Desigualdad para todos

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El profesor Robert Reich (izda.) y el director de 'Inequality for all', Jacob Kornbluth. / inequalityforall.com

El presidente Obama se ha mostrado dispuesto a estimular a la maltratada clase media americana en su discurso sobre el Estado de la Unión. Tiene gracia que esto ocurra en la patria del capitalismo salvaje mientras en Europa, el Banco Central y Bruselas siguen empeñados en empobrecerla cada vez más con la complicidad, expresa o tácita, de los políticos que presuntamente nos representan.

A estas alturas todos hemos aprendido cómo ganan el dinero las empresas financieras, como se arruinan por la avaricia sin medida y cómo pagamos los demás las cuentas de su comportamiento delictivo. Cómo nos roban.

Charles Ferguson contó en Inside Job la caída de Lehman Brothers y las razones ocultas de la debacle. Miles de libros también lo cuentan, pero nuestra natural pereza se deja seducir mejor por las pelis.

Hay una película de Jacob Kornbluth, Inequality for all, que se ha presentado en el festival de Sundance, en la que se muestra cómo la riqueza se ha venido repartiendo de manera distinta según de quién sea el bolsillo, en los Estados Unidos. Sospecho que ese ejemplo puede extrapolarse a España y hasta a Suecia, si me apuran el pesimismo.

Para hacer la película, el director se apoya en el conocimiento del profesor Robert Reich, cuyo libro Aftershock, the next economy and America’s future (Knopf Doubleday 2010), sobre qué ha pasado en América antes, durante y después del golpe financiero, animó al cineasta a conocerlo y a convencerle de su proyecto. Total, se trataba de demostrar cómo el dinero cada vez más se queda en menos manos y va asfixiando a la clase media hasta conducirla al arroyo. Imposible que esto no nos suene muy familiar.

El problema real es de carácter estructural, y se basa en la concentración creciente de ganancias y riqueza en la cúspide de la pirámide social mientras las clases medias ven mermados sus sueldos y se tienen  que endeudar cada vez más para mantener cierta decencia de nivel de vida”, insiste ante quien se le ponga por delante.

El profesor Reich, de la Universidad californiana de Berkeley, es un firme defensor de la cosa pública, aunque al estilo americano. Como buen demócrata –trabajó con Clinton y antes con Carter y Ford- está convencido de que hay que pagar impuestos, sólo que éstos deben ser proporcionados a las ganancias de la gente, nada que parezca disparatado.

Coincide con Tony Judt en señalar que la realidad se empezó a poner mal a finales de los setenta y se acabó de pervertir a lo largo de los ochenta. En España, tuvimos el cuadro muy dibujado con el primer gobierno socialista y los que le siguieron. No querría enfadarles recordando la cultura del pelotazo, la beautiful people, y esos desengaños que nos llevamos los más tontainas por aquel entonces. Aquél ministro navarro de Economía que no se cansó de repetir cómo en España uno podía hacerse rico en un pis pas. Mejor no preguntar a costa de quién.

Lo que ha quedado claro es que la desregularización del mercado -aquí vale todo y que gane el más bestia- dio en crear una selva de depredadores cuyos errores tienen la garantía del Estado: los pagamos todos solidariamente. Pero las ganancias son sólo para ellos.

Kornbluth se propone con la película enseñar a la gente a relacionarse con la economía, cambiar su chip cuando piensa en economía, de ahí que la película sea didáctica en buena medida. No pretende, como él mismo ha dicho, tomar el palacio de invierno, sino enseñar a pescar. Los de la Plataforma En Pie, quizás podrían verla antes de asediar ninguna plaza.

Para poder realizar el film y ponerlo al público, los autores emprendieron una campaña que dio sus frutos. Esto me da pie a contarles lo que sin duda ustedes ya saben o intuyen: cómo usar las redes para las buenas causas. Otro día.

Ahora interesa saber si podremos ver aquí esta película que puede darnos una idea de cómo desasnarnos en materia económica. Los islandeses están aprendiendo en sus carnes lo importante que es no ser analfabetos financieros. Ojalá que lleguemos a verlo en España.

5 Comments
  1. pepelu209 says

    El ministro navarro de nefasto recuerdo es Carlos Solchaga, que estará ocupando un pedazo de cargo en alguna empresa privada a la que benefició cuando ocupaba el ministerio

  2. MAra9 says

    Importante artículo y seguro que imprescindible película

  3. me says

    Habrá que ver lo que le dejan hacer los republicanos a Obama. Como no tiene otras eleccioes por delante, debería actuar por su cuenta y ejercer el poder que le hemos dado la mayoría.

  4. Y más says

    Invoquemos a las gónadas de Obama, pues. Aúpa.

  5. me says

    Aupa, gracias por la palabreja.

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