”, explica. Creen que hay motivos de sobra para seguir reivindicando. “La contrata de limpieza tiene personas de baja sin sustituir y la Comunidad lo sabe y les sigue pagando por no limpiar”, ejemplifica hablando sobre los problemas cotidianos que no se solucionan y que empeoran la calidad del servicio.

Unos profesionales enfadados

Hartos de que la dirección contestase que los casos de saturación de los servicios son puntuales, los trabajadores de Urgencias La Paz hicieron una encuesta preguntando a 192 empleados de la unidad sobre sus condiciones laborales. El objetivo era evaluar los “riesgos psicosociales” a los que se ven expuestos. Califican el resultado de “escalofriante”, después de que un 77% evaluase su carga de trabajo como “riesgo muy elevado”. Les preguntaron por la adecuación de variables como el tiempo de trabajo, autonomía, carga de trabajo, demandas psicológicas, variedad/contenido del trabajo, participación/supervisión, interés por el trabajo/compensación, desempeño de rol, relaciones y apoyo social.

Encuesta realizada en las Urgencias de La Paz.
Resultados de la encuesta FPSICO 3.1 realizada en las Urgencias de La Paz. / Urgencias La Paz en Lucha.

La Paz atendió a 47.116 pacientes hospitalizados en 2016 y a 229.930 en sus servicios de urgencias, lo que da buena cuenta de la importancia de este hospital clave para los madrileños. En este momento, los trabajadores no luchan por conseguir más derechos, sino para no perder más recursos y que la sanidad pública, de la que los ciudadanos se enorgullecen, no retroceda más. Para ello, también hay que cuidar a los que cuidan a los demás. Del Barrio habla de estrés, pero también refiere compañeros que han sufrido ataques de ansiedad tras los servicios.

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