Laura Pérez (Podem BCN): “Podemos tiene que mirar más al municipalismo”

  • Entrevista a la concejala de Feminismos y LGTBI de Barcelona
  • Candidata a secretaria general en las primarias de Podem Barcelona

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Laura Pérez (Barcelona, 1982) es la regidora de Feminismos y LGTBI, de Relaciones Internacionales y del distrito de Sants Montjïc del Ayuntamiento de Barcelona. Tres años después de la llegada del equipo de Ada Colau al gobierno de la capital catalana, habla con cuartopoder.es sobre cómo Barcelona se ha convertido en una ciudad más feminista. Y es que el movimiento feminista es la punta de lanza de la movilización social hoy en día, y eso está impregnando amplios sectores de la sociedad. Pero, ¿hasta qué punto las instituciones pueden recoger el guante de las calles? Pérez reflexiona sobre esto y sobre el conflicto catalán, el revocatorio de Pablo Iglesias e Irene Montero en Podemos y la moción de censura... Y de su proyecto para Podem Barcelona.

Pérez es candidata en las primarias para ser secretaria general de Podem en la ciudad de Barcelona. El proceso de votaciones se abrirá el próximo 11 de junio hasta el 18. Además, otras dos personas se presentan a la Secretaría General: Ana María Sánchez Martín y Juan Camilo Ramos. Hay 46 personas candidatas a participar en el Círculo Ciudadano Municipal y 12 que optan a ser representantes de los círculos en el órgano directivo de Podem en la ciudad.

— Concejala de Feminismos en estos tiempos. ¿Qué medidas principales ha impulsado para hacer de la institución, el Ayuntamiento de Barcelona, un espacio más feminista?

— Hemos articulado, desde que llegamos al Ayuntamiento, un Plan por la Justicia de Género con el objetivo de que la transversalidad de género fuera efectiva en la ciudad, pero también dentro de la institución. Era un gran reto, antes de nuestra llegada al Ayuntamiento era algo que no se había trabajado. Esto implica desde formación al personal de la casa, hasta incluir la perspectiva de género en las contrataciones, fijarnos en los premios y distinciones que da el Ayuntamiento, hacer presupuesto con enfoque de género…

Yo le llamo el devenir feminista de la institución: ¿cómo conseguimos que la institución, con las herramientas que tiene, vaya incorporando esa mirada feminista y el reconocimiento de que nuestras herramientas no son ciegas al género? Hemos avanzado muchísimo y somos referentes para muchas otras ciudades que nos llaman y preguntan sobre estos temas: cómo hacemos las cláusulas de contratación, cómo incluimos la perspectiva de género en los presupuestos… Además, es algo que, si en algún momento dejamos de gobernar en Barcelona, quedará para la posteridad, sobre todo la parte formativa y el acompañamiento que hemos hecho con personal técnico. Hemos creado una metodología de trabajo que obliga a que cualquier tema que desarrollemos tenga incluida la visión de género.

— Eso en el Ayuntamiento. ¿Y cómo resumiría su trabajo durante estos tres años para hacer de Barcelona una ciudad más feminista?

Apostamos por una economía feminista. La crisis no es sólo económica, es social y de cuidados.

— Hemos desarrollado políticas desde distintos ámbitos, como juventud, cultura o salud, y todas incorporan elementos específicos en materia de género. En el área de Economía estamos apostando por una economía feminista, creamos un departamento específico para tratar la economía de los cuidados. Creemos que la crisis no es sólo económica, es social y de cuidados. Los cuidados son sostén de la economía productiva y, por ello, creamos un departamento propio. Este año abriremos un centro de recursos para los cuidados.

