A propósito de Berguer

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Pascual García

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Treat Willians interpretando a George Berguer en Hair. / Captura YouTube

Me econtraba allí en una misión rutinaria de vigilancia: otro marrón del teniente O’Hara. Había un montón de negros. El aeródromo militar de New Port estaba abarrotado de ellos. Debía de ser 1967, o 1968. No sé. Los negros estaban allí esperando el vuelo que iba a llevarles a la selva esa de la que todos los negros regresan con una pata de madera, pero no parecía que se dieran cuenta de lo de la pata de madera, y las tías que les besaban y les abrazaban, tampoco. Aquello no me gustaba, y aunque no hice ningún movimiento mientras liaban su hierba delante de mis narices en la zona de embarque, debieron de adivinar algo en mis ojos, en mis zapatos viejos y sucios de policía. Lo cierto es que me escupieron en la cara. Varios de ellos me escupieron en la cara la saliva más blanca y espesa que nunca haya sentido en la piel. Era pegajosa, como la espuma que babean los camellos. Así que desenfundé mi pistola, les apunté a la cresta y empecé a hacer mi trabajo.

– Sargento,  por Dios, no cometa una locura, me dijo Berguer, el tío que habían embarcado por error para la guerra del Vietnam hacía apenas un año, cuando el rodaje de Hair, la película esa de los hippys.

– Tranquilo, Berguer, solo voy a poner un poco de orden en este embarque de los cojones… Señores, sepárense de sus negras, a la de uno…

– Pero sargento, son de los nuestros. Nos ayudan a matar vietnamitas… Escuchan a Jimi Hendrix…

– A la de uno… a la de dos… a la de tres…

Como nadie se separaba de su negra empecé a vaciar cargadores. Unos cuantos cayeron… Iban cayendo a quince, veinte, treinta metros… Algunos murieron,  pero se lo expliqué al teniente O’Hara y el teniente O’Hara lo entendió de inmediato… Desgraciadamente, Berguer, que era un sentimental, también cayó en la maldita refriega… Fue el único blanco que murió allí… Berguer nunca tuvo suerte, y a pesar de lo que todo el mundo cree, no murió en Vietnam, sino en el aeródromo militar de New Port durante una misión rutinaria… Malditos hippys.

2 Comments
  1. Manolo says

    Muy, pero que muy bueno; por fin alguien dice la verdad sobre Berguer.

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