PULSIÓN SOBERANISTA / Dos manifestaciones opuestas frente al cuartel de la Guardia Civil reflejan la tensión política en Cataluña

BCN: ‘Viva la Guardia Civil’ vs. ‘No pasarán’

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GuardiaCivilBarcelona
Dos manifestaciones opuestas, una independentista y otra españolista, frente a las dependencias de la Guardia Civil en Barcelona. / Quique García (Efe)

BARCELONA (BCN).- "Ja no ens alimenten molles, ja volem el pa sencer (Ya no nos alimentan las migas, queremos el pan entero)", cantaba, como una premonición de lo que desea hoy en Cataluña una mayoría de la población, el cantautor alcoyano Ovidi Montllor, fallecido en 1995 en Barcelona. Hoy ya no valen las migas, y hoy el pan entero es el derecho a decidir. El cantautor, también actor, participaba en el año 1989 en la famosa película de José Luis Cuerda Amanece que no es poco, rodada en la Sierra de Albacete, en la sierra que hoy se quema en uno de los incendios más horribles del verano. En aquella película surrealista, Ovidi interpretaba el papel de un guardia civil destinado en aquel pueblo imaginario albaceteño. De surrealista se podría calificar también la escena vivida ayer en las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil en la Travessera de Gràcia de Barcelona. Una escena que bien podría haber rodado el propio Cuerda, o Luis García Berlanga. Pero que ayuda a explicar cómo están las cosas.

A un lado de la calle, varias decenas de manifestantes de la izquierda independentista se habían congregado para condenar las investigaciones que está llevando a cabo la Benemérita a integrantes del Govern en los últimos días. Bajo el lema "No haréis callar la voz del pueblo", la CUP había llamado a la protesta. Al otro lado, otras tantas personas se agrupaban para "defender a la Guardia Civil de los separatistas". Entre este grupo se encontraban representantes de algunos de los colectivos minoritarios que habían llamado a la contramanifestación, como el Movimiento 12 de Octubre o la asociación Espanya i Catalans, además de otros grupos de extrema derecha y de corte fascista, como la Falange de las JONS, Democracia Nacional y Plataforma per Catalunya. Estos últimos eran más ruidosos y se hicieron con la cabecera de la concentración, la cual también había sido apoyada por la presidenta del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, a través de redes sociales.

Los "unionistas" tenían preparado un nutrido repertorio de cánticos de lo más originales, constantemente interrumpidos por "vivas" a la Guardia Civil. "Chusma proetarra, fuera de Gràcia", "Pujol y Puigdemont, la misma mierda son", "Los separatistas son los terroristas" y, por supuesto, no podía faltar el famoso "Yo soy español, español, español". También tenían enjundia las pancartas y letreros que portaban. Una estelada catalana con el número 155 pintado, sugiriendo a Mariano Rajoy que utilice dicho artículo de la Constitución para que intervenga la autonomía catalana como solución a todos los problemas entre Cataluña y el Estado. Mano dura. También era muy original un cartel en el que se leía: "Make Spain Great Again", parafraseando nada más y nada menos que a Donald Trump.

Uno de los momentos más desagradables tuvo lugar cuando una reportera de TV3, la cadena pública catalana, conectaba en directo. Los improperios machistas no faltaron en ningún momento hacia la periodista, a los que había que añadir otros gritos como: "Sois Corea del Norte". Una mujer, a escasos metros de ella, aseguraba: "En mi casa no se ve Antena 3, sólo Intereconomía y esas cosas". Acto seguido comenzaba a cantar: "Fuera Antena 3". Pocos segundos después, uno de sus compañeros de aventuras le recordaba que no era Antena 3, sino TV3 la cadena enemiga. Ella corregía sobre la marcha, como si no pasara nada. Se lucían las banderas de la Falange y de Democracia Nacional. Y algunos bailaban cuando se entonaba el "¡Que viva España!" de Manolo Escobar. No se escuchó, sin embargo, el "Cara al Sol". Los ultraderechistas amenazaron, incluso de muerte, a algunos de los periodistas que cubrían las protestas.

