Piel con alma

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Detalle. FOTO: UCA

¡El Papa viene de peregrino a Santiago! Y el Santo con esos pelos. Bonita se va a encontrar la entrada a la catedral el Jefe del Vaticano. ¿Y alguien ha dicho qué se va a hacer ahora? Cuando las fuerzas políticas y económicas, como unidas a las de la naturaleza, se afilan las garras cerrándose en banda para no soltar prenda, es decir, cuando se niegan a informar a los informadores, hay que buscar la información en otra parte. Recurrir a fuentes más solventes, aunque no resulten tan mediáticas ni generen grandes titulares.  Es así que en pleno Año Santo Compostelano la cara más famosa de la Catedral de Santiago, el Pórtico de la Gloria, se encuentra forrada de andamios. Es verdad que dejan subir a grupos pequeños, previa cita, y permanecer junto a los bigotes del Santo diez minutos, ni uno más, pero la gente se anda preguntando a qué esperan para dejar limpitas esas caras y sacar los tubos de acero de en medio. El caso es que la Xunta de Galicia y la Fundación Barrié de la Maza se miden las fuerzas y no dan su brazo a torcer para desbloquear la situación y que puedan comenzar las obras. En medio se encuentran el Arzobispado de Santiago, el Cabildo de la Catedral y la curator del Ministerio de Cultura, Concha Cirujano, sobrepasada de trabajo ya que el Ministerio no le ha dado suficientes medios. La Iglesia, esta vez, parece la más dispuesta a que se hagan las obras cuanto antes. Total, que este año, la restauración del Pórtico de la Gloria no va a acometerse, seguro. Hay quien dice que a ver si hay suerte y para 2021 que cae en Año Santo…

José María Cabrera

Entre las discusiones que de verdad importan, está la de cómo devolver a esa fachada su esplendor sin traicionar el espíritu del Maestro Mateo que la ideó en el siglo XII. Y aquí es donde entra el  comité de expertos, que algo tendrán que decir. Para el restaurador José María Cabrera, quien ya se ocupó de devolver la luz a la Portada de Platerías de la misma Catedral, junto con Iago Seara y Jesús de Miguel, hace 17 años, no se trata de picar pátinas de esculturas y muro sino de liberarlos de las “maulas” o adefesios, que emborronan la obra. “El Pórtico de la Gloria fue policromado con los colores llenos, opacos, del románico y restaurado según las épocas, con las transparencias del gótico, los monocromos del renacimiento y luego del barroco. El color que se sacara tendría que tender a esa opacidad cromática del románico, pero no se puede pretender dejarlo en un estadio histórico concreto, no se puede recuperar la cara primigenia del Pórtico”. Cabrera lleva años defendiendo que la piedra de los monumentos históricos siempre se ha pintado para protegerla de las inclemencias del tiempo. Frente a la tendencia de picar para sacar la desnudez de la piedra, el restaurador señala el valor científico del color: “El alma no está en la piedra como se dice, sino en la piel de la piedra y para apreciar eso hay que acercarse despacio”. Para este sabio, innovador en su patria de las técnicas de restauración, “las pátinas son cosas de los hombres, pedazos de vidas humanas sobre la pasividad mineral” de la piedra y, por tanto, merecen mayor respeto que el que mostraron hombres  famosos como  Ventura Rodríguez y Amador de los Ríos, por ejemplo, con sus intervenciones, piqueta en mano, en el Patrimonio histórico. Para el químico que ayudó a traer a España el Guernica (1981), no hay tiempo que perder en discusiones de tipo político o de competencias, ya que hay mucho trabajo por delante. Un trabajo que él gusta de acometer sin precipitaciones: “Cuando estoy bien cerca de la piel de las paredes de fachada me gusta preguntarles por su historia… investigar las técnicas usadas en cada momento de que aún conservamos testimonio: toqueteo, olfateo, miro con lupa, con microscopio. Nunca me han fallado los monumentos importantes y siempre que me he acercado así me han mostrado algo interesante”.

Cabrera ha enseñado en España a conservar con los criterios aprendidos de su maestro, Paul Coremans, fundador del Instituto Real del Patrimonio Artístico de Bélgica. Experto en Conservación de Bienes Culturales, profesor en varias universidades, creador de importantes programas de investigación, impulsor de misiones internacionales, José María Cabrera ha sido el creador del Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado, donde ha hecho confluir las más diversas disciplinas científicas, y ha sido responsable del salvamento de buena parte de nuestro patrimonio. Esperemos que el Pórtico de la Gloria caiga en sus doctas manos.

7 Comments
  1. estrella says

    Gracias, Elvira, por la excelente claridad y contenido informático que nos brindas . No me daba cuenta hasta dónde llegaba el problema de los andamios. La patina es tan importante hoy día que se le añade a los objetos para que parezcan más ‘auténticos’. El lustre nuevo de las cosas despierta la sospecha de que el material empleado es falso.

  2. estrella says

    José Maria Cabrera, me gusta lo que dice. Creo que el Pórtico de la Gloria quedaría en manos diestras y sensibles.

    Nota: el sistema de ‘estrellas’ no funciona. Las dejo aquí *****

  3. Adolfo says

    Gracias, Elvi, por un reportaje excelente. La cuestión de la pátina siempre es fascinante. Dejarla o no dejarla depende del efecto que uno pretenda conseguir, ¿no? y en ese sentido sí que es obra humana. En cuanto a las palabras de Cabrera, me ha gustado mucho la falta de dogmatismo y su afirmación que no vamos a recuperar la cara primigenia del pórtico. Mejor así: buscar una aproximación. Lo de los colores “opacos” asusta un poco cuando uno está acostumbrado a colores más tenues, suavizados por el paso del tiempo

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