Sánchez inmaduro, América en carne viva

  • Hay que suponer al presidente español muy ignorante para no entender cómo funciona la política en América Latina, a la luz de su historia y de la actuación de las fuerzas históricamente predominantes
  • Nuestros dirigentes no se plantean qué intereses, políticos, económicos, democráticos o morales se pretenden salvaguardar, sino que se dejan llevar por una algarabía

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Es decir muy poco si se califica de imprudente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al optar en la crisis venezolana por encabezar a conservadores europeos, derechistas latinoamericanos y ultras de la última cosecha, en la estela de Trump. Sin duda actúa bajo presión, tanto del vociferador Trump, que pensará que tiene a mano, por fin, un triunfo en política exterior, con Venezuela como oportunidad de oro en la mejor tradición norteamericana de amenaza e intervención, lo que en América Latina los norteamericanos vienen consiguiendo con bajos costes, como de la oposición derechista española, no menos escandalosa, que apremia a Sánchez y –dada la generalizada hostilidad de políticos y medios de comunicación hacia los bolivarianos– amenaza con erosionarle seriamente en periodo prelectoral.

En este marco, nada fácil, se necesitaba a un líder socialista con capacidad más que mediana para sortear el apuro. Encabezando la oposición a Maduro, reconociendo al autoproclamado presidente Guaidó, después de lanzar un ultimátum de pésimo estilo, impropio de una potencia discreta que, además, pretende mantener una posición de referencia moral y cultural en América Latina, incurre en imprudencia dolosa, desde luego, pero también en irresponsabilidad, ya que no podrá eludir un serio vínculo con los acontecimientos que hayan de derivarse, si las malas artes de Washington finalmente se despliegan, como todo hace temer.

Pero, aun reconociendo que actúa bajo una presión que él habrá considerado insoportable, hay que suponer al presidente español muy ignorante para no entender cómo funciona la política en América Latina, a la luz de su historia y de la actuación de las fuerzas históricamente predominantes, siempre vinculadas al Gran Hermano del Norte, que vigila y manipula toda la vida social y golpea a voluntad cuando cree que peligran sus intereses (y este es el caso, sí). Pero esa ignorancia es imposible de explicar cuando de un líder político español se trata, porque si él mismo carece de conocimientos o experiencia directa, siempre hay una pléyade de amigos, asesores o funcionarios que sí saben de qué va América Latina… No se puede pretender, en este entorno de aparente y libre iniciativa, que “se marcan distancias con Washington”.

Lo primero que habría que recordarle a nuestro presidente del Gobierno es que ni siquiera Franco rompió con la Cuba castrista, pese al acendrado anticomunismo del dictador que, sin duda, tendría que afrontar las presiones de Estados Unidos. Y lo segundo, que a España, y más cuando la gobiernan los socialistas, le corresponde en América Latina un papel de mediadora activa, paciente y sabia, sin incurrir en el disparate de distinguirse en la hostilidad hacia un régimen soberano y próximo, cuyos objetivos sociales –verdadera excepción en ese continente– han quedado fuera de toda duda. Sánchez sigue el camino trazado por Washington en un momento en el que, según todas las apariencias, se llama a filas a los regímenes afectos, entre los que, bien es verdad, siempre ha figurado, incluso con entusiasmo, la España democrática. Del ahora desaparecido Zapatero, que tan encomiable labor de mediación ha venido realizando en este asunto, hay que recordar la fidelidad con que aceptó, en su día, aquel “escudo de misiles” instalado en Rota, porque el amigo americano nos dijo que nuestros enemigos más peligrosos eran Corea del Norte e Irán: no se hacía el ridículo, no, sino que se seguía, sin más, el manual del lacayo.

Llamando “tirano” a Maduro, Pedro Sánchez viene a repetir el calificativo que la oposición venezolana propala, más “dictador”, como se oye diariamente, que son acusaciones técnica y políticamente falsas. Y hace causa común con ese entorno burgués y neoliberal que nunca aceptará la menor política socializante o de justicia social en Venezuela; así como con la Administración norteamericana que, como la historia recoge, es una heroica defensora de la democracia en el mundo: ahí están los ejemplos, recogidos para siempre en el libro de iniquidades en Latinoamérica, del socialista chileno Allende, del nacionalista guatemalteco Arbenz, del brasileño Goulart, del hondureño Zelaya… dignísimos demócratas rematados o aniquilados por los exquisitos demócratas de Washington. Recuerde Sánchez que, en los prolegómenos de la liquidación de Allende contó, y mucho, la agitación popular por el desabastecimiento, resultado de una brutal huelga de transportistas, todo ello estimulado y financiado por la generosa mano de Estados Unidos: haga un esfuerzo y mire si encuentra similitudes entre el Santiago en 1973 y la Caracas en 2019.

