`Perdidos´ en el espacio

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Cartel de la película. / prometheuslapelicula.es

Ante el estreno reciente de Prometheus, la última película de un cineasta que vive de las rentas desde hace tres décadas, cuando dirigió Alien, el octavo pasajero y poco después Blade Runner, muchos críticos y opinantes han comenzado a devanarse la sesera acerca de los objetivos metafísicos y argumentales del director, a intentar interpretar el profundo mensaje de sus secuencias y a cuestionarse si es o no una precuela -barbarismo indecente para indicar que el argumento de una película se basa en hechos que preceden a los sucedidos en otra- de Alien.

Nosotros, que somos más simples que un destornillador, creemos que Ridley Scott hace tiempo que ya no tiene facultades para sorprendernos y que volver a las raíces de su cine resulta más bien un objetivo empresarial y comercial que artístico. Por esta misma razón creemos que en la promoción de la película han sembrado el deseo y la duda sobre las referencias a Alien y en ellos han caído los más incautos. Hacia final de este siglo la nave espacial Prometheus, siguiendo la intuición de unos arqueólogos, viaja en busca del secreto de la creación hacia unos planetas que aparecen en las pinturas rupestres y símbolos de todas las grandes civilizaciones que ha habido. Financiados por un ricohombre que cree esta conjetura y acompañados por unos cuantos especialistas y un androide, intentarán encontrar alguna respuesta y localizar a los creadores (ingenieros).

Prometheus es una película bien hecha, como todas las de este director, con buenos efectos especiales, y alguna buena interpretación, sobre todo de Naomi Rapace, la irreconocible chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, puesto que Fassbender nos parece sobreactuado como androide -preferimos el Ash de Ian Holm-, Charlize Theron se limita a gruñir y a Guy Pierce lo han disfrazado de anciano moribundo. Pero con una historia deliberadamente complicada y sin resoluciones que, sin embargo, puede resultar interesante a los espectadores más conformistas o fáciles de sorprender, y a quienes, como en el cuento de El traje nuevo del emperador, intenten pasar por listos ante la avalancha de virtudes que nos han vendido en la promoción. En realidad es una película que podría haber hecho cualquier otro director. De Scott, y sobre un tema como éste, esperábamos bastante más. Muchísimo más.

No sabemos muy bien lo que nos han querido contar y creemos que gran parte es responsabilidad del guionista. Un tipo complicado que parió Perdidos para deleite de algunos y desesperación de otros, al que le gusta dejar las cosas a medias, sembrando posibilidades sin dar ninguna solución. Es decir, lo contrario que en las primeras películas de este director y de todas las grandes películas. El tipo se llama Damon Lindelof y en Jotdown le han puesto verde, con toda la razón.

Una nave espacial, un grupo de incautos, un androide, unos seres destructivos, referencias visuales y argumentales continuas a Alien, preguntas sin respuesta, ingenieros dadores de vida, genes diluidos en agua, especies creadas para hospedar a otras, el nacimiento de la criatura…. En fin, un cacao cósmico, complicado dramáticamente y sin ninguna hondura ni mayor interés. Si no fuera por su factura impecable y los actores participantes podría pasar por una película de serie B de Corman como Planeta sangriento. Nosotros, para teorías raelianas y cienciológicas, preferimos esperar a ver The Master, de Anderson, e incluso releernos La posibilidad de una isla, de Houellebecq.

5 Comments
  1. Dante says

    Completamente de acuerdo. Tiene más interés el trailer que la peli en sí. Ahora me explico este fiasco al saber que el guionista es el mismo de la sobrevalorada serie «Perdidos». Todo intento de análisis serio sobre las intenciones o lo que vemos en la pantalla es estéril. Es una mezcla disparatada e infatiloide de cosas ya vistas. Volviendo a lo que plantea el articulista, y que yo no había caído, la peli tiene que ver más con la serie «Perdidos» que con «Alien»

  2. Redman says

    Buen artículo, pero un «pero». La comparación con «Planeta sangriento» es sumamente injusta. El guión de aquella era infinitamente mejor que el de Prometheus y cabe pensar que con los 140 millones que ha tirado a la basura Scott y con los medios técnicos de ahora hubiera podido ser un «joya».

  3. Infowarrior says

    Este tema lo tocó Alex Jones hace poco y desveló el final de la segunda pelicula diciendo que los aliens son en realidad personas del futuro que han viajado al pasado debido a un próximo holocausto. Dichas personas serán las más ricas y se servirán de la ingeniería genética basándose en las especies existentes en el planeta para mejorar su propio ADN. Vamos que todo un pensamiento tecnócrata y altamente fascista al servicio del cine para cortos. Ups! a mi también se me ha escapado!

  4. Francisco García says

    Y la frase tonta (tonto es el que dice tonterías, que diría Forest Gump) de la película, dicha por Meredith Vickers (encarnada por Charlize Theron): «No llevamos armas, ésta es una misión científica». Fascinante, que diría el Dr. Spock de «Startreck»

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