Cataluña en el corazón

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Imagen de archivo de Juan Rosell, presidente de CEOE. / Efe

En una cena privada aunque de setenta comensales, se reúnen en la misma mesa el jefe de los empresarios españoles, Juan Rosell, el de los empresarios catalanes, Joaquím Gay de Montellá y el ex ministro del PP y ex presidente de la comunidad valenciana, Eduardo Zaplana. Se bromea y se ríe a gusto porque no hay sobre la mesa asuntos de importancia que tratar. De fondo, el escenario español presenta un panorama fino de recesión económica, amenazas aplastantes de las firmas internacionales de la extorsión, nubarrones a punto de soltar veneno en vez de agua y el órdago a la chica del presidente catalán Artur Mas, apostando por que los catalanes demuestren al mundo su deseo de independizarse de la madrastra España, por si éramos pocos. Una apuesta que no llega a esconder el auténtico deseo  de Mas: ganar las próximas elecciones por mayoría.

En otra mesa, en la que me encuentro, un catedrático de la Universidad Politécnica de Barcelona, un empresario que invierte en el Africa occidental y no para de contar sobre los depredadores con que se ha topado en los negocios africanos, y un político del PP catalán que comenta el interesante cambio de actitud electoral que se está produciendo en los barrios periféricos de Barcelona de cara a las próximas elecciones. Se habla catalán y español, ya que no todos en la mesa son catalanohablantes.

Hasta aquí, nada más habría que contar, pero,  ya que se da en el ser humano la capacidad de imaginar, reflexionar, observar,  conjeturar, etc., me dediqué -como el personaje narrador de El gran Gatsby, esa novela de Scott Fitzgerald que Anagrama acaba de recuperar en una traducción muy mejorada-, a disfrutar como espectadora, con la tranquilidad que produce no saberse parte de discusión alguna, de lo que iba surgiendo.

Tenemos a un presidente catalán de todos los empresarios españoles que se llama Juan, y no Joan, como se empeñan en llamarlo fuera de Cataluña. Otro presidente de los empresarios catalanes que se llama Joaquín, pero al que la prensa ha rebautizado como Joaquím,  y a un expresidente de comunidad autónoma, que ha abandonado la política por los negocios, una actividad más gratificante que sin duda le sienta mejor.

Y tenemos, sobre todo, una Cataluña doliente, no realmente independentista, que se avergüenza un poco cuando le dicen que sus protestas y sus males se deben al sentimentalismo que invade su ser desde tiempos inmemoriales, a la que han convencido algunos irresponsables, desde Jordi Pujol, de que España les roba, sin que sea fácil explicar el mecanismo de cohesión que hace que una nación sea una nación y no un conglomerado de tribus como algunos quieren que España acabe pareciendo.

Una Cataluña entrañable, cargada de anécdotas que llevamos todos oyendo desde niños –cada vez, menos-, cuando nos las contaban nuestros abuelos, que ha sido decisiva en la construcción de España, pero que se siente mal tratada, mal entendida, mal considerada; mal pagá, en definitiva. Porque las comparaciones son odiosas, y las injusticias lo son por muy históricos que se presenten ciertos derechos económicos.

Con franqueza, ni Cataluña ni Madrid  merecen cargar solas con los gastos de toda España. Quizás sería más justo que se unieran otras regiones ricas como el País Vasco y Navarra, que llevan disfrutando de unos fueros medievales, ajenos a una constitución política moderna. El catalán emprenyat –como le pasa a veces a mi admirado Enric Juliana-  puede verse obligado a decir cosas que –al contrario del poeta fingidor de Fernando Pessoa- de verdad no siente. Cosas desagradables para el resto de los españoles, y no del todo justas.

Es ya tiempo de que se remoce la Constitución para los tiempos que corren, superado el periodo delicado de la transición de un sistema autoritario a otro democrático que requirió actuar con algodones. Urge desterrar comportamientos corruptos y abusivos que se han instalado en una perversa normalidad entre los hombres de negocio y los políticos, haciendo cumplir las leyes. No vale conformarse con castigar a unos cuantos que desempeñen el papel de chivos expiatorios –Urdangarín, Camps, Díaz Ferrán, Dolores Amorós, etc- para seguir protegiendo a muchos otros, asimismo culpables. La población no puede votar a corruptos para que gobiernen la cosa pública. La población tiene que vigilar su propia corrupción.

