Haciendo Historia

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El hispanista británico John Elliot responde a los periodistas, el pasado día 15, en Las Palmas. / Elvira Urquijo (Efe)

Otro gallo nos cantara si en aquella Guerra de Sucesión Española al despuntar el siglo XVIII, hubieran ganado las tesis de los que defendían a los Austria, como hacían los resistentes de Cataluña y Mallorca. Pero no fue así; ganaron los defensores de los Borbón y así le fue a España, que Su Majestad me perdone. John Elliott me convenció de que los Austria habían sido mejores administradores de una España plural en la que las regiones periféricas tiran al monte al tiempo que el centro trata de mantenerlas unidas a toda costa.

Pero la historia no da marcha atrás, lo que sí permite es que se la conozca, que se la lea. España fue un invento pionero de estado moderno en Europa, pero las tensiones que se crearon siguen sin resolverse y, para el historiador John Elliott, los Austria parecían estar haciéndolo mejor. Elliott, una vez tocado por la gracia del Conde Duque de Olivares en versión de Velázquez, visitó Cataluña con gran entusiasmo y aprendió catalán antes que español, en plenos años 50. "Se me hizo evidente, en el curso de mis investigaciones, que la compleja naturaleza de las relaciones entre Cataluña y Castilla desde la unión de las coronas de Castilla y Aragón a finales del siglo XV constituía una clave fundamental para comprender no solo la historia de Cataluña, sino la de España en su conjunto", cuenta.

Leer más historia y menos historietas vendría bien a los españoles. El hispanista británico acaba de publicar Haciendo Historia (Taurus 2012), buen pretexto para meterse en las páginas de lo que verdaderamente merece la pena. Quizás se le aclaren conceptos a aquellos que emiten convicciones sin molestarse en comprobar si son remotamente ciertas.

Al historiador de Reading le preocupa que los jóvenes catalanes hayan aprendido una historia falsa, hablando en plata. "Ya hay una nueva generación en la España oriental que corre el peligro de alcanzar la madurez bajo la impresión de que la historia de su territorio natal se detiene en las orillas del Ebro. Con tal enfoque inevitablemente se retrocede a la historia nacionalista estrecha y cerrada que historiadores de la talla de Vicens Vives se propusieron ante todo desacreditar", puede leerse en el libro.

Advierte el profesor emérito de Oxford y Premio Príncipe de Asturias, 1996, con la mucha razón que le asiste, del manoseo que los políticos hacen de la historia a su conveniencia, aplicando los briefings que les entregan sus caros asesores –esto es de mi cosecha- ya que la mayoría de nuestros padres de las patrias no tienen tiempo de leer Historia o, a lo peor, en su libro no viene lo que no les conviene que venga.

En una reciente rueda de prensa para presentar su libro, Elliott contó lo perplejo que le dejó una pregunta de un estudiante de Historia, en una universidad catalana, convencido de que la Guerra Civil fue un enfrentamiento de Cataluña contra España. Y no se trata de algo aislado, por desgracia, sino de los lodos que trajeron aquellos polvos (¿se dice así?).

En fin. Volviendo a los Borbón, la pregunta es: ¿hay que mandar al exilio a la familia real para ver cómo solucionamos la cosa? ¿Proclamar la Tercera República como si no tuviéramos malas experiencias anteriores? Los españoles, a lo largo de los siglos, hemos dado muestras de gran tremendismo, de tratar de solucionar los problemas arrasando todo para empezar de cero, como si de una operación radical de limpieza se tratara. Incapaces, aparentemente, de aprovechar lo que está bien construido para restaurar desde ese punto; conservar y restaurar, dos conceptos que se nos escapan en todos los terrenos, no sólo el político.

Aún no he leído este libro así que paladeo ya el gusto por hacerlo en cuanto acabe el que me ocupa ahora. Sí he leído varios libros anteriores del historiador de Reading y aseguro a quien no lo haya hecho que se trata de viajes inolvidables por su rigor, buena escritura y excelente trazo del dibujo de la historia.

Su mirada es admirativa pero implacable; que nadie se llame a engaño. Elliott ha contribuido a desterrar estereotipos pero sin elaborar hagiografías de ninguna clase. Su retrato del Conde Duque no queda atrás del que pintó Velázquez, sobre caballo encabritado, ese jorobadito autoritario que tanto poder tuvo y tanta compasión puede llegar a inspirar en las páginas de El Conde Duque de Olivares (1986) o en Mil seiscientos cuarenta, la monarquía en crisis (1992).

Al profesor emérito de Oxford le parece que los jóvenes españoles no saben calibrar el esfuerzo que supuso para varias generaciones de sus compatriotas levantar el país y conducirlo a lo que es ahora. No lo han vivido y, aparentemente, nadie se lo ha sabido contar. Levantar banderas al canto alegre de la independencia sin indagar más, puede ser un error de sus tempranas vidas. Pero, al fin, la juventud es el momento de los errores; eso, también.  El que ya no cumple los 30 es el responsable de la tontería que puede costar cara. Un ex joven que se llama Mas, sin mayor acentuación.

7 Comments
  1. bauer says

    De ser «agnóstico» y no querer saber nada, he pasado a nacionalista y a independentista. Les aseguro que sé perfectamente la historia de España, Catalunya y más paises y naciones, por lo menos la que esta escrita y más aceptada y conociendola bien, me he convertido en independentista, no por la historia, sino por la realidad de los últimos 30 años. Parte del pueblo catalán está harto (no sé si mucha o poca), yo personalmente de los políticos españoles y de los catalanes también. Primero debería de haber una regeneración demócratica en Catalunya, y si en ese impasse la misma regeneración no se produce en España, irnos. Por lo demás si cogemos ahora la independencia, soportaremos a menos corruptos, pero seguiremos estando dirigidos por chorizos. Es el mal menor? pues no lo sé, pero a alguien que se que es un corrupto yo no le voto, ni le quiero de presidente de mi comunidad de vecinos.
    Es un tema de hartazgo en tiempos modernos, más que de historia, no lo duden.

  2. inteligibilidad says

    «Le preocupa que los jóvenes catalanes hayan aprendido una historia falsa». Señora Huelves, o proporciona una cita del autor que transmita esa idea o ha caído usted en una falacia ya que de «Ya hay una nueva generación en la España oriental que corre el peligro de alcanzar la madurez bajo la impresión de que la historia de su territorio natal se detiene en las orillas del Ebro» no se desprende lógicamente su afirmación. Una cosa es «incompleta», «parcial», «estrecha», «reducida» y otra cosa muy distinta es «falsa». Está muy clara su opinión sobre el tema pero, por favor, utilice argumentos rigurosos.

  3. Llorente says

    Necesitada está Cataluña de regeneración, pues tal parece que desde el ‘caso banca catalana’ todos los asuntos turbios tengan su origen en esa comunidad. Será por dinero.

  4. EH says

    En efecto, de trata de palabras textuales del hispanista británico,inteligibilidad, tal como indican las comillas, la bastardilla y la mención al final de la frase.

  5. Y más says

    Va a ser por dinero, sí.

  6. me says

    Son los catalanes leistas?

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