ENTREVISTA / Al secretario general de CCOO Catalunya

Javier Pacheco: «Si Rajoy interviene la autonomía catalana, tendrá enfrente a CCOO»

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javier pacheco
El secretario general de CCOO Catalunya, Javier Pacheco. / CCOO Catalunya

BARCELONA.- Javier Pacheco (Barcelona, 1971) es desde el pasado mes de abril el secretario general de CCOO Catalunya. Este sindicato, con más de 140.000 afiliados, es el primero de Cataluña. A menos de un mes del 1-O, cuando se debe celebrar el referéndum prometido por el Govern de la Generalitat que, al mismo tiempo, Pacheco recibe a cuartopoder.es en la sede de CCOO en la Via Laietana de Barcelona. Conversa sobre la actualidad del proceso independentista catalán, sobre la posición al respecto de su organización, pero también sobre el papel actual de los sindicatos o sobre conflictos de actualidad, como el de los trabajadores de Eulen en el aeropuerto de El Prat.

— Falta menos de un mes para el 1-O. La situación es incierta. ¿Qué cree que va a pasar? ¿Cuál es su pronóstico?

— Es muy difícil saberlo, creo que no lo saben ni los que están articulando el proceso. Hay una decisión adoptada por parte del Govern de llevar a cabo la celebración del referéndum, que es la constatación de un compromiso electoral, y hay una evidente voluntad por parte del Gobierno del Estado de evitarlo a toda costa. Es un choque de trenes y lo peor que puede pasar es que el desenlace sea una fractura social. Aquí es donde el sindicato está poniendo soluciones encima de la mesa para vertebrar la mayoría social catalana. Esto es vertebrar la mayoría que está por el derecho a decidir, una mayoría que recibió la negación del PP, una negación miope para dar una solución a un modelo territorial que está agotado. Lo peor que nos podría pasar, independientemente de lo que ocurre con el referéndum, es que se dé una fractura social en Cataluña y un aislamiento institucional de Cataluña con el resto del Estado y de Europa. Para evitar esto, CCOO se pone al servicio de la sociedad catalana.

— ¿De qué manera se puede evitar ese escenario de fractura social y aislamiento institucional de Cataluña?

— Lo primero que se tiene que plantear es la articulación de una correlación de fuerzas políticas aquí y en el resto del Estado que haga ver al PP que el ejercicio del derecho a decidir es una salida que puede legitimar cualquier solución. Por lo tanto, el restarle la legitimidad democrática que tiene el Govern para trasladar a la ciudadanía cómo debe ser el encaje no debería ser un mantra imposible de superar. Hay que trabajar esa articulación de fuerzas políticas y, a partir de ahí, que se haga política. Es un conflicto político y la solución es política. La policía debe buscar el consenso para poder articular la convivencia de una manera ordenada y en democracia.

— CCOO formaba parte del Pacte Nacional pel Referèndum junto a otras muchas organizaciones de todo tipo. No todas esas organizaciones apoyan el referéndum del 1-O. ¿Cuál es la postura de CCOO Catalunya?

— Este referéndum carece de un elemento fundamental: el consenso sobre el derecho a decidir. El carácter unilateral, por la falta de consenso, limita esas garantías democráticas que plantea el Pacte Nacional pel Referèndum y que también planteó el conjunto de la afiliación de CCOO Catalunya en nuestro último Congreso. Ahí también planteábamos otras cuestiones sobre el referéndum, como que tuviera el reconocimiento internacional, el carácter vinculante por el consenso político y por sus garantías jurídicas. Es evidente que este escenario unilateral no tiene estas condiciones, por lo que no podemos hacer un llamamiento explícito a participar en él. Sin embargo, sí que reconocemos el espíritu democrático que el Govern tiene de trasladar a la ciudadanía la posibilidad de participar directamente en algo tan fundamental. No vamos a oponernos a un proceso con esta vocación de espíritu democrático, pero tampoco haremos un llamamiento a participar en algo que no cumple las condiciones que CCOO acordó. Lo que haremos, también, será respetar la pluralidad que tenemos internamente sobre este aspecto, no vamos a decirle a la afiliación lo que tiene que hacer, algunos votarán sí y otros que no, otros no irán a votar, que cada persona decida. Desde nuestra génesis tenemos muy clara la vinculación de los derechos nacionales con los derechos sociales en Cataluña.

— ¿Y usted que hará el 1-O?

Este referéndum carece de un elemento clave: el consenso sobre el derecho a decidir

— Lo decidiremos colectivamente. Tengo la responsabilidad de representar una organización de la importancia y pluralidad de CCOO, por lo tanto no se trata de mi decisión individual, sino de lo que colectivamente decidamos y aún no lo hemos hecho. Primero tenemos que tener claro que haya referéndum, de momento nadie lo ha explicado y ni siquiera está convocado.

