Jesús Cacho: «Vamos a vivir cuatro años terroríficos pero apasionantes para un periodista»

En la situación de crisis que vive este país, donde los medios de comunicación desaparecen de un día para otro, todavía hay periodistas que quieren arriesgarse en la aventura de lanzar un proyecto periodístico. Jesús Cacho, a pesar de su veteranía, no quiere ver los toros desde la barrera y se lanza con www.vozpopuli.com a contar historias. Mañana lunes, 10 de octubre, comienza su aventura.

Hay que tener valor para iniciar un nuevo proyecto en un momento como el actual

Pues sí hay que tener mucho valor. Yo tenía alternativas personales mucho más cómodas: volver al periodismo de papel y hacer una página semanal los domingos, con la que hubiera podido financiar mi nivel de gastos y poderme dedicar a escribir algún libro que me apetece mucho, pero el cuerpo me pide guerra, me pide dirigir un equipo. Siento que vamos a vivir unos años terribles, terroríficos pero apasionantes desde el punto de vista de un periodista que le guste la información. En los próximos cuatro años España se va a jugar su ser o no ser, se va a decidir si vamos a ir por el sumidero de un país pobre o vamos a hacer un país mejor, más democrático. Creo que tengo cosas que decir y las quiero decir, acompañado por un grupo de gente que quiera hacer periodismo.

¿Qué pretendes que sea vozpópuli y qué contenidos nos vamos a encontrar?

Vozpópuli va a ser un medio con información propia de calidad, que firmará las informaciones, chequeándolas bien. Es mi exigencia, que lo que publiquemos tiene que ser verdad. La estrategia que tenemos es hacer únicamente periodismo económico financiero en el 60-70% y político en un 30-40%. Del resto de temas vamos a dar poco porque ya hay mucho en el mercado y vamos a centrarnos en lo que sabemos. Contamos con una plantilla de veintidós personas, que combina la juventud con la experiencia.

¿Que os diferencia de otros diarios digitales?

Nos diferencia claramente una pretensión de amejoramiento de nuestra democracia. Vamos a intentar aportar nuestro granito de arena a la regeneración de la maltrecha democracia española, para ser un país mejor, más abierto, más reñido a muerte con la corrupción. El leitmotiv es un proyecto con un doble objetivo: contribuir a regenerar este país, por un lado, y contribuir a regenerar la profesión periodística, por otro. El periodismo ha llegado a tal punto de postración que no puede ir a peor.

¿Por qué crees que se encuentra la profesión en esta crisis tan profunda?

Porque los periodistas nos hemos olvidado de lo fundamental, que es hacer periodismo. La crisis del periodismo es terminal y no admite demora. Los periodistas nos hemos rendido por muchos motivos; por la ausencia de editores, por sus negocios colaterales, por la ideologización de las plantillas,  por la desaparación del director clásico de los medios, que hacía de contrapeso con la empresa. Hay que intentar hacer algo muy simple, periodismo a la anglosajona, buscar noticias, chequearlas e intentar contarlas por encima de todo, y luego habrá que lidiar con los poderes políticos y económicos que son los que intentan cercenar la información. Pero no nos debemos rendir antes de plantear pelea. Vamos a hacer periodismo.

Viendo tu periplo en los distintos medios que has estado –El País, El Mundo, El Confidencial– parece que tus salidas han tenido que ver con la defensa de ese periodismo

Pues sí, a mi nunca me han interesado las estructuras de poder en los medios, siempre he sido un lobo solitario aunque en la última etapa de mi vida estoy creando equipos. Esa idea mía de no querer escalar por las estructuras me ha hecho más libre y me ha permitido rechazar las cosas que todo aquel que quiere escalar tiene que tragar: plegarse al editor o al director de turno. Ahora con Internet tienes una ventana de libertad porque tienes muchos menos compromisos y las necesidades financieras son menores. La salvación del periodismo va a venir por aquí.

¿Vas a mantener el esquema que creaste en El Confidencial, separando la parte empresarial del medio de la parte periodística?

Voy a volver a este sistema porque me parece fundamental para preservar el periodismo; la redacción conmigo al frente, y el subdirector, a los temas periodísticos, y un gestor con una persona de publicidad, a los temas de la empresa, y separar radicalmente ambas cuestiones porque si se mezclan contaminas el producto. La única manera que hay de resistir las presiones del anunciante cuando haces periodismo es que exista esa separación.

Sin embargo, ni así evitarás que te den algún toque desde las grandes empresas...

Pero van a darlo, claro; estamos en España y no es un secreto que las empresas utilizan la publicidad como salvavidas frente a la información, pero hay que resistirse, y no sólo resistirse. Yo me he reunido con los presidentes de las grandes empresas y les he dicho: tenéis que ayudarnos a hacer periodismo, para vosotros no tiene ningún valor que los medios os alaben si lo hacen con todos igual. No se puede poner la pistola en el pecho y amenazar con retirar la publicidad si cuentas algo que les afecte. Eso no es de un país democrático, y si queremos regenerar este país debemos empezar por regenerar el periodismo, y en eso tienen que colaborar las grandes empresas, los anunciantes.

¿Cómo está tu conflicto actualmente con El Confidencial?

Pues la parte de mi despido está pendiente de resolver por los tribunales y en cuanto a mi participación en la sociedad, estoy dispuesto a venderla. Es un buen negocio porque aunque el proyecto, tras mi salida, está descabezado, el periódico cuenta con una redacción muy profesional, que conoce su oficio y lo sabe hacer muy bien.