La revisión del cine o siempre nos quedará París

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Qué les vamos a decir a estas alturas de la crisis sobre los Oscar que no resulte insolente. Los premios cinematográficos de la Academia de Cine de Hoolywood de este año nos han interesado menos que la programación de Telecinco. Y no sólo porque no había nada llamativo en la mayoría de las películas a concurso, excepto la presencia de una francesa entre las favoritas, sino porque parece que la cercanía con nuestros Goya nos ha saturado un poco y la industria estadounidense nos queda ahora muy lejos. No hemos sido tan gafapastas de quedarnos hasta la madrugada viendo la entrega y haciendo zapping con la teletienda, el tarot o las líneas eróticas, pero sí que tenemos nuestra humilde opinión sobre el reparto de premios.

Teniendo en cuenta que las dos películas que más estatuillas han ganado han sido dos cintas que se acercan de alguna manera al cine primitivo y una de ellas no es estadounidense, The Artist y La invención de Hugo, parece que el cine de Hollywood, como el español, también esté en revisión y buscando su sitio en el proceloso mundo de las nuevas tecnologías, la piratería y la falta de ingenio. El anterior presidente de nuestra academia de cine les podría dar algunas pistas de por dónde pueden ir los tiros, aunque no coincida con la rígida postura del actual, como explicó en la gala de los Goya.

A lo que vamos. Nos parece muy significativo que The Artist, una película muda, francesa y en blanco y negro, centrada en los orígenes del cine sonoro se haya llevado cinco premios, entre ellos los de mejor película, director (Michel Hanazavicius) y actor principal; los otros han sido para el vestuario y para la banda sonora de Ludovic Bource, lo que ha impedido que se lo lleve el español Alberto Iglesias por la música de El topo. Como también nos parece llamativo que La invención de Hugo, de Scorsese, que se acerca a la figura del francés creador de los efectos especiales, George Méliès, se haya llevado otros tantos, aunque en categorías llamadas técnicas (fotografía, dirección artística, efectos visuales, sonido, montaje de sonido).

Sobre los premios de actuación, nada tenemos que decir del premio al mejor actor para Jean Dujardin por The Artist, aunque Oldman, Clooney y Pitt nos caigan muy bien. Pero el de Meryl Streep a la mejor actriz por La dama de hierro nos parece un poco forzado y más propio de un imitador o un ventrílocuo y ya lo dijimos aquí. Nos parece absolutamente merecido el de mejor actor de reparto para Christopher Plummer por su personaje de viejo enfermo que sale del armario en la espléndida Begginers, lo mismo que el de mejor actriz de reparto para Octavia Spencer por su papel de sirvienta en la producción de Spielberg Criadas y Señoras.

Nos pone entrañablemente contentos, porque es como de nuestra casa, que Woody Allen se haya llevado otro Oscar, que suponemos tampoco habrá pasado a recoger, por el guión de Media Noche en París, otra vez Francia. Aunque el que nos gusta de verdad es el de mejor guión adaptado para Los descendientes, una película muy interesante de Alexander Payne que lamentablemente se ha quedado sin más reconocimiento.

Al contrario de lo que podría parecer, creemos que el Oscar a la mejor película de habla no inglesa para la iraní Näder y Simin, una separación, no ha sido sólo por motivaciones políticas, sino porque es un gran película y los académicos lo han sabido apreciar. Recordemos la presión sobre Irán y su programa nuclear, pero sobre todo tengamos en cuenta que el director iraní Jafar Panahi (El espejo, El círculo…) ha sido condenado a varios años de confinamiento en su país con la prohibición de hacer cine por su apoyo a quienes denunciaban irregularidades en las elecciones del 2009 que dieron el triunfo otra vez Ahmadinejad. A pesar de todo acaba de hacer una película sobre su situación, Esto no es una película, que se estrena próximamente y que haremos por ver.

Rango, el famoso camaleón que inundó las marquesinas de media España hace unos meses, le ha arrebatado el honor a la española Chico y Rita , de Trueba y Mariscal, como mejor película de animación, y el de mejor documental ha sido para Undefeated, una historia sobre un equipo de futbol americano, como de otro deporte genuinamente americano, el beisbol es la película de Brad Pitt, Moneyball. Y ello a pesar de que este año el acento francés y su cine hayan sido los protagonistas de la gala en el Teatro Kodak -¿todavía?-, por cierto, otro pionero en esto de las imágenes. No, si va a ser que el cine francés nos va a salvar a todos. Menos mal que, como decía alguien, siempre nos quedará París.

6 Comments
  1. Clo says

    Moneyball habla de béisbol, Undefeated de fútbol americano 🙂

  2. Pascual Serrano says

    Ok. Corregido el lapsus. Gracias. Clo.

  3. gardenia says

    Et… ¿porquoi pas?

  4. hook says

    A quien le importan los Oscars?

    Mejor que los den por sorteo y así serán mas interesantes

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