— Sí que está convocada la manifestación de la Diada del 11 de septiembre. ¿Participará CCOO como organización?

— La organización no ha participado tradicionalmente en las manifestaciones de la Diada salvo en la que salía de la confrontación con el Tribunal Constitucional por el Estatut. Lo que sí que ha hecho siempre CCOO es celebrar la capacidad de movilización y participación de la ciudadanía cada 11 de septiembre y hemos planteado que cada persona participe en los actos como entienda que lo debe hacer. En esta edición hay una diferencia con respecto a anteriores, este año la reivindicación es independentista cuando otros años era por el derecho a decidir, y nosotros no somos una organización independentista, somos una organización transversal en este sentido. Este año la movilización apela únicamente a una parte de la ciudadanía.

— Mariano Rajoy ha prometido que no habrá referéndum. Cuando intente llevar a cabo su cometido, ¿tendrá enfrente a CCOO Catalunya?

— El Gobierno de Rajoy está empeñado en la limitación democrática mediante la participación del pueblo. Nosotros no vamos a actuar en posiciones de fuerza, pero no estaremos ajenos a las respuestas que pueda dar en relación a la limitación de autogobierno o de las competencias de Cataluña. Si interviene directamente la autonomía catalana, si por ejemplo aplica el artículo 155, tendrá enfrente a CCOO. Nuestra organización defenderá la autonomía y la capacidad de autogobierno y defenderemos las instituciones catalanas si son agredidas por el simple hecho de fomentar un hecho democrático.

— ¿Si se inhabilitara a cargos electos catalanes, como al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, o a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, también tendrá enfrente el Gobierno a CCOO?

— Sí. Si hay una intervención directa que limita las capacidades de nuestro Govern, estaremos defendiendo las instituciones catalanas. La política se resuelve con política, aquí no se están vulnerando derechos fundamentales y no se puede actuar como si esto ocurriera. Ante esa incoherencia, la aplicación de las leyes debe tener un sentido común y se está actuando con una miopía enorme. Si se interviene, inhabilita o limita las competencias de autogobierno catalán, CCOO defenderá las instituciones catalanas.

— ¿CCOO, a nivel estatal, también se opondría a una intervención de la autonomía catalana?

— Así interpelaríamos a nuestros compañeros del resto del Estado. CCOO es una organización social y democrática que entiende que el modelo territorial de nuestro país está agotado. Las políticas de recentralización para justificar los recortes del PP tienen que ser contrarrestadas con la cercanía de la práctica de las políticas allá donde la gente vive, donde es beneficiaria de los servicios públicos. En este sentido, CCOO a nivel estatal no podría aceptar que el Gobierno llevase a tal término la recentralización de las competencias inhabilitando la autonomía, por el simple hecho de intentar dar la voz al pueblo.

Otra cosa es que hubiera otros términos que afectaran al modelo territorial, por ejemplo, si se hiciera una declaración unilateral de independencia habría que resolver unos problemas con nuestra organización estatal que no puede asumir que se tomen decisiones al margen de una práctica democrática del conjunto del Estado. CCOO plantea una reforma constitucional que mejore las capacidades de autogobierno y respete la opinión del pueblo de Cataluña, eso que no es una declaración directa por el derecho a decidir, es algo que no dice nadie en el resto del Estado y hay que ponerlo en valor. En ese sentido, nuestra organización seguirá trabajando en ese entendimiento, porque nuestra vocación es la de constituir mayorías sociales para encontrar soluciones a los problemas de la ciudadanía.

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Javier Pacheco, secretario general de CCOO en Cataluña

— La izquierda independentista asegura que con una República Catalana independiente se podrían conquistar mayores derechos sociales que dentro del Reino de España. ¿Qué opina?

— Eso es muy subjetivo. Soy de la opinión de que la conquista de derechos tiene más que ver con la lucha de clases que con la lucha de identidades. En diferentes estados con distintos modelos encontramos ejemplos de todo tipo, lo que acaba imponiendo un modelo social es la lucha de clases. Pero derechos sociales y nacionales de la mano han conseguido grandes conquistas en Cataluña. Para nosotros prima siempre la lucha de clases.

— ¿Cuál es la posición de CCOO sobre la polémica acerca del papel que deben tener los funcionarios catalanes en el referéndum del 1-O?

— Tenemos el compromiso del Govern de tener todas las reuniones necesarias para poder garantizar que no habrá ningún riesgo para los trabajadores de la Función Pública. Nosotros, para velar por sus derechos, vamos a exigir que cualquier responsabilidad que tenga un trabajador público con respecto al referéndum se la de por escrito su cadena de mandos, para poder hacer una evaluación empírica de lo que se les está planteando y garantizar sus derechos. Esperamos, en ese sentido, que lo que nos manifiesta el Govern se haga realidad cuando se tramite formalmente la Ley del Referéndum. Entonces trabajaremos para garantizar que los funcionarios no tienen ningún problema.

