Ley de Mecenazgo: Cultura versus Hacienda

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El secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, en una imagen de archivo. / Efe

Este mes de mayo parece un tiempo aciago para ciertos impulsos que tienen que ver con la cultura, desde las negras previsiones que se supone para el mundo de la edición, el más importante de la industria cultural española, y que inaugura a final de mes la Feria del Libro de Madrid con perspectivas nada halagüeñas y la suerte que parece correr, por las dificultades que se le ponen, a la hasta ahora no nacida Ley de Mecenazgo. Hace pocos días, José María Lassalle, Secretario de Estado de Cultura, presentó en Barcelona el proyecto de su departamento sobre la denominada Ley de Participación y Mecenazgo, una ley en la que el nuevo gobierno había puesto ciertas esperanzas respecto a una normalización en el mundo de la cultura, sobre todo teniendo en cuenta los recortes habidos en ella y, también, en la propia concepción que el PP tiene de la misma, es decir, ir cambiando una idea de la cultura basada en la subvención por otra en que la participación del capital privado sea capaz de sustituir en gran parte la aportación estatal. La idea, si la contemplamos con cierta actitud de baja intensidad crítica, no es mala, diría que es, incluso, atractiva, porque parecería que impulsa la comunicación social y de intereses entre público y empresa, y, desde luego, en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo es que hacía falta una Ley de Mecenazgo en condiciones para poder afrontar con éxito la nueva etapa que se avecina y que con las antiguas leyes estábamos condenados al fracaso.

El propio José María Lassalle no se cansaba de explicar a quién indagara sobre las líneas gruesas de esta futura ley, que el modelo en que el Gobierno había puesto sus esperanzas era una mezcla en que se tuvieran en cuenta ciertos aspectos de la ley francesa, es decir, la que se llevó a cabo con  François Mitterrand y que ha dado resultados excelentes en el país vecino, y algunos de la ley británica, haciendo especial incidencia en la francesa. La diferencia esencial que se establece entre ambas leyes es que la francesa prima cierta prioridad sobre las instituciones públicas respecto a los descuentos fiscales, mientras que la británica tiende a nivelar por igual instituciones privadas y públicas. Por otro lado, la diferencia esencial que esta nueva ley tiene sobre la anterior, que data de 2002,  es el porcentaje de descuentos fiscales: en la anterior oscilaba entre el 25% para empresas y el 35 % para personas físicas y la nueva que quiere Lassalle, remontaría hasta el 60% y el 70% en lo que respecta a ambos apartados.

Pero según se hace eco Jesús Ruiz Mantilla en el diario El País del día 17, las espadas competenciales entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y el de Hacienda están levantadas y listas para emprenderla a golpes entre ellos. La razón es sencilla: al ministro Cristóbal Montoro no le salen las cuentas, las cuentas de España, y todo lo que le suene a no llenar las arcas del estado se imagina es anatema. Está, con cierto escondido humor andaluz detrás con todo lo que está cayendo, con ánimo de Savonarola, y no hay día que no se fije en institución cualquiera, Comunidad Autónoma o no, para amenazar de intervención a aquel que se desmande. Con tamaña obsesión de hacer caja, que está en el cargo, no es de extrañar que la nueva Ley de Mecenazgo le parezca una amenaza, porque lo cierto es que en los países en que Lassalle se ha inspirado ha funcionado con bien probada suerte, pero también lo es el hecho de que tal y como están las cosas, acogerse a esta nueva Ley sería provechoso para muchas empresas, y ello hasta tal punto que la contemplación de las microaportaciones, que supondría un 100% de descuento hasta 150 euros, algo insólito en nuestro país, sería un aliciente y un estímulo para muchos particulares que de ese modo verían su contribución fiscal aliviada. Según Ruiz Mantilla esa es la razón de que se esté retrasando la Ley más de lo permitido, ya que de aprobarse ahora, el ahogo que padecen muchas industrias, desde luego la del cine, prácticamente inexistente, la de las revistas culturales, la de bibliotecas públicas, exposiciones de arte, conciertos… se vería paliado por una Ley que, por lo menos, les favorece. Estaría por ver si las empresas, muchas con otros problemas más urgentes que el mecenazgo, contemplarían la posibilidad de invertir de inmediato en fomentar la industria cultural. En cualquier caso siempre es mejor tener la posibilidad de hacerlo que toparse con unas leyes poco atractivas para la inversión.

Diversas asociaciones, como la Fundación Artey Mecenazgo, ligada a La Caixa, apoyan la idea. Su presidente, Leopoldo Rodés, se mostró optimista cuando le preguntaron su opinión sobre esta futura nueva Ley: “El mecenazgo español lo está esperando” dijo. Por otro lado Silverio Agea,  director general de la Asociación Española de Fundaciones, AEF, que agrupa a más de 1000 instituciones, exactamente 1.038, siendo la segunda más importante de Europa después de la alemana, no está dispuesto  dejar escapar la ocasión y apela a que no sólo esta ley contemple la Cultura sino también Educación y Ciencia. La ocasión la pintan calva y, parece decirse Agea, ahora o nunca. De ahí que la Secretaría de Estado esté por  labor de incluir más áreas, incluso la deportiva o la que tiene que ver con la ecología. La nueva Ley, se contempla, podría entrar en vigor, con sus obligados trámites ya establecidos, a finales de año. Plan que se tuvo en cuenta este pasado miércoles 16 de mayo en la Comisión Delegada de Asuntos Culturales, que presidió Soraya Sáenz de Santamaría, que está por el proyecto.

En conferencia dada en Lisboa esta semana, en el parlamento portugués, con motivo del aniversario dela Constitución de Cádiz, José María Lassalle se mostró esperanzado de que de la actual crisis surgirá una nueva oportunidad política. Lo único que, por ahora, deseamos los que de una u otra manera estamos relacionados con el disfrute y el ejercicio de la Cultura, es que proyectos inteligentes se lleven a buen puerto. En estos días en que se ha celebrado el Día Internacional  de los Museos y la Noche de los Museos en toda Europa, con la entrada gratis en sus recintos, no estaría de más hacer votos porque la futura Ley de Mecenazgo nazca con buenos auspicios. Nos va la esperanza en ello.

1 Comment
  1. aaa says

    el mafioso español lo esta esperando…

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