Los candidatos a presidir la Generalitat no son lo que parecen: hay trampa

Nada es lo que parece, o por lo menos, los candidatos a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña, para las elecciones del 21-D no son lo que parecen. Ninguno de los que figura como cabeza de lista parece que vaya a alcanzar la jefatura de la Generalitat o, de hacerlo, no sería con los votos emitidos para su partido. No cabe duda de que las alianzas poselectorales son legítimas, pero en esta ocasión, entre las circunstancias personales y judiciales  de los candidatos y los acuerdos de mesa camilla de los partidos concurrentes, el sufrido votante puede llevarse muchas sorpresas.

Conviene que sepan aquellos que voten a ERC, pensando que el presidente del gobierno catalán debe ser Oriol Junqueras, que pueden encontrarse con que, privado de su libertad como está el líder de ERC, no pueda ser investido presidente y que sea su compañera Marta Rovira, quien aspire a tan honorable cargo, siempre que consiga los votos necesarios para ello.

El votante de Junts per Catalunya, o de su cabeza de lista, Carles Puigdemont, debería saber también que, si bien a su cabeza de cartel se le reconoce el "mérito" de haber impulsado la opción que, bajo las siglas PdeCat sufría un hipotético desplome con augurios que apenas llegaban a la decena de escaños, hasta los 25 escaños (según las últimas encuestas), el día después de las elecciones pierde toda posibilidad decisoria en materia de alianzas, pactos y votaciones. Podría darse el caso asimismo, de que ni él mismo fuese presentado por su formación para ser investido presidente ni para estar en ningún cargo gubernamental. Así, al menos, lo susurran muchos de sus correligionarios.

Con respecto a la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, es, según las encuestas, la que más expectativa de voto tiene, la que puede cosechar el mejor resultado o el segundo mejor resultado, y la que según todos los sondeos, será la más votada de entre los partidos constitucionalistas. Pero son los propios dirigentes de los partidos constitucionalistas quienes insisten en que "no la ven" como presidenta de la Generalitat. Los populares hablan abiertamente de su “falta de experiencia de gobierno” y, por lo bajini, admiten que, incluso siendo ella la más votada de la opción, estarían dispuestos  votar al candidato del PSC, Miquel Iceta, para que fuese él el president. Por tanto, el votante del PP catalán debe tener claro que su candidato, Xavier García Albiol, no tiene ninguna opción de ser presidente de la Generalitat, ningunas ganas  de poner sus votos al servicio de una investidura de Arrimadas y una cierta predisposición a desviar sus votos hacia el plan alambicado de Iceta, basado, como ya adelantó cuartopoder.es, en recibir apoyos de todo el bloque constitucionalista y de los comunes de Ada Colau y de su cabeza de lista, Xavier Domenech. Este último, por cierto, no deja de repetir que sus escaños serán decisivos. Y lo serán. Pero a día de hoy los votantes de Catalunya en Comú (CeC) no tienen no ya garantías, sino ni tan siquiera una ligera idea, de hacia dónde decantarían el futuro Ejecutivo catalán si la pugna es independentismo versus constitucionalismo.

Por último, tampoco la opción CUP ofrece a sus votantes certezas de lo que va a ocurrir con su representación tras el 21-D; ni siquiera está claro que estén presentes en el Parlament, ya que vinculan su presencia en el Cámara catalana a la existencia de una mayoría independentista.

Con este panorama y estas certidumbres e incertidumbres, los votantes catalanes tendrán que componer la nueva Cámara y esperar a ver cómo sus representantes gestionan sus votos y mandatos.