¿Una película familiar?

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Cuando empiezas a descender por la escalera del infierno no sabes el número de peldaños que te quedan hasta el final. Puedes quedarte cerca de la entrada y sin perder de vista la puerta: no pasa nada, aún puedes volver. A veces dejas de ver la salida de emergencia un tiempo: peligro, empiezas a pensar que te puedes quedar allí un tiempo.  Cuando comienzas a acostumbrarse al horror estás perdido por la eternidad.

A ciertos infiernos se puede ir en clase turista, de visita guiada y con billete de vuelta. Es lo que pasa con algunas historias como la de Precious, en las que puedes ver el infierno desde una butaca comiendo palomitas o en el sofá de tu casa en zapatillas sin que te quemes las cejas.

Aún así hay gente que no se atreve a sacar el billete, no sea que desde el otro lado del espejo la vida les parezca insoportable. Prefieren mirarse el ombligo un poco más y taparse la nariz cuando se cruzan con una realidad insoportable para no asumir que en esta vida las cartas para el reparto de plazas en el paraíso y el infierno están marcadas.

(Antes de continuar se recomienda ver el siguiente vídeo de Pete Seeger, cantante de folk con conciencia social y maestro de Bruce Springsteen, cantando Little Boxes, original de Malvina Reynolds)

[youtube width="325" height="244"]http://www.youtube.com/watch?v=AN3rN59GlWw[/youtube]

Viendo Precious me vino a la cabeza el cardenal Rouco Varela y el concepto de familia que propugna la institución que preside, pues alguno de sus hombres en el cine me revelaron hace tiempo desde su programa Pantalla Grande un concepto ambiguo y poderoso que a casi todo el mundo gusta, a algunos porque lo sienten, a otros porque alguna vez lo entendieron y a otros por los recuerdos perdidos o los sueños rotos: “película familiar”. Desde entonces en mi subconsciente hay siempre una clasificación imaginaria que certifica que una película es, como se decía antes, para todos los públicos, y que además contiene valores difusos de bondad, amistad y bonhomía. No obstante nunca supe cómo calificar Las uvas de la ira, El secreto de Vera Drake, Todo o nada, ¿Quién teme a Virginia Woolf?, La pasión de cristo o El evangelio según San Mateo.

La película sigue casi al pie de la letra los hechos narrados en la novela pero pierde de manera injustificada matices importantes como los amargos sentimientos de la protagonista, la soledad devastadora en la que se encuentra, los pequeños logros afectivos que va consiguiendo y los recuerdos dolorosos.

(Se recomienda hacer una pausa en la lectura y escuchar Little Boxes en boca de su compositora original, Malvina Reynolds, una mujer comprometida a la que el éxito le llegó tarde.)

[youtube width="325" height="244"]http://www.youtube.com/watch?v=KmNSEbgt1Dg[/youtube]

Precious no es una película excelente y puede sorprender la cantidad de galardones que ha recibido -aunque Mo´nique, como madre de la protagonista, deba llevarse el Oscar a la mejor actriz secundaria-, pero tiene un valor intrínseco importante, imprescindible diría yo: había que hacerla y se ha hecho.

Esa es la clave de Precious. Estamos acostumbrados a los lubrificantes y los edulcorantes artificiales, cuando en la realidad no hay vaselina y el café se bebe sin azúcar. Sólo en contadas ocasiones algunas películas se acercan a una realidad social y personal compleja y amarga, pero no suelen tener demasiada repercusión. Precious ha dado voz a los muertos para que nadie mire a otro lado ante la pobreza, el maltrato, la violación y el incesto, y gracias a premios y promociones mucha gente va a ir a verla a enterarse de lo que son esas cosas.

Por eso, que un director relativamente bisoño -que antes produjo Monster´s Ball, por cierto- se haya atrevido a dirigir esta película de gente desolada, en la que ha puesto dinero gente rica y poderosa como la periodista Oprah Winfrey, en la que actúan en pequeños papeles personajes famosos como Mariah Carey y Lenny Kravitz, y que fue reconocida en Sundance con los premios del Jurado y del Público, situándola en la salida de una carrera imparable de premios cinematográficos, nos parece una suma de admirables razones de justicia humanitaria y a todos ellos hay que estarles agradecidos, a pesar de nuestras opiniones y prejuicios sobre algunos.

Para terminar sin desvelar demasiado de esta historia de desesperanza, voluntades férreas y generosidad en la que la fuerza interior del hombre le da la mano a su miseria moral, dejo un resumen de la sinopsis de la solapa del libro de Sapphire, Push, en la que está basada, reeditado por Anagrama doce años después de publicarlo, la fuerza del cine:

"Precious Jones tiene dieciséis años, es casi analfabeta y espera su segundo hijo. El primero lo tuvo a los doce años y el padre de ambos es su propio padre. Vive en Harlem con su madre, una mujer obesa y cruel que mira la televisión sin cesar, devora la comida que ella le prepara y la somete a abusos físicos y sexuales. Tiene que abandonar la escuela a causa del embarazo y pierde el último vínculo que la ligaba al mundo. Precious acaba en un instituto para casos desperados y allí encuentra a la profesora Rain, una maestra joven y luchadora que le brinda la oportunidad de recuperar su voz y su dignidad."

(Ahora se recomienda inspirar profundamente, ver cualquiera de las dos versiones del vídeo de Las casitas del barrio alto, de Victor Jara, inspirada en Little Boxes de Pete Segger y Malvina Reynolds que dejo  más abajo, planificar una visita al cine para ver Precious -una película familiar- y al salir dar un paseo por la calle mayor de su ciudad o su pueblo mirando a las balconadas encendidas y a las caras alegres de la gente, meterse la mano en el bolsillo para tocarse la cartera, abrazar a su pareja, besar a su hijo o acariciar a su perro y después respirar tranquilo por la suerte que el destino de cartas marcadas le ha deparado.)

[youtube width="325" height="244"]http://www.youtube.com/watch?v=Q7xnJnVBgDk[/youtube]

[youtube width="325" height="244"]http://www.youtube.com/watch?v=hm7tSRm47sA[/youtube]

1 Comment
  1. celine says

    ¿Cómo se me ha podido pasar esta entrada con la que he disfrutado tanto? Gracias por esta visión del cine, Pascual.

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