Mientras, en el otro lado de la línea marcada por los Mossos d'Esquadra, sujetaban la pancarta representantes en el Parlament de las CUP como Anna Gabriel, Benet SalellasEulàlia Reguant, Albert Botran, Mireia Vehí o Carles Riera. Normalmente respondían con un "Votarem (Votaremos)". También se escuchaba en esta parte el famoso "I-Inde-Independència". Cuando la tensión verbal iba en aumento, coreaban el "No pasarán" y "¡Oh, no! Nazis no, nazis no, nazis no". Los independentista entonaron también el himno de Cataluña, Els Segadors, puño en alto, y recordaron el motivo por el cual habían llamado a la movilización: "Fora les forçes d'ocupació (Fuera las fuerzas de ocupación)", refiriéndose a la Guardia Civil. En torno a las 13 horas, una hora después de la convocatoria, la Guardia Urbana, que también estaba, restableció el tráfico en la Travessera.

JOAN IGNASI ELENA TRAS DECLARAR ANTE GUARDIA CIVIL
El exportavoz del Pacto Nacional por el Referéndum, Joan Ignasi Elena, tras declarar ante la Guardia Civil en la Comandancia de Grácia el 27 de julio. / Marta Pérez (Efe)

Tensión política, tensión en las calles.

La concentración que se desarrolló ayer en Gràcia, en Barcelona, puede servir de ejemplo de cómo están las cosas en Cataluña en los últimos días. Tensas. Una tensión que, en esta cuenta atrás hacia la fecha señalada por Puigdemont para el referéndum, previsiblemente irá en aumento. Y es que en el conflicto catalán las fuerzas de seguridad están adquiriendo un papel protagonista. ¿Cuál será la función que desempeñarán los Mossos d'Esquadra el 1-O? ¿Qué papel está jugando la Guardia Civil llamando a declarar a integrantes del Govern estos días? Estas dos preguntas y sus inciertas respuestas copan buenas partes de las páginas políticas de los diarios en Cataluña y en el resto del Estado. Mientras, poco se avanza a nivel político cuando faltan exactamente dos meses para que, si el Govern cumple su promesa, se coloquen las urnas. Dos meses para que, si el Gobierno cumple con la suya, no se celebre ningún referéndum.

En cuanto a los Mossos, cabe destacar que los cambios llevados a cabo en la última crisis del Govern durante este mes de julio hicieron de Joaquim Forn el nuevo consejero de Interior. Un independentista convencido que no tiene ninguna duda en llegar hasta el final para que el referéndum se lleve a cabo. Y también hay un nuevo director general de los Mossos, Pere Soler, quien aseguraba hace poco en redes sociales: “Claro que los Mossos cumplirán la ley; ahora nuestro ordenamiento jurídico no se acaba con la Constitución Española, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea tiene primacía”. Mientras tanto, dentro del cuerpo policial catalán se instala el desconcierto y el desconocimiento ante cuáles serán las órdenes que recibirán en octubre, así como que en caso de órdenes opuestas, a quién deben obedecer.

La Guardia Civil, por su parte, está protagonizando un nuevo episodio en el choque permanente entre el aparato judicial del Estado y la Generalitat. La semana pasada llamó a declarar a altos cargos del Govern. Entre ellos, el secretario general de Presidencia, Joaquim Nin, y el director general de Comunicación de la Generalitat, Jaume Clotet, que fueron citados como testigos y salieron de las dependencias policiales en calidad de investigados, por sedición. Del Govern, también declararon como testigos el director general de Atención Ciudadana, Jordi Graells; así como Anna Molas, jefa de comunicación del conseller de Exteriores Raül Romeva; e Ignasi Genovès, adscrito al departamento de la Presidencia.