Lo explico con un ejemplo, si alguien sale de un hospital y a algún familiar le han diagnosticado una enfermedad que requiere cuidados específicos, ya no tendrá que recorrerse la ciudad intentando adivinar qué servicios tiene a su disposición, para, por ejemplo adaptar la casa a la nueva situación. Los derechos a ser cuidado no pueden terminar los derechos de la persona cuidadora. En este centro para los cuidados, abordaremos todos los elementos de formación y de derechos laborales de las trabajadoras que asumen los cuidados. Hicimos un estudio que nos hablaba de que un 90% de los cuidados en Barcelona los asumen las familias, mayoritariamente las mujeres. También hemos creado un servicio de atención al hombre que trabaja temas de paternidad y de los cuidados en sentido amplio. Hemos trabajado temas de urbanismo de género...

— ¿Urbanismo de género?

— Esto lo hemos desarrollado desde lo práctico, a través de marchas exploratorias en barrios populares, donde hay zonas que no tienen ni aceras, que sólo están pensados para el coche. Entonces, paseamos el barrio juntas, con las vecinas, y vemos qué necesidades hay cuando vas en silla de ruedas o con un carrito de bebé, cuando una mujer vuelve sola por la noche y una calle no tiene una buena iluminación… Creamos, con esta metodología, un urbanismo que se le podría llamar urbanismo de género, pero es un  urbanismo para todo el mundo, pues incluye la mirada de lo cotidiano. En temas culturales también veíamos la infrarrepresentación de las mujeres, incluso en las propias programaciones culturales del Ayuntamiento. Queremos que al final de nuestro mandato se note que hemos mejorado en este aspecto, también en las distinciones que otorga el Ayuntamiento, siempre el reconocimiento social ha sido más favorable al hombre que a la mujer.

— También han desarrollado un plan específico contra las violencias machistas...

— Ha habido un gran aumento presupuestario en este aspecto, pero, a pesar de ello, nos damos cuenta de que no llegamos a todas las mujeres que sufren violencias en la ciudad. Además, los servicios estaban muy centrados en las violencias que se dan en el ámbito de las parejas. Esta nueva ola del feminismo, esta revolución que estamos viviendo, pone encima de la mesa otras violencias, como la sexual.

En este sentido, comenzamos hace un par de años a trabajar contra estas violencias en los espacios de ocio nocturno, estamos estableciendo alianzas con festivales y salas privadas. También tiene presencia en las fiestas mayores, a través de stands, creando equipos que pueden atender in situ y coordinar con la policía o con hospitales. También lanzamos campañas muy claras de denuncias y de posicionamiento en la agenda. Hemos hecho un gran trabajo posicionando el tema, empezando por tener una regidora de Feminismos y no de Mujer, tal y como se le llamaba antes.

— El 8-N, con la huelga vimos una movilización histórica. También con la reacción de las mujeres a la sentencia de "La Manada". ¿Va por delante el movimiento social que las instituciones?

El feminismo está cambiando la cultura y mentalidad de la gente para siempre

— Como activista vengo trabajando estos temas desde hace muchos años y vivo estos momentos y movilizaciones históricas con mucha emoción. Creo que hay una revolución transversal feminista en todo el Estado, también en pequeñas localidades. El enorme seguimiento de la huelga del 8-M no se dio en otros países, y esto lanza un mensaje muy potente al Gobierno del PP. Esta revolución tiene un elemento imprescindible que hace que ya no haya vuelta atrás: el feminismo está cambiando la cultura y la mentalidad de la gente para siempre. Hemos visto cómo se han unido en las calles mujeres mayores con chicas muy jóvenes reclamando derechos políticos y sociales. Esta revolución no se va a parar.

En otros partidos hemos visto cómo han tenido que hacer un cursito acelerado de feminismo para salvar la cara y poder poner cuatro tuits el 8-M. Albert Rivera fue bastante desacertado en aquel momento, pero, ¿qué se puede esperar de un partido que no incluye la palabra ‘feminismo’ en su programa electoral? Estos partidos se han tenido que poner las pilas y empaparse de feminismos, pero esto no es un tema de maquillaje, es un tema de prioridades de hacer política. El Gobierno del PP no es capaz de hacer ese clic y Ciudadanos tampoco, eso se nota en los presupuestos, por ejemplo.