Tampoco ha debido enterarse, Sánchez, de la propia experiencia venezolana, rica en dictaduras y en cuya historia una de sus más negras páginas está escrita de puño y letra por el presidente Carlos Andrés Pérez, amigo íntimo del socialista Felipe González y miembro él, con su partido, de la Internacional Socialista. La alusión al canalla Carlos Andrés Pérez (fallecido en el exilio, prófugo de la justicia venezolana) viene bien para volver sobre otra de las perlas con que Pedro Sánchez ha orlado su filípica contra Maduro y sus solidaridad con los patriotas levantiscos de Caracas: que “siempre tendrán el apoyo de la Internacional Socialista”…

Hacía años que ni en el entorno del PSOE ni en la política internacional en general se hablaba de esa Internacional, y es que hace mucho tiempo que el desprestigio la ha devorado, principalmente por la calaña indeseable de muchos de sus miembros (líderes o partidos), verdaderos villanos de la Historia: no sólo hay que referirse al caso de Carlos Andrés Pérez y su partido Acción Democrática, acogido todavía hoy a la esa Internacional, sino y sobre todo, al Partido Laborista israelí, altamente influyente en esa organización y culpable, cuando gobierna y cuando no, de los crímenes deleznables que Israel comete con el pueblo palestino y contra la paz en el Próximo Oriente. Que el PRI mejicano, la UNE guatemalteca y una docena de partidos latinoamericanos pertenezcan a la Internacional Socialista produciría sonrojo si, como digo, esa organización poseyera todavía algún valor ético-político de referencia.

Esta actuación de Pedro Sánchez en la crisis de Venezuela respalda el diseño y la postura habituales norteamericanas, una y otra vez repetidas en el ámbito latinoamericano más que en ningún otro punto del globo, y que obedecen siempre a un mismo modelo de injerencia y violación de las leyes internacionales. En Venezuela este patrón se venía aplicando con cierta contención, por razones político-militares y por intereses energético-petroleros. Las primeras vienen de que no se puede evitar el reconocer una solidez y una legitimidad democráticas nada fáciles de derruir y que no aconsejan la intervención militar directa; y los segundos tienen que ver con el papel que Venezuela ocupa en la estrategia energética norteamericana (que también incluye sus apetencias mineras sobre el riquísimo suelo venezolano), que es el de conservador/ahorrador de los recursos petroleros propios, ya que Estados Unidos prefiere importar petróleo del exterior, a precios generalmente negociados con ventaja, a explotar/agotar el suyo propio.

En realidad, nuestros dirigentes no se plantean qué intereses, políticos, económicos, democráticos o morales se pretenden salvaguardar, sino que se dejan llevar por una algarabía que, imposible de desconocer en sus orígenes y sus pretensiones, nos puede dejar manchados para siempre.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    Rotundamente no. Sánchez no es un ignorante, este caballero, su partido han heredado del neo liberalismo bipartidista los encargos del amo, juntamente con los atropellos, injerencias y obediencias absolutas: ¡ Ha sus ordenes !… Un felpudo global se extiende como el aceite, sin reparar en gastos, ni en Derechos Humanos Universales; estos, están suprimidos desde Hiroshima y Nagasaki. Primero se quema todo, para que vuelva a renovarse con más brío… Cuando lo calcinas tan a menudo, reincidiendo en formas y argumentos; tienes asegurado un campo yermo, pudiendo brotar la vacuna de una naturaleza que cansada de dar vida abnegada; se subleven hasta el núcleo de fuego terrestre.
    Es verdad que la Internacional Socialista, lleva el mismo camino que ciertos líderes socialistas; unos «topos» arrogantes y filibusteros sociales. Unos vendidos al Gran Hermano Americano. Recordando a Olof Palme y su asesinato, ¿ que investigación se realizo ?. ¿ Donde están los culpables ?.Fué con balas americanas, que de paso nos metió el Felipe González Márquez en una OTAN democrática y de paso nos ofertaron esto del Mercado de Mercaderes; aquí estamos, para vaciar de contenido esta Constitución y pagar al club selecto, insolidario, racista, e inhumano. ¡ Quieren títeres, con fotogenia, para un teatro esquilmador global !.
    Viendo la deriva de sus preclaros líderes, dan ganas de gritar y echar sapos y víboras, maldiciendo lo crédulos que nos mantuvieron… ¡ Para destruir las utopías sembradas con el sudor y vidas de una militancia ejemplar !. ¡ Unos mamporreros, sin escrúpulos sociales !. https://uploads.disquscdn.com/images/b02e53295fa410e3b795f5dab095c5f7987d7d9a1c80c22e82ff2c0eb28ad61b.jpg

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