‘Contratiempo’: artificiosa, previsible y con ridículas decisiones narrativas

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Cartel promocional de Contratiempo. / Warner Bros Pictures España

Decía Alfred Hitchcock que la imaginación es más importante que la lógica. Sólo hay que ver ese divertido disparate que es Con la muerte en los talones. Lo malo viene cuando imaginando, y sacando conejos blancos de la chistera, te pasas de frenada, que es lo que le ha pasado a Oriol Paulo en Contratiempo. Porque una cosa es rizar el rizo y mantener al espectador pendiente de un giro tras otro, y otra cosa pegársela estrepitosamente con toda la orquesta.

Y ojo: aquí hay una buena orquesta. En ella destaca, sobre todo, la impecable producción, la excelente ambientación, la eficiente banda sonora de Fernando Velázquez y la estupenda fotografía de Xavi Giménez. La realización también es brillante y Mario Casas, Ana Wagener, José Coronado y Bárbara Lennie están bien.

Una pena, porque sus primeros minutos son fabulosos, con un ejemplar planteamiento de la trama, una buena puesta en escena y un ritmo impecable.

Paulo nos presenta en Contratiempo a Adrian Doria, un joven triunfador que despierta en la habitación de un hotel junto al cadáver de su amante. Los dos estaban siendo chantajeados por el atropello de un joven en una carretera de montaña. Ante su posible ingreso en prisión, Doria contrata los servicios de Virginia Goodman, la mejor preparadora de testigos del país. La cosa no va a ser fácil: tienen tres horas para elaborar su declaración porque un supuesto testigo protegido está llegando a la Fiscalía con información que lo puede enterrar en vida.

Como planteamiento es resultón y los saltos en el tiempo funcionan al principio. Pero como sucede en las películas de los guionistas-prestidigitadores, hay tal acumulación de giros y sorpresas que uno se va perdiendo, se empacha. Y lo que es peor: te entra la risa floja y vas descubriendo que los personajes sólo son marionetas al servicio de un teatrillo confuso, que todos ellos carecen de enjundia, de vida más allá del cliché del género.

Hay quien ha ligado Contratiempo con Alfred Hitchcock (muy fácil caer en comparación tan pobre), pero nada que ver. Se nota más el propósito de hacer una especie de Agatha Christie. A saber: un espacio cerrado (una habitación en un hotel de montaña) en la que descubrimos el cadáver de una mujer y un posible asesino (su amante). Pero nada está claro, se nos ocultan muchas verdades.

Paulo ha hablado de Muerte de un ciclista (un pijo que puede perderlo todo por un cadáver) y Laura como referentes para la elaboración de su guión. Y la intención es buena y el juego que plantea divertido, pero ya quisiera Paulo tener en su guión la profundidad social y psicológica de Muerte de un ciclista, y la elegancia clásica de Laura.

Pero no es ese el mayor problema de Contratiempo. Lo más tremendo de todo es que (¡ATENCIÓN SPOLIER!) a los minutos de metraje descubrimos que Ana Wagener tiene doble personaje: es la supuesta abogada y la madre del joven atropellado por Casas al inicio del film. La mujer se está haciendo pasar, gracias a un tinte rubio, por la letrada Virginia Goodman. Y al ver esto en pantalla te dices: esto no puedo estar pasando, esto no ha podido ser aceptado por un productor... pero sí. Es exactamente lo que ha sucedido. Tampoco ayuda a detener el bochorno el rollo La ventana indiscreta que se marca Paulo, con Coronado, el padre vengador, preparando su vendetta en el piso de enfrente. Un absoluto dislate.

Lo más tremendo de todo es que si eliminas ese gran truco, ese giro entre giros, todo el castillo de naipes que es el guión se desmorona y se queda en nada. Porque Contratiempo es la típica película escrita desde su final: madre se hace pasar por abogada de éxito para cazar al asesino de su hijo. Pura argucia, y de las baratas.

Oriol Paulo, guionista de la artificiosa Los ojos de Julia y director de la olvidable El cuerpo, es un buen realizador, pero el hombre sigue emperrado en los giros y las triquiñuelas tramposas para mantener, supuestamente, al espectador atento. No lo logra: tanto truco aburre y te aleja de la película, plagada de personajes mal dibujados o meras comparsas (como es el caso de Paco Tous en esta película).

En fin, que por mucho “cine de género” que hagas no todo vale.

Warner Bros. Pictures España (Youtube)

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