Los municipios, además, notamos mucho esta carencia. Barcelona está asumiendo los gastos para luchar contra las violencias machistas con nuestro presupuesto municipal, sin ayudas de la Generalitat ni del Gobierno estatal. Son servicios fundamentales los que estamos desarrollando y, ni así, estamos llegando a toda la población que en las encuestas vemos que han sufrido violencia. Es el derecho a la vida lo que se está despreciando, no es un derecho determinado a un servicio, se pone en juego vidas de personas. En Barcelona se dan más de 200 violaciones en Barcelona cada año. Necesitamos que al PP, Ciudadanos y a quien gobierno este mensaje les quede bien claro.

— Barcelona En Comú impulsa los próximos días 21 y 22 de junio unas jornadas de municipalismo queer. ¿Qué es municipalismo queer?

— Serán unas jornadas muy interesantes, con ponentes muy potentes. Desde el Ayuntamiento tratamos de llevar a la ciudad de Barcelona las políticas LGTBI, las políticas de diversidad de género. ¿Cuáles son los temas principales sobre este aspecto en la agenda municipalista? Siempre hay un diálogo entre la mercantilización de lo LGTBI, el capitalismo rosa, y entre el activismo que propone modelos alternativos. Sobre esto se tratará en estas jornadas.

Por ejemplo, intentamos que lo trans tenga la misma repercusión y visibilidad que ha tenido lo gay tradicionalmente. Las jornadas serán un diálogo en este sentido e intentaremos salir del modelo mayoritario del hombre homosexual, dentro de este amplio colectivo, y llevar una mirada crítica al mercado gay. Tenemos que trabajar por una política, desde las instituciones y desde los movimientos, que no mire sólo a la persona gay, lesbiana, transexual, bisexual, pansexual, asexual… Tenemos que mirar a toda la ciudadanía, cuando se habla de derechos de diversidad sexual y de género es a toda la ciudadanía a la que tenemos que interpelar. Si queremos acabar con la discriminación, hay que llegar a toda la ciudad.

— Usted se presenta como candidata a la Secretaría General de Podem Barcelona. Durante los últimos días ha habido mucho debate por la consulta interna de Podemos sobre si Pablo Iglesias e Irene Montero debían dimitir tras la compra del famoso chalet de Galapagar. Uno de cada tres inscritos han votado por la dimisión. ¿Cómo valora este resultado? ¿Era el momento de hacer una consulta de este tipo? 

No podemos tener una mejor portavoz que Irene Montero, me siento muy bien representada por ella

— El domingo, cuando se conocieron los resultados, ellos compartieron sus visiones en las redes sociales y a mí me parecieron acertadas. Creo que no hay que obviar ese 30% al que hacía referencia, pero no se puede olvidar que el 70% les ha animado a seguir adelante, como yo misma he hecho. Creo que nadie estaba cuestionando sus liderazgos, pero ahora les toca hacer autocrítica y acercarse a ese 30% que ha visto en la gestión de este tema un impedimento para que sigan liderando Podemos. Reitero que los resultados demuestran que nadie cuestiona sus liderazgos, creo que era un debate sobre la coherencia o no coherencia de tener esta casa. Estoy convencida de que no podemos tener una mejor portavoz que Irene Montero, me siento muy bien representada por ella. Después de la sentencia del PP, con este contexto de moción de censura, nos tenemos que centrar en hacer política hacia afuera y pasar página.

— Precisamente, en redes sociales, el domingo, tras conocerse los resultados, Montero se comprometía a seguir trabajando por un Podemos feminista. Oímos mucho lo de que hay que feminizar la política. En la práctica, ¿cómo se feminiza una organización política?

