El director de El País y los tres ex directores en contra de las informaciones sin firmar

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Juan Luis Cebrián. / prisa.com

Probablemente sea porque me acompañó durante mi juventud y mi carrera, pero esta mañana, cuando he leído La Tribuna firmada por el director de El País, Javier Moreno, y los ex directores Ceberio, Estefanía y Cebrián se me han encendido las alarmas de la indignación.

No veo otro medio peor de quedar en evidencia y llevar a los lectores al lado contrario, de lo que pretenden, que lo que se ha hecho en este grupo de comunicación. Hace unos meses, el Grupo Prisa, uno de los más potentes de este país, con negocios de radio, televisión, prensa y editoriales en España e Iberoamérica, anunció que pretendía despedir a 2.500 trabajadores en dos años. A pesar de que la mayoría de las divisiones del grupo tiene beneficios, la mala política financiera llevada en los últimos años ha provocado que un fondo inversor americano (el famoso Liberty) se haya hecho con el control del grupo y haya tomado decisiones inexplicables para todos los que seguimos los medios de comunicación, como el cierre de CNN+, la venta de Cuatro a Mediaset España ó el despido de periodistas en Cinco Días, ó en Prisa TV.

En medio de esta convulsión, la plantilla del periódico El País lleva seis meses intentando firmar un convenio. Como ya informábamos en un post anterior, la dirección pretende que se establezcan dos escalas salariales dentro de una misma redacción y que los nuevos periodistas que se incorporen al medio lo hagan con contratos precarios, con unas condiciones salariales y sociales totalmente alejadas de lo que existe en la actualidad, pretendiendo que esos contratos sean los que se impongan en la redacción a medio plazo.

Los profesionales de El País han decidido protestar, no han hecho huelga, no han dejado de sacar cada día el periódico a la calle, simplemente han decidido, durante una semana, no firmar las informaciones, hacer visible su protesta y que los lectores y los accionistas sepan lo que está ocurriendo de puertas adentro de la redacción.

Entonces es cuando desde las altas esferas, esas que cobran bonos multimillonarios, ponen el grito en el cielo y tachan a los periodistas de irrespetuosos y faltos de transparencia con sus lectores, ellos que llevan meses negociando con los empleados un ERE que afectará a 2.500 empleados y ni siquiera se dignan a presentarles todos los datos económicos, de una manera fiable, sino siempre sesgada, por partes, para no descubrir sus verdaderas intenciones. Según ellos, no firmar una crónica atenta contra la deontología profesional, pero no así vender el alma del grupo al diablo Liberty.

La redacción, tras la publicación de esta opinión, ha redactado una nota, dando explicaciones a los lectores de los motivos que les hacen no firmar, pero la dirección no les ha permitido publicarla. Otro error más, en los tiempos en que por Internet se difunde todo a gran velocidad, intentar que algo no llegue a los lectores es inútil. Hubiera sido más profesional permitir el debate, que los trabajadores se puedan defender ante las acusaciones que se han vertido contra ellos.

4 Comments
  1. Jorge says

    Hace mucho tiempo que dejé de leer El País. Esa mala política financiera ha hecho que una edigtorial saneada como Santillana, se vea arrastrada por la veleidades del académico Cebrián.

  2. celine says

    Estuve ´más de dos años sin comprar El País, ni leerlo, como «castigo» a decisiones como la expulsión de Ignacio Echevarría del medio, debido a los negocios de PRISA con oscuros aberchalismos, quizás con el PNV, o vaya usted a saber. Caí otra vez en comprarlo porque hay unos cuantos periodistas que hacen que merezca la pena leerlo. Este gesto de la redacción de El País me emociona, ya que el mundo parece derrotar por otros pesebres. Animo a los periodistas de El País a que continúen su lucha a pesar de que penda la amenaza del fracaso sobre sus cabezas.

  3. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    ¡Amigo!
    El negocio es el negocio.
    ¡Todo esto esta pensado para que, en todos los ejercicios, en la junta de accionistas sean repartidos buenos dividendos!
    Entendidos hasta ahí…, bien.
    Pues, de los sentimientos aquí no se entiende nada de nada.
    Aquí hay que ser, ante todo, pragmáticos…, lógicos…, normalitos…, ¡vaya!
    ¡Qué leche os habéis creído!
    Que vuestros niños comen o no, a nosotros, los accionistas, qué nos contáis…
    Lo dicho, majos, la pela es la pela.
    Las hermanitas de la caridad andan por otros lares…, y hoy, ni existen.
    El que se desmande, ya sabe…
    ¡¡¡Enterados!!!

  4. Espe says

    Si Polanco levantase la cabeza….

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