La corrección se impone a la vanguardia con flema británica

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De izquierda a derecha, Christian Bale (mejor actor secundario, por `The Fighter´); Natalie Portman (mejor actriz principal, por `Cisne negro´); Melissa Leo (mejor actriz secundaria, por `The Fighter´), y Colin Firth (mejor actor principal por `El discurso del rey´), posan con sus respectivas estatuillas, durante ceremonia de entrega de los premios celebrada ayer en el teatro Kodak de Los Ángeles. / Paul Buck (Efe)

Otra vez Harvey Weinstein, sí, el productor que junto a su hermano Bob fundó Miramax a finales de los setenta y nos deleitó durante años con grandes películas. El mismo que gracias a su labor en los despachos y a la distribución sacó para siempre a nuestra Pe de Alcobendas y la elevó a categoría de mito con el Oscar a mejor actriz de reparto por Vicky Cristina Barcelona. Otra vez Weinstein se ha vuelto a llevar el gato al agua y las películas que él producía, El discurso del rey y The Fighter, se han coronado, permítanme la estupidez, con todos los Oscar importantes, dándole de paso un directo en el mentón a su rival en estas lides, Scott Rudin, permítaseme otra vez la estupidez.

Porque los Oscar de este año parecían un duelo bajo los focos del Teatro Kodak de los Ángeles entre Weinstein y Rudin, en el que finalmente se impuso el primero. Rudin tenía dos bazas importantes, La red social y Valor de ley, pero los académicos se la han cogido con papel de fumar y nos han ofrecido un espectáculo tan aburrido, correcto y solemne en los premios y en la gala como la película premiada y la misma corona británica.

A diferencia del año pasado donde la cosa se había quedado en dos películas de un ex matrimonio con algunas sorpresas periféricas, en esta edición había donde elegir. Además es la segunda edición de los Oscar donde diez filmes en vez de cinco optan a mejor película. La red social era una de las favoritas y nosotros la preferíamos sin duda a El discurso del rey, una película tramposa y demasiado correcta que ha sabido engañar a mucha gente. Con el Oscar al mejor actor habría bastado, a pesar de nuestro admirado Bardem por Biutiful. Pero no, se ha tenido que llevar el de mejor película, el de mejor guión original (lo sentimos por The fighter y Los chicos están bien) y hasta el de mejor director para Tom Hooper, un verdadero despropósito habiendo podido elegir a cualquiera de los otros cuatro candidatos, por orden de preferencia: David Fincher (La red social), David O. Rusell (The fighter), Darren Aronofsky (Cisne negro) y los hermanos Coen (Valor de ley).

Para el de actriz protagonista preferíamos a una estupenda Jeniffer Lawrence por una joya casi desconocida de la que daremos cuenta aquí próximamente, Winter´s Bone, y hasta a Annette Bening por su papel de madre lesbiana madura en Los chicos están bien, pero ya sabemos cómo es Hollywood y Natalie Portman sigue muy bien las directrices de Aronofsky.

Los de mejor interpretación de reparto, tanto masculina como femenina, para The Fighter nos parecen bien, ya los pronosticábamos desde este blog, pero se han olvidado interpretaciones memorables como las de Hawkes (Winter´s Bone), Rener (The town), Ruffalo (Los chicos están bien), Rush (El discurso del rey), Steinfield (Valor de ley), Adams (The Fighter), Weaver (Animal Kingdom) y Bonham Carter (El discurso del rey). Sí, hemos nombrado a todos los candidatos porque verdaderamente hacen unos papeles extraordinarios y nos apetecía.

En cuanto a la mejor película de habla no inglesa, nuestra preferida, por motivos casi personales, era Biutiful, y aunque también nos gustaba Incendies, nada objetamos a que Zentropa, la productora de Lars Von Trier, se haya llevado el premio con En un mundo mejor. Y por supuesto nadie dudaba que la mejor película de animación fuese Toy Story 3.

Lo que nos parece casi una ofensa es que La red social haya ganado sólo tres Oscar, y de los considerados de segunda categoría, guión adaptado, montaje y banda sonora, pues es una película bastante más completa, sincera y original que El discurso del rey. Como también nos parece infame que la fotografía de Valor de ley no haya sido reconocida y se la haya `robado´ Origen, ese delirio psicodélico de Christopher Nolan, del que nos parece muy bien que sólo se haya llevado la `pedrea técnica´ mezcla y montaje de sonido y efectos visuales, pero que le suponen cuatro Oscar en total, la película más premiada junto a El discurso del rey.

En cuanto a la gala –no la vimos, no vayan a pensar que somos masoquistas, que hay vida después de los Oscar-, a pesar de los esfuerzos de Anne Hathaway y James Franco parece ser que ha sido tan aburrida como los Oscar entregados, y excepto las fugaces apariciones del añorado Billy Cristal y Kirk Douglas, no ha habido demasiadas risas ni emoción. Sólo medias sonrisas, humor inglés descafeinado y botox. Menos mal que el cine no se acaba en Hollywood. Precisamente acaba de empezar el Festival de Cine Panafricano de Burkina Faso, que celebra su vigésima segunda edición desde 1969, es bianual. No habrá tanta tecnología como en Los Ángeles ni tanto brillo, pero habrá ilusión y mucha más alegría.

4 Comments
  1. Jonatan says

    Sí señor; así se habla. No olvide usted tenernos al corriente del festival de Burkina.

  2. maria says

    yo esoty muy contenta por C. Bale, está tremendo en The fighter, de hecho me parece un poco ridículo que sea mejor secundario, se come con patatas a mark w.(innescribible apellido)

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