24M: Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo

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Lara Hernández *

Hernández_LaraHoy celebramos un año de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. Hoy celebramos la victoria de Guanyem Barcelona, de Ahora Madrid, de Cádiz en Común, de Zaragoza en Común, de la Marea Atlántica en A Coruña, de Compostela Aberta en Santiago, de Ferrol en Común. Hoy celebramos el éxito de los resultados de las candidaturas de unidad popular que inundaron el mapa geográfico y político de nuestro país irrumpiendo en las instituciones y logrando representación en feudos antes inexplorados.

Marco Revelli, un sociólogo e historiador italiano, daba cuenta de una pintada que descubrió en el muro de la Universidad Polítécnica de Turín que rezaba así: “Ci avete tolto troppo, adesso rivogliamo tutto” (Nos habéis quitado demasiado, ahora lo queremos todo). Revelli dijo que “su anónima autora no era otra que 'la primera generación airada' posterior a la ruptura del pacto social de la posguerra”. Y el destinatario de ese mensaje era claro: hay un “todo” que tenemos que recuperar como objetivo político y civilizatorio; hay un “todo” al que se renunció, que nos han arrebatado, que vista la naturaleza del neoliberalismo y sus consecuencias, adquiere hoy día la mayor de las vigencias como objetivo que perseguir. Quienes pintaron ese grafiti en Turín era gentes conocedoras de que les correspondían vida truncadas, trituradas, vidas hechas de retazos de difícil conexión.

De igual modo, el 15M salimos a las plazas a decir “ahora lo queremos todo”. Si ese pacto ya no es posible porque las oligarquías lo rompieron unilateralmente, si lo que nos queda son vidas vividas desde una creciente desposesión, ese día llegó el momento de anunciar en voz alta y como un clamor, que pretendíamos recuperar el control de nuestras vidas. Nos llamaron perroflautas y antisistema. Nos dijeron, si queréis ganar algo, presentaos a las elecciones.

Y así fue. El 24 de mayo de 2015 aceptamos el reto y ganamos. Ganamos primero con los propios procesos municipalistas que desembocaron en candidaturas, papeletas, listas y campañas y ganamos después con la victoria de los Ayuntamientos del cambio. Hoy celebramos haber logrado expulsar al PP de muchos de sus feudos durante varias décadas, pero también celebramos el comienzo del dibujarse de un nuevo municipalismo, un municipalismo ganador, que caracterizaría con 3 ideas:

- En primer lugar, las candidaturas municipalistas son y serán un actor fundamental en reforzar la posición de ruptura democrática en esta fase caracterizada aún por la dicotomía restauración-ruptura. De ahí que haya que cuidar estos espacios políticos, con sus especificidades. El empoderamiento local, que se construye de abajo a arriba, en los barrios y en las ciudades, es condición de posibilidad de que efectivamente se haya puesto en marcha un cambio, un proceso de ruptura democrática que llega hoy hasta el parlamento nacional poniendo en jaque todo un modelo heredado del franquismo.

- En segundo lugar, otro de los ejes clave que forman parte de la hoja de ruta del cambio abierto en España por los municipios tiene que ver con las nuevas formas de democracia participativa. El 15M puso encima de la mesa la crisis de la noción de representación. Esta clase política no nos representa, decíamos. ¿Pero qué queríamos decir, que esa no pero otra sí? ¿Que un recambio sería suficiente? No. Se ponía en cuestión la tesis de la representación política como forma canónica de acción política en los sistemas democráticos. La representación no es más que un código aceptado que legitima cierta política, al enlazar artificialmente a los representantes y representados, al sustituir al ciudadano por súbdito, a la democracia por partitocracia. Lo que se decía era: basta de acudir cada 4 años a las urnas a legitimar mediante nuestro voto políticas hechas en nuestro nombre. La ciudadanía quiere elaborar las listas, queremos elaborar el programa, queremos que nuestros cargos públicos rindan cuentas, queremos decidir en qué se va a invertir el dinero público, e incluso con quién se debe pactar a la hora de conformar el Gobierno central.

- La tercera característica de la que debemos hablar es una asignatura pendiente: las nuevas formas de Gobierno. Tradicionalmente se opone gestión a participación. La clave es dar con nuevas formas de gestión que incluyan al conflicto social, que trabajen con él y no frente a él. La acción política por encima de todo. El reto es ayudar a construir hegemonía también desde las instituciones, trinchera desde la que no estamos acostumbrados. En este sentido, es clave empoderar a la ciudadanía aprovechando los recursos de las instituciones, generando herramientas democráticas (como los presupuestos participativos) que construyan nuevas relaciones de las personas con la política.

El cineasta y escritor italiano Pier Paolo Pasolini ordenaba la realidad en sus películas con lo que sucedía dentro de palacio y fuera de palacio. Esta imagen podemos trasladarla perfectamente a la política que hemos venido padeciendo: la política de palacio, por un lado, protagonizada casi siempre por hombre varón, en la que se toman decisiones; y la política de fuera de palacio, la de la sociedad, los de abajo, que padecen lo que se decide en palacio. Aprendiendo de los procesos del 24M, tenemos que apostar por transformar el mundo de las relaciones sociales desde abajo. Apostemos porque la gente común, la que sufrimos el tiempo de la historia, donde no paran de pasar cosas todo el rato, fuera de palacio, seamos protagonistas activos de las cosas que acontecen y no víctimas pasivas de sus consecuencias.

(*) Lara Hernández es miembro de Ahora Madrid.
1 Comment
  1. Txr53 says

    Querida compañera:

    Creo que tus propuestas son acertadas pero, siempre hay un pero, nada se conseguirá si, previamente, no se logra algo que considero fundamental y que, sin embargo, puede parecer una perogrullada politizar, o mejor aún, repolitizar la política.

    Tienes razón cuando señalas que en los últimos años se ha opuesto gestión con participación lo que, en definitiva, viene a ser lo mismo que gestión vs democracia, como si la gestión pudiera estar despolitizada.

    . La eficacia en la gestión, tan cara a la derecha conservadora y también a la liberal y, por supuesto, a la social democracia, ha justificado que la política haya ido quedando paulatinamente al margen las de las decisiones que tenían que ser necesariamente políticas.

    Esto se ha puesto de manifiesto, con toda su crudeza, durante la crisis, especialmente en las sociedades que, por diversos motivos, más la han soportado y que en Grecia, por ejemplo, ha alcanzado su máxima expresión.

    Las decisiones del Eurogrupo, tomadas por quienes no responden ante alguien, se basan en la gestión de la deuda, sin criterios políticos, lo que ha llervado a esa sociedad al desastre.

    Evidentemente, y con la complicidad de buena parte de la sociedad civil, en tiempos de bonanza la tendencia a la relajación participativa aumenta, nadie quiere profundizar en el conflicto que, pese a las apariencias, está latente y, por ello, sale a relucir en cada crisis..

    De hecho, al mínimo embate, todo se ha derrumbado como un castillo de naipes y, por eso, ha surgido las movimientos que han llevado al gobierno a quienes promueven el cambio.

    ¿Motivo de celebración? Pues muy relativo, muy relativo, porque el verdadero cambio no se logrará hasta que la mayor parte de la sociedad civil recupere el instinto democrático en su plenitud, con todas sus consecuencias, incluidas las molestas.

    Los gobiernos de Unidad Popular, en sí mismo no garantizan el éxito si, y vuelvo a mi argumento inicial, la política no vuele al lugar que le corresponde.

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