— Hubo una polémica con la aprobación de los presupuestos del Govern. Mientras Oriol Junqueras decía que eran "los presupuestos catalanes más sociales de la historia" desde el entorno de los comunes, la izquierda no independentista, y muchos colectivos sociales se les tachaba de unos presupuestos de derechas, neoliberales, seguidistas con la línea de Convergència... ¿Qué postura tiene CCOO en este tema?

— Los presupuestos no han resuelto lo que fue la punta de lanza de los recortes del Estado de Bienestar de nuestro país. Cataluña fue el ejemplo recortador para el resto del Estado. Por lo tanto, los esfuerzos que hay que hacer son más acuciantes y así lo trasladamos en su día al Govern y les manifestamos nuestra decepción. Independientemente de esto, han mejorado las partidas sociales, pero seguimos estando muy lejos de lo que debería ser. En Cataluña, siendo una competencia propia, estamos lejos del 6 por ciento de inversión en Educación que recomienda la Comunidad Económica Europea, no tenemos las inversiones que necesitamos en el sistema sanitario tras los recortes de los últimos años… Es verdad que hay cosas que valorar de manera positiva, la Renta Garantizada de Ciudadanía es un ejemplo, pero la configuración de los presupuestos está lejos de poner a Cataluña en la senda de la recuperación de derechos.

Hoy el marco laboral regulador favorece la externalización de los riesgos del trabajador

— Usted llegó en abril a la secretaría general de CCOO Catalunya. ¿Cuáles son los principales retos del sindicato en esta nueva etapa?

— Hay algo fundamental, tenemos que recuperar la capacidad adquisitiva de los trabajadores, es la piedra fundamental para combatir la precariedad y poder hablar de un marco de cohesión social. La precariedad no sólo se sensibiliza en el marco de lo material, tiene múltiples caras, y el sindicato tiene que adaptar su papel para ser referencia en la nueva realidad. Vemos cómo hay nuevas realidades del trabajo que se articulan externalizando más el riesgo hacia las personas y atomizando las relaciones laborales. Esto dificulta la acción colectiva de los trabajadores y el sindicato se tiene que reinterpretar.

También tenemos que simplificar nuestra organización para que la gente nos vea más cerca. Tenemos una pérdida de referencia social importante, no tanto en donde articulamos nuestra participación directa, tal y como demuestran las sucesivas elecciones sindicales, pero es verdad que se ha perdido referencia como la han perdido la mayoría de las instituciones y la vida pública. Nos tenemos que adaptar a la nueva forma de ver las instituciones por la gente. Hicimos 150 propuestas concretas para llevar esto a cabo. Entre ellas, la lucha contra la precariedad, la dinamización de nuestros locales sindicales, buscar alianzas en el ámbito del trabajo, feminizar la organización, desjerarquizar el modelo organizativo…

— Uber, Deliveroo, falsos autónomos... Nuevos modelos laborales que fomentan la precarización. ¿Qué respuesta se le puede dar a esta situación?

— Evidentemente depende del marco jurídico y tenemos que tener capacidad de intervenir en el ámbito político para que transformen el estatuto de los trabajadores y la ley mercantil para evitar que esto suceda. Hoy el marco laboral regulador favorece la externalización de los riesgos y la fragmentación de la cadena de valor de cualquier negocio, hasta el punto que llega a trasladárselo a los trabajadores y los expulsa del marco de la regulación del trabajo colectivo. Hay sectores incluso sin marco de contratación o con un marco de contratación individual. Vemos cómo desde el mundo del capital se orienta a que los modelos de condiciones laborales sean que los trabajadores asumen el riesgo de su participación en el mundo de la empresa. Para evitar esto, hay que cambiar el modelo regulador, que haya contrataciones ajenas, que haya empresa y trabajador para poder llevar a cabo la contratación colectiva.

Pero no podemos esperar a que la política solucione los problemas, nosotros intervenimos directamente. Por ello, el sindicato tiene que encontrar espacios de referencia y de arraigo en estas nuevas condiciones del trabajo. El primer problema es de arraigo, la gente no se vincula a la profesión y no se organiza para mejorar sus condiciones de vida, transita de un escenario precario a otro. El problema es que no conseguimos que la gente entienda la sindicalización como parte de la solución y se da el conflicto corporativizado, un gran riesgo porque les aísla del resto de los trabajadores. Tenemos que conseguir que las soluciones tengan un hilo general, la solución al problema de las kellys no es un convenio para ellas, es que ellas entren en el convenio de la hostelería. Tenemos que recuperar parte de nuestras carencias. Por eso tenemos que buscar alianzas sociales para influir en la política y modernizar nuestro modelo organizativo para que estos trabajadores nos tengan como referencia.

