El PP no pactará con el PSOE porque "no tienen un líder que mande"

El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, lanzó el guante al PP y les propuso la firma de un gran pacto de Estado. Pero su oferta apenas si fue considerada por el PP y el gobierno, porque, en palabras de uno de sus dirigentes "no quieren pactar en realidad; solamente es una estrategia". Pero después fue el rey Juan Carlos quien apeló a la necesidad urgente de alcanzar ese pacto de Estado, a través de un programa de TVE. Entonces, convencidos igualmente de que su rival político no tiene "interés en alcanzar acuerdos, sino en decir generalidades y vaguedades y desgastar al gobierno", añadieron un factor más de desconfianza en el PSOE: su falta de liderazgo.

Un miembro de la cúpula del PP expresa sus "temores" en forma de pregunta: " Pero si hacemos un pacto con el PSOE, ¿con quién tenemos que ponernos de acuerdo? Quién manda en el PSOE? ¿Rubalcaba, José Antonio Griñán, o los  chicos de futuro, como Patxi López, Carmen Chacón o Eduardo Madina?" El mismo dirigente popular se responde a su pregunta retórica con una sentencia: "Que arreglen primero sus problemas de liderazgo y que nos aclaren con quién hay que pactar en el PSOE. Mientras, nosotros seguiremos trabajando para sacar a España de la crisis".

Desde el PP denuncian que Rubalcaba, el líder del PSOE, elegido hace apenas un año y tres meses por el Congreso de su partido, ha tenido que desdecirse o, sencillamente, cambiar a toda velocidad su "opinión" sobre asuntos cruciales, en los que había expresado su voluntad de acuerdo e, incluso, los había alcanzado. En su memoria está grabado a fuego el acuerdo por el que se reformó la Constitución para limitar por ley el déficit público. Aquel consenso, que nació fruto de un pacto entre Mariano Rajoy y el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llevó a la mayoría parlamentaria que conformaban PP y PSOE a modificar la Constitución, en verano de 2011.

Posteriormente, con Rajoy ya en la presidencia del Gobierno, el PSOE  no quiso votar con los populares el texto legal que desarrollaba esa reforma constitucional. La versión de los socialistas es que ese texto legal desvirtuaba el acuerdo alcanzado en su día por Rajoy y Zapatero. Pero en el PP lo tienen muy claro: "lo queue pasa -aclara un miembro de la dirección del grupo parlamentario del PP- es que donde habían dicho ´digo´, dijeron Diego´". También culpan al PSOE de haber retirado de su compromiso de acordar con  el gobierno una solución a los desahucios. "Rubalcaba quería consensuar con el gobierno una ley - explica un dirigente popular- pero las presiones de su partido le obligaron a cambiar de posición".

Rubalcaba - entienden desde el PP- no es de fiar en tanto no sea un líder sólido y con futuro por delante en el PSOE. Visto lo visto en episodios recientes, como el de la moción de censura en Ponferrada, que acabó con el grupo municipal socialista en pleno desobedeciendo a Rubalcaba, o como la propuesta del líder del PSC, para que el Rey abdicase en favor de su heredero, el Príncipe de Asturias, y que éste último pilotase una segunda transición, una propuesta de la que  Rubalcaba se enteró por la prensa, la autoridad de Rubalcaba está en entredicho en su partido. Y eso- aseguran los populares- hace imposible alcanzar con él ningún pacto de Estado y, mucho menos, esperar que los socialistas lo cumplan.

Con o sin autoridad y/o crediblidad, los socialistas, con Rubalcaba a la cabeza mientras no se demuestre lo contrario, presentaban  ayer un plan para reactivar la economía, en el que proponen utilizar 20.000 millones de euros para financiar a las empresas, con cargo a los 100.000 millones que la UE reservaba para sanear la banca española y de los que solamente se utilizaron 37.000 millones. Asimismo, copian medidas empleadas ya en Alemania, como la moratoria en los despidos por causas económicas durante 2013, 14 y 15, con ayudas públicas para aquellas empresas que no despidan gente y reduzcan la jornada laboral, entre otras medidas. El PP tendrá que responder oficialmente a este paquete de medidas, aunque de forma oficiosa ya aseguran que el PSOE no es ahora mismo  un partido de fiar y que ellos son tan partidarios como el rey de un gran pacto de Estado, pero que   el PSOE  y su situación interna se lo pone demasiado difícil.