Syriza: un traje nuevo para Europa

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Hugo Martínez Abarca *

Hugo-Martínez-AbarcaAmérica Latina llegó lustros antes al lugar en el que se encuentra ahora el sur de Europa; del mismo modo que Grecia recorre el mismo camino pocos años antes que el resto de países de la periferia de la UE. Los años del saqueo, la corrupción y el secuestro de la soberanía a través de la deuda hundieron a una América Latina que picó del cebo de la responsabilidad, la madurez y la alternancia bipartidista entre dos opciones de estética diferenciada e idéntica sumisión a quienes masacraban a sus pueblos. Esa etapa la hemos vivido también en el sur de Europa: en Grecia y en España.

La etapa que se puede abrir en 2015 en Grecia y pocos meses después en España es la de la recuperación de la soberanía popular que haga reales los derechos humanos de sus pueblos. Es una etapa que en América Latina se ha venido recorriendo con versiones muy diversas. También en Europa serán en parte distintas de aquellas, pero tendrán algunas cosas que aprender de aquellos caminos que, con una suerte de racismo, han sido vistos con desdén desde nuestra Europa, supuestamente ilustrada y democrática.

La principal enseñanza es la infinita agresividad del enemigo. En las últimas elecciones griegas ya se puso la maquinaria mafiosa de la UE, con Angela Merkel en un protagonismo estelar, a amenazar a Grecia con su expulsión del euro en caso de elegir a Syriza. Por los pelos, y ayudados por una ley electoral torticera, el equivalente al PP, con la ayuda de su PSOE y de una farsa que pretendía ser la izquierda responsable, pudo seguir poniendo el gobierno griego al servicio de los capitales europeos e internacionales.
El pueblo griego cedió a las amenazas y lo ha pagado tan caro que es improbable que esta vez vuelva a ceder. Eso también sucedió en América Latina. Y como no funcionaba se dieron los golpes de Estado que hicieron falta con esa alianza militar-patronal-internacional que tantos éxitos dieron en Chile en 1973.

Ese escenario es el que le tocará a los griegos (y a los españoles) en 2015. Una elevación de la tensión hasta donde haga falta: el objetivo será someter a Syriza o someter al pueblo griego. Si pensamos que en Europa la mafia sí se pondrá algún límite estaremos mirando con el mismo sesgo racista que nos impidió entender que estábamos recorriendo el mismo camino que otros pueblos habían experimentado ya. Harán lo que haga falta. Más, si cabe, pues en casa no se juega.

"Una primera precaución imprescindible
es tejer la más amplia red posible de solidaridad internacional con
el pueblo griego
"

Por eso tocará adoptar todas las precauciones para que, igual que ha sucedido en América Latina, la mafia pierda también la batalla en el sur de Europa. Una primera precaución imprescindible es tejer las más amplias redes de solidaridad internacional de apoyo al pueblo griego (y en pocos meses a los pueblos españoles): que los gobiernos y los poderes locales sepan que pagarán su complicidad con los golpistas.

Pero las precauciones más importantes se darán en los pueblos que queremos liberarnos. Empieza por la toma en consideración del tamaño del enemigo (sí, enemigo: no “adversario electoral” ni nada de eso: la mafia que nos ha saqueado es el enemigo). Ante eso se hace imperiosa una unidad popular con expresión política que nadie pueda parar: en el año en que podemos cambiar el país (y el continente) es un imperativo moral apartar a un lado a quien ponga trabas a la unidad popular para detener el saqueo. Syriza ha demostrado ser una expresión de esa voluntad de unidad popular tras haber hecho Synaspismós un análisis parecido al que hizo IU sobre la refundación de la izquierda y además llevarlo a cabo. En España ninguna organización ha hecho un recorrido similar: acaso los Ganemos sean el cauce posible para una unidad (ahora inexistente) de organizaciones y activistas que recuperen la soberanía y conquisten la democracia y los derechos humanos de manera efectiva.

"También resulta urgente recuperar los niveles de movilización y organización popular"

A un nivel de importancia idéntico se sitúa la urgencia de recuperar los niveles de movilización y sobre todo organización popular que permita  tener preparada una respuesta a esos seguros ataques golpistas que Grecia y España sufrirán desde este mismo momento y hasta que su pueblo demuestre que es imposible volver a someterlos. En América Latina sólo el pueblo salvó al pueblo, sólo el pueblo en la calle y en las urnas detuvo los ataques golpistas. Y en el sur de Europa ocurrirá lo mismo.

Tocará hacer un traje nuevo, unas instituciones nacionales (y sin duda europeas) pensadas no para la sumisión pacífica de los pueblos con el disfraz bipartidista sino para la soberanía popular, para la democracia. Así lo expresaba Alexis Tsipras en una entrevista en 2012: “La lección más importante radica en que la izquierda no puede desplegar sus armas en la sola propuesta de cambio político del sistema, no. La izquierda tiene que basar su esperanza y su trabajo en la sublevación del pueblo. Los pueblos se levantan y luchan. Si en el futuro llegamos a tener un gobierno Syriza en Grecia, para poder trasladar el poder de los poderos al pueblo ese proceso tiene que estar acompañado por la participación de las masas, a fin de revertir la situación. Un gobierno solo no lo puede hacer. También son necesarias nuevas instituciones democráticas. Nosotros no podemos cambiarnos de ropa y ponernos el traje del poder anterior. Ese traje no nos queda bien. Hay que crear entonces nuevas instituciones sociales y políticas para levantar a las fuerzas del pueblo, que en este momento están marginalizadas dentro del sistema y no tienen ni participación ni poder. Debemos trasladar ese poder a toda la gente.”

Como dijo Salvador Allende “la Historia es nuestra y la hacen los pueblos”; y como hemos dicho todos tantas veces “el pueblo unido jamás será vencido”.

(*) Hugo Martínez Abarca es miembro del Consejo Político Federal de Izquierda Unida y autor del blog Quien mucho abarca.
7 Comments
  1. ciberian says

    Es lo más rupturista que he leído, pero está bien llamarle al pan, pan, y al vino, vino. Lo que está claro es que las democracias en las que vivimos solo tienen de eso el nombre, y no son sino unas estructuras formales creadas con la única pretensión de institucionalizar un estado de cosas cuya apariencia resulta más o menos estética, pero que no resiste una contemplación desde el espíritu crítico.

  2. Verbarte says

    En Grecia ya saben lo que son los mercados cuando entran en campaña. En España vamos por el mismo camino y hasta mentes privilegiadas como los futbolistas Soldado, Joaquín o Pinto hacen campaña contra Podemos. Vamos por el buen camino si la tropa financiera, patronal o futbolera expresan sus temores. http://wp.me/p2v1L3-E5

  3. plomi says

    Es difícil encontrar soluciones colectivas, cuando unos hablan del poder de la gente y otros hablan del culto al individualismo y la tecnovisión. Con todos mis respetos para el autor del articulo, a mi me gusta la mùsica incluida la de estos tiempos actuales, pero me cansa escuchar siempre la misma canción.

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