— Mi experiencia es que estamos aprendiendo a construirlo en los nuevos espacios políticos. La política ha tenido una tendencia a masculinizarse, por la manera de hablar y de comunicarse, porque rectificar parece algo malo, porque no puedes dudar nunca… Hemos heredado un modelo de persona política y partidos políticos basados en liderazgos masculinizados, que no tienen por qué ser sólo hombres, muchas mujeres han adoptado esos roles masculinos en los que no puedes rectificar y cambiar de opinión. En este sentido, creo que tenemos dos grandes retos hacia la interna. ¿Cómo cambiamos la manera de hacer política? Eso implica mayor horizontalidad, diálogo, trabajo en equipo, no rodearte únicamente de quien te va a dar la razón… Barcelona En Comú es un buen ejemplo, de hecho, hicimos un diagnóstico interno en el que se demostraba que los hombres hablaban más en las asambleas, por lo que decidimos dar tiempo de palabra a todo el mundo igual, dos minutos…

Estas son prácticas que ayudan a cambiar el modelo de la política. El tema de los liderazgos también es muy importante. Mujeres al frente de proyectos que nos reconozcamos como feministas, pero que sepamos ser generosas, rectificar, que no escondamos que lloramos… Ada es muy sensible y no tiene problemas en enseñarse como tal. Lo tercero, esto a la externa, es apostar por políticas públicas. En los presupuestos hay que apostar por medidas feministas. Escuché al PSOE decir que lo bueno de hacer política feminista a la interna es que no cuesta dinero. Eso no puede ser así.

— Y se embarca a liderar Podem en la ciudad de Barcelona. ¿Qué aporta su proyecto al partido?

Con Domènech en Podem Catalunya tenemos una estabilidad que no teníamos

— Para explicarlo voy a volver al feminismo, pues defenderemos el proyecto desde ahí. Llevamos muchos meses de trabajo para construir un equipo, de una manera horizontal, con muchos perfiles, de una manera feminista… Al final, el equipo decidió que me presentara a secretaria general. Valoré mucho que hace falta que más mujeres estén al frente de los proyectos en Podemos. El proyecto que presentamos es un proyecto municipalista, basado en la ciudad, obviamente con conexión con Podemos estatal y Podem Catalunya y Catalunya En Comú, pero centrado en la ciudad.

Los perfiles que conformamos el equipo son gente que proviene del activismo de barrio, de la lucha LGTBI, del derecho a la vivienda, el Sindicat de Llogaters… Tenemos que lanzar también un mensaje a Podemos estatal: el cambio ha sido municipalista, el cambio está viniendo de las ciudades y Podemos tiene que mirar más hacia el municipalismo. La tercera pata es que es un proyecto incuestionablemente confluyente, queremos trabajar con otras organizaciones como hacemos en Barcelona En Comú, un Podemos que no esté mirando hacia la interna constantemente y que nos ayude a llevar una transformación a la ciudad. Creo que ese espíritu confluyente va a permitir que Podem Barcelona sume a los retos que nos vienen y, sobre todo, con vistas al 2019, las próximas citas electorales. Creo que es un buen momento, con Domènech en Podem Catalunya tenemos una estabilidad que hasta ahora no teníamos.

— Catalunya En Comú nació hace algo más de un año. Una fuerza política que aglutina a distintos partidos. Doménech, además de coordinador general de Catalunya En Comú ha asumido la secretaría general de Podem Catalunya. ¿Se favorece la confluencia con esta decisión o a una de las partes sobre el resto? 

— Por el calendario político estatal y catalán, hemos tenido muy poco tiempo para pensarnos a la interna. Nos ha faltado tiempo para conseguir dedicar más tiempo a este paraguas que nos aúna. Creo que esto ya lo hubiéramos conseguido si no hubiera habido una dirección de Podem que se resistía a la confluencia, hemos perdido unos meses por ello. Ahora, Domènech tiene dos retos por delante: uno es trabajar por un Podem Catalunya que ha tenido mucho conflicto y ha perdido mucha gente por el camino; el segundo, hacer de Catalunya En Comú la alternativa de izquierdas que necesita Catalunya en un contexto nacional complicadísimo.

