Julia Roberts, de pija superando un desamor

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No podían haber elegido mejor título para esta película, evidente, descriptivo y hasta exhaustivo para lo que ofrece durante dos horas esta historia de crecimiento personal, por decir algo, simple, repetitiva y aburrida cuyo éxito desmedido en las taquillas foráneas y patrias se basa fundamentalmente en el protagonismo de Julia Roberts y en la presencia tangencial de Javier Bardem. Cuatro millones de euros de recaudación en España en tres semanas, ahí es nada, mientras otras genialidades como el Submarino de Vinterberg desaparecen en el mismo tiempo de la cartelera con apenas 100.000; ubinam gentium sumus.

Cuando te das cuenta de que esta especie de cuaderno de viajes terapéuticos que una estadounidense con posibles y un poco desequilibrada emprende para superar un desamor está basado en una novela autobiográfica de título homónimo de una tal Elisabeth Gilbert que en Estados Unidos ha vendido más de ocho millones de ejemplares en cuatro años te echas a temblar. Pero cuando empiezas a observar que compatriotas tuyos de apariencia dispar y nada sospechosos lo leen en el metro, en la oficina o en el parque te vuelves a acordar de Cicerón y Catilina y te vas a la librería más cercana para buscar en la sección de autoayuda algo parecido a cómo ser normal sin parecer un estúpido.

Estamos un poco cansados de que los americanos, después de enseñarnos cinematográficamente su oeste, sus guerras y sus glorias durante varias décadas se hayan quedado sin argumentos y ahora quieran enseñarnos Europa. Algunos como Tom Cruise lo hacen a capón con nuestro país en Misión Imposible 2 o en Knight and day mezclando sintéticamente en una especie de greguería la semana santa y las fallas o encontrándose a la vuelta de una esquina durante una persecución un encierro de San Fermín como quien se encuentra a un perro. Otros como George Clooney lo hacen con un poco más de sutileza con la Italia de los Abruzos en El Americano. Y ahora Julia Roberts nos muestra Roma sin vacaciones ni vespa, ni por supuesto Audrey Hepburn, en el inicio del viaje iniciático de su personaje en la búsqueda de sí misma después de su divorcio y su desorientación sentimental.

Plazas recoletas, italianos simpáticos y seductores, buen rollo en general y Roberts chupando espaguetis durante media hora. Eso es Roma para la novelista y el director y coguionista, Ryan Murphy. Luego la protagonista se va a la india a rezar con una gurú, donde se encontrará a otro yanqui purgando sus penas, tan superficiales como la suya, y donde ni siquiera descubrirá que su desgracia es más bien una gilipollez comparada con las verdaderas picias que el destino puede deparar a otras personas –ni un solo plano de pobreza, enfermedad y desamparo, de la India de verdad-. Y después a Bali, donde le espera otro santón que conoció hace tiempo y donde por fin, después de tanta contención sexual y ante la mirada ovejuna de un Bardem encarnando a un braliseño dolorido también por amor, acabarán follando y enamorándose. Con lo que uno respira tranquilo porque este personaje plano, alocado y simple encuentre de una vez a un maromo que le levante el ánimo para que pueda volver a las andadas. Ya saben, después de haber comido, rezado y amado.

No hay más que decir. Julia Roberts hasta en la sopa con su sonrisa profidén, más madura que en Pretty Woman pero igual de cargante, y un Bardem que no hace nada excepto poner cara de Bardem y estirar la mano para cobrar la pasta, que ahora va a tener un hijo. Una película para olvidar ambos en sus carreras, aunque puede que no en sus cuentas bancarias ni en la de la escritora. Yo, por si acaso, me voy a escribir el libro de cómo ser normal sin parecer estúpido, que no lo encontré en la librería y también tengo familia.

5 Comments
  1. conrado says

    VIVA JULIA ROBERTS !!!!

  2. SANTANDER says

    Que pena por Barden, ya que, el peaje de estar en Hollywood es hacer alguna pelicula como esta, para estar en la pomada, para luego darnos interpretaciones tan buenas como las que nos ha dado. Lo que dice usted, Sr Serrano, en relacion a que Holliwood nos va a redescubrir Europa, con su curioso estilo jolivudiense -es decir sin haber leido mas de dos parrafos de Europa en wikipedia-, totalmente cierto, pero es xq ahora es «cool», e intelectual, poner algo europeo en las peliculas… es como cuando antes, con David Linch, si teníamos una escena onírica, creativa, tenía que salir un enano… entonces el que veia la pelicula decia, al ver la escena, «Claro, si sale un enano es que es un sueño»… muy creativo, lo dicho, muy jolivudiense.

  3. Anastasio says

    Santander, estoy de acuerdo contigo, Europa se ha puesto de moda y nos los vamos a comer con patatas.
    Por cierto, muy divertida tu observación sobre David Lynch y los enanos.
    Saludos

  4. Romántico (aún quedan) says

    Probablemente todo lo que dices sea verdad, pero ¡qué bonita es la peli! A mí me encantó y pasé un rato delicioso viéndola. Y eso para mí es lo único importante. La Roberts y Javier Bardem, espléndidos. Es mi opinión

  5. Eulalio says

    A mí es que la Roberts me pone, aunque sea tan encantada de conocerse. Y la peli me entretuvo bastante. Qué se le va a hacer.

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