Jóvenes perdedoras

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Aparte del infame olvido de Farrah Fawcet Majors, la más bella de los Ángeles de Charlie, en el recuerdo de los fallecidos durante el año pasado, los Oscar de este año han dejado algunos bellos cadáveres más. Es el caso de dos esplendidas y jóvenes actrices, Carey Mulligan y Saoirse Ronan. La primera estaba nominada por An education, la segunda ni siquiera lo estuvo por The lovely bones, pero ambas han hecho unos trabajos excelentes en unas películas muy interesantes, bastante mejor que las premiadas, que analizamos brevemente antes de que desaparezcan de las carteleras.

De Lolita a Audrey Hepburn con música de Juliette Greco

Descubrimos a Lone Scherfig hace unos años con una tierna película Dogma, Italiano para principiantes. Desde entonces nos propusimos seguir los pasos de esta original directora danesa. Al poco tiempo llegó Wilbur se quiere suicidar, rodada en Inglés y sin los corsés del movimiento creado por Von Trier e igual de interesante que su debut, y ahora llega An education, una historia sobre el tránsito de la adolescencia a la madurez de una brillante estudiante de la Inglaterra de principios de los sesenta que se está preparando para ingresar en la Universidad de Oxford cuando se cruza en su camino un chico de 30 que le abre la puerta al mundo desconocido y tentador de los adultos: música, cenas, viajes…

A pesar de ser una historia sencilla de relaciones personales y sentimientos y contar con apenas media docena de actores principales, su protagonista se llevó el galardón a la mejor actriz en los Bafta, los premios de la academia inglesa, y estuvo nominada a los Oscar en tres categorías (película, actriz y guión adaptado), aunque como hemos dicho no se llevó nada.

La joven Carey Mulligan (Orgullo y prejuicio) desarrolla una interpretación excelente de esta adolescente lista e inquieta que se resiste a seguir el camino sin sobresaltos que le marcan sus rígidas circunstancias, reflejadas en su padre, un acertado Alfred Molina, que vive con severidad el presente, teme al futuro e intenta olvidar el pasado.

París, la Chanson, Montmartre, el tabaco con filtro, la sofisticación… son lo sueños de esta joven delicada y sensual y los mitos de toda una generación que le tocó vivir en esa época sombría que fue la larga postguerra europea, en la que el sol comenzó a salir muy tarde una vez más por la ciudad de la luz para iluminar una década que quiso cambiar el mundo.

An education es una gran película pequeña basada en un texto autobiográfico de la periodista inglesa Lynn Barber agudamente adaptado por el guionista y escritor de Alta fidelidad, Nick Hornbey. Lamentamos que no haya tenido el reconocimiento de Hollywood y nos tememos que pase sin pena ni gloria esta historia de una Lolita lista, curiosa y valiente que escucha música de Juliette Greco mientras estudia latín y sueña con un mundo glamuroso en colores psicodélicos que le aleje de Oxford, y que de la mano de un príncipe azul oscuro acaba convirtiéndose en Audrey Hepburn.

Mágica balada de muerte

La vida y la muerte. Una excelsa historia de amor sobre el cadáver de una joven de 14 años asesinada. Ahí es nada.

Peter Jackson dulcifica la aspereza, la zafiedad y la amargura de la tragedia que describe la novela de Alice Sebold (Desde mi cielo) creando un paraíso intermedio entre la vida y la muerte en el que cabe toda la luz y toda la magia del universo, y desde donde la joven Susie Salmon contempla con sus inmensos ojos azules la vida incipiente que se le fue: su primer beso, su familia, sus amigos, su asesino…

Entre una multitud de recursos visuales, auditivos y narrativos las emociones van penetrando en el corazón despacio, como la heroína en el cerebro de un yonqui, y mientras la perdemos nos vamos enamorando de esta joven interpretada de manera excelsa por Saoirse Ronan (Expiación), quien, acompañada por unos colegas de reparto igualmente sobresalientes -desde Tucci (nominado al Oscar) a Sarandon pasando por Weisz y Wahlwerg-, sostiene en la mirada toda la carga expresiva de su complicado personaje protagonista.

Fantástico y excelente cuento gótico con acordes de Brian Eno que nos recuerda a algunas de las más tristes y bellas canciones de Nick Cave. Jackson ha aparcado de momento la grandiosidad de la trilogía de El señor de los anillos y se ha inventado un género con retazos de todos, la tragedia mágica, para gloria del cine y placer nuestro que los académicos de Hollywood no han sabido ver.

5 Comments
  1. clau-claudio says

    Da señales de vida en tus otros blogs, estimat pascual!

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