Paulo Coelho es cultura, Shakespeare, entretenimiento

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El ministro de Cultura, Jose Ignacio Wert, el pasado 28 de agosto, durante su estancia en Londres. / Efe

Se veía venir. Desde que a principios de verano asociaciones relacionadas con el mundo del cine, teatro y artes plásticas, mediante concentraciones y alguna que otra perfomance con asistencia de personalidades incluidas, avisaban así al Ejecutivo que la subida del IVA para la cultura al 21% era el suicidio del sector y que responderían a ello, la respuesta por parte de éste no se ha hecho esperar y ha sido el día mismo en que se aplicaba la subida. Días antes la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española, UAEICE, había mandado una carta al presidente Mariano Rajoy pidiendo una moratoria de unos seis meses a fin de que el Gobierno reflexionara sobre la medida y hubiera tiempo de dar marcha atrás. La carta se refería a la caída en el sector de 43 millones de espectadores, la pérdida de 4.500 empleos directos y el cierre v del 20% de las empresas del sector. El Gobierno, siguiendo esa conducta ya habitual  de que no respondiendo y aplicando las cosas con cierta prepotencia se gana en implacabilidad y buenos resultados, vale decir, ejerciendo lo que entienden por genuina autoridad, no se ha molestado siquiera en contestar.

Por lo menos no de una manera directa. Horas después, un portavoz del Ministerio de Hacienda, a través de la agencia Efe, decía textualmente que “el Gobierno ha reclasificado el IVA de ciertos productos de entretenimiento como las entradas de los espectáculos, cine, teatro y otros, que pasan al tipo general del 21%”. La respuesta, por parte de la ya mencionada UAICE, no se ha hecho esperar y en carta dirigida al Ministro de Educación, Cultura y Deporte,  José Ignacio Wert , le piden que responda a esas palabras, ya que “atentan contra el sentido común”. La carta, firmada por Daniel Martínez de Obregón, presidente de FAETEDA, representante de las empresas de Artes Escénicas, exhorta al ministro a que replique adecuadamente a Hacienda y, de paso, dice que las palabras del portavoz del Ministerio nos “separan del pensamiento civilizado y ofenden a cuantos nos sentimos implicados con el desarrollo intelectual, creativo y artístico del país”. Esta carta tampoco ha tenido respuesta… por ahora.

Y esto nada más comenzar el mes de septiembre. Imagino al ministro de Cultura –me consta que por lo menos José María Lasalle , el secretario de Estado, mantiene esa sensibilidad– un tanto contrariado por la carta, como pensando en la zancadilla que le ha metido Hacienda ahora que se está preparando la nueva Ley de Mecenazgo y parece que Cristóbal Montoro, recaudador de euros al instante, no a medio y largo plazo, no ve con muy buenos ojos, quizá porque confía en su éxito, algo que mucha gente del sector no se muestra tan optimista. El caso es que el portavoz de Hacianda termina justificando la no subida del IVA en el libro poniendo a éste como ejemplo de cultura y diferenciándolo del espectáculo, es decir, del cine y del teatro, además del circo.

Yo, que no creo demasiado en la supuesta estupidez de lo que se dice y pienso que en realidad siempre oculta algún interés y que el cinismo de la cosa consiste en decir lo primero que viene al caso, no sé si debería entrar al trapo en contestar a alguien que piensa que un libro de Paulo Coelho o Jorge Bucay, ejemplo de escritores millonarios en ventas y charlatanes probados, es una muestra genuina de cultura mientras una obra de Shakespeare, Lope de Vega, Orson Welles, John Huston o, ponga aquí a alguien que sea de su gusto, son mero entretenimiento. La cosa es tan sangrante que no merece siquiera un comentario porque la respuesta es demasiado fácil y, además, se la otorga el portavoz mismo al proferirla. Creo que detrás de todo esto existe una cortedad de miras mucho peor que la de pensar que eso del cine y el teatro es algo que se hace para relajarse después de una dura jornada de trabajo, y, ya se sabe, el que quiera relajarse, da lo mismo que sea en una discoteca, una sauna oriental o en una sala de teatro, que lo pague. No. Creo que esa cortedad de miras es mucho más terrible porque representa la mentalidad de chocolate del loro en que parece que se ha convertido el afán recaudatorio de este Gobierno que, bajo el lema de “coge el dinero y corre”, no es capaz de pensar ni siquiera en estrategias a medio plazo. No hablemos de largo recorrido porque eso es inconcebible en este tipo de mentalidades.

España es el país europeo con el IVA más alto en asuntos de cultura, una industria que representa el 4% del PIB, una tasa muy por encima de países como Portugal o Grecia. Este verano la asistencia en Francia, como consecuencia de la bajada del IVA en lo relativo a la cultura que realizó el Gobierno de François Hollande, a los múltiples Festivales de Verano se ha incrementado significativamente, como el incremento en el número de espectadores de cine. Estas experiencias de países vecinos, cargados de sentido común, parece no hacer mella en la berroqueña voluntad de nuestros gobernantes y habría que preguntarse la razón. Si se leen con atención las declaraciones del portavoz de Hacienda  resaltan los juicios de valor, tales como “este aumento no es tan grande si se compara con los precios actuales, ya que, un musical, por ejemplo, pasaría de 60 a 66 euros”, mientras se echan balones fuera, “hay que mejorar la seguridad de la oferta cultural en Internet”, y, de paso, se aboga por una ley que no les hace gracia alguna porque confían en que hasta tenga cierto éxito como la Ley de Mecenazgo porque aboga por una política de incentivos y no de subvenciones.

Escuchando declaraciones así es cuando uno comienza a inquietarse. Lo que se saca en limpio de ese tipo de actuaciones es que hablan a desgana y sin tener en cuenta la realidad de la que hablan, sólo del interés de su propio reducto, chiringuito. Hacienda recauda y, por lo tanto, cualquier subida del IVA es bien recibida porque significa dinero contante y sonante. De las consecuencias de una política suicida, un tanto torpe y ciega, ni una palabra. No saben, o eso parece. En realidad no les importa.

1 Comment
  1. paco otero says

    …Es tal su actividad diaria(cenas,comidas reuniones,tertulias viajes etc)que no tienen tiempo ni de leer ni de hablar y por tanto menos aún de pensar…estoy seguro que no leen ni cuando C…y que sintiendose escultura de Rodín en ese momento y solo en ese momento se diran, cago luego pienso y asi una vez salidos del excusado confunden cagar con pensar…y esto va del saleroso Rajoy al Wert el de «deportes cuarta planta»pasando por planta sotano donde Montoro atiende la seccion para fiestas y bromas.

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