— ¿Qué papel debe jugar la ciudad de Barcelona en este contexto político catalán complicadísimo? Estamos viendo apuestas fuertes para las municipales, suena Valls por Ciudadanos, una candidatura unitaria independentista...

A mucha gente no le interesa que en las próximas municipales se hable de Barcelona

— Hay mucha gente, se lo escuchábamos a la alcaldesa el otro día, a la que no le interesa que en las próximas municipales se hable de la ciudad de Barcelona, del transporte público, de la vivienda… No tienen propuestas alternativas de ciudad. A mí, de lo de Valls y Graupera lo que más me sorprende es que vengan de tan lejos, no tienen un conocimiento de las necesidades de la ciudadanía y pretenden que Barcelona se convierta en un tablero de juego de lo identitario. Que Valls venga de Francia, con la trayectoria política que tiene, me parece paradigmático: es un personaje con una repercusión política nefasta en Francia, basada en endurecer las reformas laborales, en materia de seguridad ha flirteado con la xenofobia, además todo esto lo hizo desde la supuesta izquierda. Sólo Albert Rivera lo podría recuperar, perdió las primarias del Partido Socialista francés, intentó fichar por el macronismo y no lo quisieron… Creo que la ciudadanía de Barcelona no tiene ese complejo de inferioridad de pensar que lo que viene de fuera es mejor. Esa obsesión por parecerse a Macron no la entiendo, y me parece que con el intento de parecerse a Macron, Ciudadanos cada vez tiene más en común con la Liga Norte de Italia.

Desde las propuestas de la derecha independentista, además de Graupera suenan más nombres. No acabo de comprender a la gente que se cubre con la estelada para meter las políticas neoliberales en Barcelona. Con los conflictos que tenemos de pisos turísticos, especulación… Podem y Barcelona En Comú tenemos que intentar que no se instrumentalice la ciudad. Decía Pasqual Maragall que lo que era bueno para Barcelona, era bueno para Catalunya y también para España. Al revés no vale, tenemos que poner en valor esa frase de Maragall. Los que quieren utilizar Barcelona para ambiciones en España o Catalunya se encontrarán con la oposición frontal de Podem y Barcelona En Comú, que lo que hemos hecho es bajar a las calles para hablar de los problemas de la gente. De esto queremos hablar en las próximas municipales, vamos a defender la ciudad, no veo a Valls hablando del transporte público de Nou Barris.

— Para terminar, quería preguntarle por la moción de censura. ¿Cree que un gobierno de Pedro Sánchez ayudaría a una solución al conflicto catalán?

— Por las últimas declaraciones de los dirigentes socialistas, tras escuchar a Ábalos y otros dirigentes, me pareció que el PSOE tiene poca predisposición al diálogo. Presentan una moción de censura sin dialogar con la gente, eso es un poco extraño. Se han visto obligados a hacerlo por la situación del PP, no se puede mantener con esos niveles de corrupción a un partido en el Gobierno, es una vergüenza, pero me parece que es un maquillaje, si no hay diálogo para la moción de censura, no habrá diálogo para resolver el problema catalán. Hemos visto al PSOE en los últimos meses, muy cerca del PP en el tema de Catalunya. Un tema que sólo admite una solución política y dialogada.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    ¡ Nos lo dijo Perez Laura !. Una crónica entrevista muy reveladora, saben lo que quieren y hacen por ejecutarlo. En una palabra: » Lo tienen claro «. Esto, crea una empatia y mucha seguridad en el votante, lejos de nombres y fracasos allende Pirineos…
    Ahora comprendo el porqué a Podemos global y su secretario en particular le llueven criticas fabricadas en las mismas cloacas, que no desclasifican desde el año 39… Más o menos.
    Que sigan la estela de Pasqual Maragall, cuando este se tuvo que marchar del PSC. Dice mucho de una apertura positiva en favor de los Barceloneses, Catalanes y todos aquellos ciudadanos vengan de donde vengan, u estemos lejos; se pueden apreciar los beneficios de un trabajo trabajado para la colectividad… ¡ Buen trabajo !.

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