La ‘Generación beat’, de moda

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Cubierta del libro de Jean-François Duval.

Exposiciones este verano en Alemania y Francia donde han cosechado un gran éxito de público, conferencias y seminarios sobre ellos… desde la publicación, hace un año, del libro de Jean François DuvalKerouac y la generación beat, que acaba de ser publicado ahora entre nosotros por Anagrama, los escritores agrupados en torno a este grupo vuelven a estar de moda en Europa. En realidad nunca dejaron de estarlo, de una u otra manera, y tiene gracia que, según se suceden las modas, se pongan en candelero uno u otro de sus componentes. Que si Ginsberg en los momentos del hipismo más florido, que si Borroughs, aprovechando que su amigo Paul Bowles se encontraba ya viejito en Tánger y había que rendirle homenaje porque sus libros volvían a venderse y había que reivindicar el mundo de lo alucinante y los almuerzos desnudos, que si Ferlinguetti cuando nos poníamos estupendos y queríamos pasmar con nuestro saber underground a los amigos, que si Ken Kesey y la reivindicación más nihilista y ciertamente melancólica del grupo, y, desde luego, Jack Kerouac, no porque fuera el más dotado literariamente –al lado de Ginsberg o Burroughs es autor que palidece–, aunque en este libro se le compara en importancia a James Joyce y William Faulkner lo que para mí constituye una autosugestión, por no decir una tontería, sino por la enorme importancia en haber captado lo que se ha constituido en un símbolo pertinaz del imaginario colectivo de los Estados Unidos a través de varias generaciones: la de la carretera como única alternativa a la libertad individual, como consecuencia lógica de aquel huir  a los bosques tan presente en el inconsciente de algunos norteamericanos en el siglo XIX. Entre Kerouac y Thoreau a veces se produce una diferencia muy sutil: la que separa la cabaña del bosque  a la carretera de la Ruta 66, pero esa diferencia que para muchos es abismal, en realidad no es tanta, ya que el camino es el equivalente del siglo XX a la profundidad del bosque. Da igual donde te lleve, lo importante es estar en él. La verdad es que Antonio Machado lo dijo en verso de manera inequívoca y bella.

El libro, pues, incide en Kerouac como núcleo central del grupo, o por lo menos su concepción de On the Road, el camino físico que es un trasunto del camino que acontece en el espíritu de cada uno. Quizá uno no esté de acuerdo con ciertas premisas pero sí podemos afirmar que muchos opinan que es el libro definitivo, referencial sobre este grupo y, desde luego, si atendemos al material fotográfico, a la bibliografía, a las múltiples entrevistas con miembros de la generación que en el momento en que Duval se las hizo aún estaban vivos podemos decir que es probable que haya bastante de verdad en ello. Yo, desde luego, que no soy un especialista en la generación pero que la he leído y apreciado, no tengo referencia alguna de que se haya publicado un trabajo de características similares. El libro, por ejemplo, presenta un Quién es quién, que abarca una cuarentena de personas, donde prácticamente no se le escapa nadie que tuviera relación con el grupo, y la cronología es tan exhaustiva que abarca desde el nacimiento de Borroughs en 1914 hasta que se estrena en 2012 On the Road, dirigida por Walter Salles y producida por Francis Ford Coppola, que es el dueño de los derechos de explotación de la obra de Jack Kerouac desde hace más de veinte años.

Tanto incidió el contenido de la obra de Kerouac en el imaginario colectivo americano que Easy Ryder es la consecuencia lógica en la simbología pop de En el camino. En este sentido podemos decir que al ser este libro casi el manual perfecto de la Generación Beat, pocas de sus consecuencias se escapan a la mirada de Duval. Pero el libro, al ser elaborado de manera inteligente, es poliédrico, sujeto a muchas interpretaciones. Atendamos a lo que dice Ginsberg de la Generación Beat: “Nunca existió ningún movimiento beat. Simplemente hace cincuenta años que conocí a Borroughs y Kerouac”, es decir, eran simplemente un grupo de amigos y poco más, y, más tarde, añade: “ La clave de todo esto se debió a un apelativo estereotipado que nos endosaron los medios después de que John Clellon Holmes, el autor de la novela Go, la utilizara en un artículo del New York Magazine en1952”

Atendamos a la fecha, sesenta y dos años nos separan de aquel primer calificativo que definió a una generación que pasa por ser la impulsora de los movimientos de protesta en los Estados Unidos, la psicodelia, el underground, el hippismo, la homosexualidad, la moda de la carretera como elemento mítico de libertad, la apertura mental que ofrecen las drogas… y todo esto apenas mediado el siglo XX. … y fue en 1956 cuando se produjo la primera reseña a En la carretera de Jack Kerouac, que le alzó a ser un autor representativo de la nueva cultura americana, un autor cuya fama dejó chica a la del mismísimo J.D. Salinger. Pero si nos preguntamos sobre la razón de que esta Generación haya sido tan mitificada, lo cierto es que no encontraremos respuestas definitivas, ni siquiera adecuadas: en una entrevista a Carolyn, la mujer de Neal Cassidy, el Dean Moriarty de On the Road, ella dice que no termina de entender la imagen de rebeldía que la juventud de los sesenta recibió de los beat, y pone como ejemplo a Kerouac, de quien dice “Era un hombre tímido, escindido entre sus convicciones católicas y budistas”.

Un libro, en definitiva, de una importancia capital. Del espléndido capítulo de las entrevistas destaco la que se realiza a Timothy Leary, el gurú de las drogas, poco antes de morir.

¿No nos habremos puesto un poco nostálgicos?

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