La moción de censura: el segundo examen de Sánchez como presidenciable

  • Queda por ver si la sentencia de Gürtel y la moción de censura del PSOE logran desbancar a un Ejecutivo zombi
  • La moción servirá para pedir responsabilidades a Rajoy y poner a prueba el discurso de regeneración de Ciudadanos, pero también será un nuevo examen para Sánchez

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Mariano Rajoy es un presidente del Gobierno superviviente. Tras perder la mayoría absoluta en las últimas elecciones, la oposición no se organizó para formar un Gobierno alternativo, Podemos no logró desbancarle con su moción de censura en 2017 y ha logrado aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 en circunstancias adversas. Ahora queda por ver si la sentencia de Gürtel y la moción de censura del PSOE logran desbancar a un Ejecutivo zombi.

Pero hasta que la moción se discuta en pleno, previsiblemente a principios de junio, quedan muchos flecos que ajustar. Este instrumento constitucional en España es constructivo. Es decir, que exige una alternativa de Gobierno, que en el caso del PSOE estaría encarnada por Pedro Sánchez. En 2017, los socialistas usaron un argumento para abstenerse en la moción presentada por Podemos que ahora mismo pesará sobre ellos. "Rajoy es censurable, pero Pablo Iglesias no es presidenciable", argumentaba por entonces la vicesecretaria Adriana Lastra. Ahora, la tortilla se da la vuelta: tendrá que ser Sánchez el que convenza al resto de grupos de que puede enfundarse en el traje de presidente sin que le aprieten las costuras.

A su favor, la flagrante situación del partido del Gobierno, condenado por los tribunales en el caso Gürtel. Eso es motivo suficiente para que Podemos haya dado su 'sí' sin condicionantes, seducido también por el programa social que Sánchez ha priorizado antes que las elecciones con las que apremia Ciudadanos en ese híbrido de moción "instrumental" que propone. Sin embargo, este traje de Estado al que aspira Sánchez está lleno de puntadas complejas. Aunque los partidos nacionalistas le aupasen con su voto, heredaría la complicada situación de una Catalunya sin Govern y bajo el artículo 155.

Sánchez estableció el viernes la hoja de ruta clara que seguiría el Gobierno del PSOE: recuperar la normalidad, regenerar la vida democrática, poner en marcha “una agenda social que atienda a las urgencias sociales de los ciudadanos” y convocar elecciones. Por el propio funcionamiento de la moción de censura, también tendrá que subir a la tribuna del Congreso de los diputados a defender su programa de Gobierno. Si logra persuadir al resto de grupos, se convertiría en el líder del Ejecutivo, pero si fracasa será la segunda vez que no convence a la Cámara de su capacidad de gobernar, después de la investidura fallida de 2016.

Para alcanzar la Moncloa, Sánchez tiene dos caminos. El primero, que Ciudadanos decidiera apoyarle y sumase sus diputados a los de Podemos, algo que parece difícil, ya que los naranjas quieren que se use ese instrumento solo para convocar elecciones. El segundo camino es cosechar el apoyo de los independentistas, una opción que Sánchez no descarta, ya que se ha dirigido a los 350 diputados de la cámara. Por tanto, intentará recabar el apoyo de Esquerra Republicana, PDeCat, Compromís, Nueva Canarias, etc.

Precisamente, Mariano Rajoy ha atacado por ese flanco a Sánchez en sus declaraciones del viernes sobre la moción, acusándole de ser capaz de ponerse de acuerdo con el expresidente Carles Puigdemont, su sucesor Quim Torra o con Bildu, en plena crisis territorial, solo por tocar poder. La diversidad de posicionamientos e ideologías podría ser un escollo. ERC, Compromís y Nueva Canarias ya han dado su apoyo, mientras el PNV se muestra abierto a hablar. Los 'jetzales' quieren saber “cuál es su planteamiento” con respecto a Euskadi y  Catalunya y “si tiene soluciones para la crisis a la que se enfrenta el Estado español" antes de comprometer su apoyo.

La moción de censura servirá para pedir responsabilidades a Rajoy y poner a prueba el discurso de regeneración de Ciudadanos, pero también será un nuevo examen para Pedro Sánchez, cuyo proyecto ya rechazó el Congreso en 2016.

4 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    Sara, el PsoE es una perseida en este inmenso cielo cubierto de negras nubes.El Sanchez se borró del hemiciclo, en una estrategia de un Estado bipartidista hasta que el sistema tuvo que ampliar la base de sujeción con ultras nuevos; comprarles el ideário, para que las fuerzas renovadoras no compartieran secretos de Estado, cloacas y estrategias del entramado institucional; cuando precisamente se necesita limpiar y oxigenar la politica de un país plurinacional.
    El plan PsoE + Sanchez es un retardante para cumplir plazos y que se puedan cambiar muy poquitas cosas. En las campañas se dicen muchas cosas populistas, pero hay conciencia y necesidades ineludíbles con esta sociedad cansada de mentiras y trapicheos… ¿ Como puede el PsoE desdecirse de todos los articulos firmados ?. En algunos casos refirmados !. Están queriendo hacer ver que con ellos llegó la mismisima democrácia… Necesitamos: Luz y taquígrafos. No ruines ni indecentes. Como tampoco comprar el ideario neoliberal ultra, con toques fachas populistas, creando un mostruo devorador del sentido común como Ciutadans.
    Personalmente, vuelvo a poner en cuarentena las decisiones de un Sanchez, guiado por los barones, pasandose la militancia por el arco del triunfo. ¡ Que no sea un cambio de cromos en la socuridad !. Avisados estamos !.

  2. MAM says

    El nivel político e intelectual de Pedro Sánchez no es merecedor de liderar el proyecto del PSOE y mucho menos de gobernar un País Europeo como el nuestro. ¿De donde sacan a estas personas que representan al pueblo por el simple hecho de votar a un partido político? Listas abiertas y censurables YA!

    1. peperoalfa says

      para gobernar eppaña hay que ser un corruppto recalcitrante… solo rajoy cumple este requisito…

  3. ninja45 says

    Rubalcaba: «Ahora, lo que estamos discutiendo es el coste que tendremos que pagar por la barbaridades de que se están haciendo en Cataluña. El Ejecutivo debe ser hábil en su estrategia para que el descrédito del Estado sea el menor posible». El PSOE fué cómplice necesario en la aplicación del 155. Una cosa es que los socialistas avalaran la intervención y otra que deglutieran todo el paquete de despropósitos que ha colado el Partido Podrido con dicho artículo. Es un hecho que ya no quedan ni las migajas del PSOE histórico, pero lo es también, que quién se ha quedado con las siglas hace lo que quiere con ellas, si los militantes lo aceptan. La verdad es que de Socialistas ya les queda muy poco, ahora son más bien Socioslistos. Estos habrían aceptado el paquete completo de represión hacia Cataluña, prisioneros políticos
    incluidos. Algo así como «que el PP haga el trabajo sucio, lo destruya todo, nos limpie el corral, que después vendremos nosotros a pedir juicio, diálogo y amor universal». De ahí que hubiera tan buen rollo entre el simpático bailarín y el resto del frente contra los pérfidos independentistas. Nada siente el PSC, ni el Sr. Iceta por la barbaridad de tener compañeros del Parlament, en prisión incondicional?. Al contrario, baila, ríe, explica su inmensa felicidad al mundo y se mofa de sus adversarios. Intolerable y vergonzoso. Som República !!*!!

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