Pascual García
– ¿Mariano? ¿Está, Mariano?
– Sssshhii, sshhii, soy yo, ¿quién essh?
– Soy La Merkel.
– La Merkel, La Merkel… Ahora no caigo.
– La canciller, Mariano; la canciller.
– Coño, Ángela, no te había conocido… ¿Qué tal o qué? ¿Cómo se portan los bávaros?
– No seas fatuo, Mariano, que la cosa está que arde.
– ¿Y dime, Ángela, qué puedo hacer por ti?
– ¿Que qué puedes hacer por mí? ¿Será qué puedo hacer yo por ti?
– Essshho, essshho. ¿Y qué puedes hacer por mí?
– Podría decirle al del Banco Central Europeo, al italiano ese, que compre deuda española.
– ¿Y para qué iba a querer comprar el Banco Central Europeo deuda española con lo mal que está?
– Pues para que baje vuestra prima de riesgo y para que no entréis en bancarrota y acabéis hundiéndonos a todos.
– Bueno, sí tú lo dices, me parece bien… Por cierto, Ángela, ¿qué tal Raúl en el Schhhhalke?
– Adiós Mariano, nos vemos en el G-20…
– ¿Y cuándo es eso? ¿No tocará en domingo? ¿Se puede fumar puros allí? Joder… ¿Hay percebes en Renania? ¿Y en Westfalia?... ¿Ángela?... ¿Ángela?...
No estoy para chistecillos del Club de la Comedia
Tendrías que haber titulado «El Sacaleches del Bocachocho»