Como Martin Luther King, he tenido un sueño, en el que los responsables de la vida política, económica, intelectual y cotidiana española disfrutaban de una cena de amigos de la que salieron acordes a marchar juntos por la mejora de sus vidas y de su país, por tanto. In vino, veritas; y ese tinto que compartían los comensales podría ayudar a obrar el milagro. Cataluña y el resto de España se lo merecen.

13 Comments
  1. Espe says

    Ha sido en Madrid?

  2. EH says

    En Barcelona.

  3. Yakisoba says

    Con franqueza, ni Cataluña ni Madrid merecen cargar solas con los gastos de toda España. …………………………
    Con franqueza, tiene delito que insinuen que Madrid carga con los gastos de toda España cuando es el cancer que nos ha llevado a esta situación. Cobran de toda España y no devuelven ni una cuarta parte (tabacalera, comunicaciones, energeticas, etc… el iva de todos va a la comunidad de Madrid). Es impresionante la jeta que tienen.

  4. Joan GP says

    Qué engoladamente se puede hablar de algo de lo que demuestra no tener ni puñetera idea. Nos vamos. Adeu, Espanya

  5. Dante says

    Para quien quiera conocer los datos reales. La fuente es el ministerio de Hacienda.
    Cataluña recupera de lo aportado el 58,1 % (aporta 27.000 mill € recibe 15.777); Comunidad de Madrid el 17,3 % (aporta 66.090 mill €, recibe 11.475). Para opinar hay que hacerlo con datos oficiales no con fantasías.
    Si alguien quiere el cuadro completo con el resto de Comunidades se lo envío con sumo gusto.

  6. Dante says

    Las cantidades aportadas por ambas Comunidades son por los totales recaudados de IRPF, IVA e IIEE.

  7. Yakisoba says

    Yo vivo en Barcelona y pago más IVA a empresas de la Comunidad de Madrid que de Catalunya. Madrid recauda de toda España tanto como Hacienda y se vende como si fuera la mas solidaria. Dante, o eres un cínico o un ignorante.

  8. Dante says

    Yakisoba: yo a usted no lo he insultado. Los datos que aporto son de Hacienda no los he inventado. Diga usted de que fuente saca sus cifras. Ahora va a resultar que el problema de España y de la deuda de Cataluña la va a tener «Madrit». Si usted quiere debatir o contrastar datos conmigo, hágalo con educación.

  9. Yakisoba says

    El cinismo y la ignorancia no son insultos. Pero si usted los ve así les ruego los sustituya por otro nombre menos ofensivo. No estamos analizando lo que se reparte sino que MadriZ recibe de todo el estado debido a que la mayoria de empresas tienen sede social en madriZ. Ruego lea mi comentario inicial.

  10. Dante says

    Yakisoba:
    En Cataluña (Barcelona), sin embargo, no hay ninguna empresa domiciliada según usted ¿no? Si el cinismo y la ignorancia no son para usted insultos no le importara que se los aplique a usted, ¿verdad?.

  11. Dante says

    No sé cuántas empresas hay domiciliadas en Barcelona o cuántas en Madrid; los datos son los datos y aunque a usted no le vengan bien a su discurso, éstos dicen que Madrid con «d» al final es la Comunidad que más contribuye a la caja común y la que menos recibe a cambio. Simplificando: Madrid es la más solidaria; lo que me enorgullece y celebro por ser contribuyente en dicha Comunidad.
    Al menos ha dejado usted el tuteo, algo es algo.

  12. Ángel says

    Efectivamente España y Cataluña se merecen poder vivir sin enfrentamientos identitarios estúpidos. Pero me echo a temblar cuando incluso para escribir lo que arriba he puesto, ya no nos ponemos de acuerdo. ¿Qué nacionalista pondría Cataluña y no Catalunya escribiendo en español? Pues eso.

  13. Mara9 says

    Muy bonito, Elvira. Gracias.

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