— Readmitirán a los despedidos y se complementará el sueldo con 200 euros mensuales. ¿Cómo valora el laudo del árbitro del Gobierno para el conflicto de los trabajadores de Eulen en el aeropuerto de El Prat?

— Una cacicada, no del árbitro, sino del Gobierno. Vemos un conflicto que se ha sobredimensionado para politizar la gestión del mismo con frentismo entre las distintas administraciones. Durante más de un mes se le ha dado carácter de orden público para justificar una intervención de estas características, vulneran elementos democráticos fundamentales como el derecho de huelga y negociación colectiva. En ningún momento se ha puesto en duda la seguridad de los viajeros, nadie se ha subido a un avión sin pasar por los controles de seguridad. Que se plantee que se está poniendo en cuestión la seguridad es la justificación absoluta para una confrontación de orden territorial y aprovechar la coyuntura para darle una nueva estocada a la negociación colectiva. Estamos estudiando la demanda de la vulneración de derechos a la huelga y colectiva junto a la UGT, esto es una cacicada.

— Vemos como Macron anuncia su reforma laboral y cómo la CGT francesa promete contundencia. Precisamente, ¿son más contundentes en sus respuestas los sindicatos franceses que los españoles?

— Nos ha faltado una correlación de fuerzas como les falta también a la CGT en Francia. Pero hay que recordar que la respuesta sindical en España a la crisis ha sido la más importante en huelgas generales en todo el periodo democrático. Crisis profundas se han vivido también en los 80, con la salida de los Pactos de la Moncloa, en los 90, con la crisis del petróleo… Nunca se habían convocado tres huelgas generales en dos años. Pero hemos aprendido todos que la respuesta o es global, o la ofensiva del capital es tan global que no es fácil dar una alternativa. No diría que es un problema de falta de fuerza.

Los sindicatos franceses tienen menos tasa de afiliación que los españoles. Por otro lado, tienen un modelo de participación en el conflicto, en la huelga general, que les permite actuar por sectores. Las huelgas generales en Francia suelen ser fuertes en el sector público y transportes. A nosotros no nos permiten ese modelo de movilización, la huelga general aquí tiene un marco que se le puede considerar abusiva. Por otro lado, el modelo sindical francés no tiene esa vocación unitaria que hay aquí y la CGT mantienen un pulso en solitario. El sindicato está jugándosela en esa posición en solitario porque puede tener una buena representación en el sector público y en transportes. Son dos modelos distintos, veremos a ver qué pasa en Francia.

— Decía que hace falta una respuesta global a una ofensiva del capital también global. ¿Hay avances en la coordinación sindical europea? ¿Veremos una huelga general europea?

— Es complicado encontrar el espacio de cohesión social, la construcción social de Europa esta lejos. Con la presidencia de CCOO en la Confederación Europea de Sindicatos (CES) conseguimos convocar un día unitario de lucha en todos los países europeos por el ámbito sindical. Hay que tener en cuenta que la huelga general no es un derecho en todos los países de la UE, en Alemania no existe, por ejemplo. En el sur y en el norte el modelo de huelga es completamente distinto. También hay grandes diferencias en los marcos jurídicos laborales. Eso conlleva una cultura diferente para entender el conflicto. Responder esa heterogeneidad de condiciones y las realidades con las que viven la crisis hacen muy difícil una difícil conjunta. Se está planteando una movilización en noviembre conjunta para mejorar los salarios, eso ya sería muchísimo, porque las prioridades de todos los países no es el salario, pero son pequeños hitos de construcción unitaria.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    El espacio de cohesion social está como lo han llevado dirigentes sindicales mayoritarios: ( Lease UGT = CCOO ). Estando subvencionados por el desgobierno mamandurriano estatal; con ayudas de un millón de Euros en algunas autonomias… Sí, ya se que las patronales tambien; un espacio poco o nada oxigenado, durante tantos años. No esiste clase tabajadora que lo aguante; habeis adormecido el puño de lucha, apoltronando con » liberados ha gogo «. Todo oxido impide una maquinaria lubricada, y capaz de rehabilitar el ritmo de este siglo XXI. Desde el 23 F; todas las Autonomias y Nacionalidades, con la LOAPA estan intervenidas de facto… El grito de: PsoE, C,S, Pp la misma mie… es! lo han cambiado por :¡ PP, PsoE, y C,S…. Se sublevan como en el 36 ! ¡ Abajo, la Internacional de los chorizos !. El capital global, no tiene banderas… ni falta que les hace. Un buen Paraiso fiscal, unido aun gobierno corrupto, apoyado en diferido por la supuesta dirección de las clases trabajadoras… ¡ Que pena de tiempo, pasado !.

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