Además, también pasó por las dependencias de la Benemérita Joan Ignasi Elena, exportavoz del Pacto Nacional por el Referéndum, iniciativa que aúna no sólo al independentismo, sino también a organizaciones políticas y sociales que apuestan por el derecho a decidir como forma de resolver el conflicto nacional. Es decir, aúna, simbólicamente, a ese más del 70 por ciento de la población. En el Pacto se incluyen los comunes, así como los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, entre otras muchas organizaciones sociales, culturales o deportivas, como el propio Barça. La reacción en Cataluña porque Elena tuviera que declarar como testigo ante la Guardia Civil fue mayúscula y las muestras de apoyo masivas. Rizando el rizo, la investigación de la Guardia Civil está consiguiendo más desafección hacia todo lo que huela a España.

La polémica creció cuando el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña emitió una nota en la cual aseguraba que los interrogatorios “no han sido solicitados por el magistrado”. Ante esto, el Govern puso el grito en el cielo denunciando a la Guardia Civil, consideran que ha incumplido la ley. ¿Quién está detrás de los llamamientos a declarar que está efectuando la Guardia Civil? Sin embargo, el magistrado del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona parece ser quien dirige esta instrucción contra el referéndum, pero las diligencias las deja en manos de los guardias civiles que, actuando como policía judicial, definen el plan de actuación y los interrogatorios para indagar si se han cometido delitos. Acto seguido la Guardia Civil debe enviar los atestados al juez. Pero, si no es el juez quien define exactamente esa estrategia policial, ¿quién concretamente la está orquestando? Esta cuestión es la que preocupa a los independentistas, que recuerdan la "guerra sucia" del anterior ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, en la conocida como "Operación Cataluña". Ayer el Pacto, que recabó más de 500.000 firmas de apoyo, acusó al Estado de actuar con amenazas.

Mientras tanto, políticamente -si es que en algún momento se puede separar lo político de lo judicial en el caso catalán- no se han dado muchos avances. En el último Pleno en el Parlament la mayoría independentista aprobó la reforma que permitía aprobar de forma exprés las leyes de desconexión, el Gobierno la recurrió y el Tribunal Constitucional la ha suspendido. Por otro lado, ayer la mayoría independentista registraba en el Parlament la Ley del Referéndum presentada el pasado 4 de julio en el Teatre Nacional de Catalunya. Se llevará a Pleno después del parón veraniego que durará hasta mediados de agosto, previsiblemente será suspendida poco después. Da la sensación que el Govern está alargando los tiempos todo lo que puede para retrasar el momento de la verdad, si de verdad está dispuesto a llegar hasta el final con el referéndum. Ese será el momento de la desobediencia, pues acatando el ritmo judicial parece complicado. Puigdemont ha vuelto a reiterar ante la prensa extranjera que está dispuesto a ir a la cárcel por el referéndum. Mientras, la ciudad de Barcelona está empapelada de carteles de las CUP que aseguran: "Sense desobediència no hi ha independència (Sin desobedencia no hay independencia).

Rajoy declaraba en un acto del PP, pocas horas después de actuar como testigo en la Audiencia Nacional, que "el día 2 de octubre debe volver la normalidad a Cataluña". ¿Cuál es la normalidad en Cataluña, si más de un 70 por ciento de la población quiere decidir votando la relación con el resto de España? En Amanece que no es poco, al final de la película, todo se somete a unas elecciones. Se eligen, en una surrealista votación, a las prostitutas del pueblo, las adúlteras, el alcalde, si los invasores del pueblo de al lado deben irse o quedarse... Se elige todo, hasta a las fuerzas policiales. En esa película surrealista pierde las elecciones la Guardia Civil frente a la Policía Secreta. Aunque también es cierto que la Policía Secreta está compuesta por los mismos agentes que la Guardia Civil, menos Fermín...

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