Ante el estreno de Capitán Phillips, de la que habíamos visto el trailer y leído algo, teníamos sensaciones contradictorias. Por un lado, pensábamos que era una historia sin posibilidades y su protagonista dejaba mucho que desear, y por otro, su director era uno de nuestros preferidos. En la balanza pesó más el oficio de Greengrass que las limitaciones de Hanks y decidimos ir a verla. No nos equivocamos.
La película, como el barco asaltado, está capitaneada con mucha profesionalidad por Tom Hanks (Philadelphia, Salvar al soldado Ryan, La milla verde…), quien, aunque no sea nuestro actor preferido, antes bien, nos parezca bastante limitado en la mayoría de sus películas, hemos de reconocer que en esta cinta su interpretación está a la altura de los requerimientos de un director exigente y consigue un elevado nivel interpretativo; tanto, que auguramos, cuando menos, una candidatura a los Oscar 2014.
No obstante, el verdadero artífice es su director, Paul Greengrass (Bloody Sunday, El mito de Bourne, El ultimátum de Bourne…), que es, sobre todo, un especialista en rodajes en lugares cerrados y situaciones claustrofóbicas, recuérdese United 93. En esta ocasión vuelve a mostrar su capacidad de concentrar todos ingredientes del drama en unos planos intensos, sobre todo primeros planos, pero también en las escenas abiertas en el mar, ensamblándolos después en el montaje con pulso y acierto, logrando mantener de esta manera el ritmo de una narración esencial y esquemática sin que decaiga el interés en ningún momento del metraje.
Y ello sobre una historia -basada en el libro que escribió el propio capitán Phillips- a priori complicada de llevar a la pantalla: el secuestro de un mercante de bandera estadounidense por un grupo de piratas somalíes, que encontraron una firme oposición estratégica por parte de la tripulación y terminaron reteniendo al capitán como rehén mientras intentaban alcanzar las costas de Somalia.
Además, el director inglés sabe sacar partido de todos los actores, aunque no sean profesionales, como sucede en este caso con quienes interpretan a los asaltantes, a la cabeza de los cuales está Barkhad Abdi, cuya brillante actuación contenida resume la desesperación, frialdad y determinación de estos hombres de pueblos olvidados que ven pasar junto a sus costas sin futuro cientos de barcos cargados de mercancías con destino a tierras más prósperas.
Al margen de la parafernalia y exhibición de poderío de la marina estadounidense en un momento de la historia, la película tiene el acierto de resumir de manera objetiva y sin tomar partido la situación desesperada de estos piratas y sus motivaciones, dejando al espectador la tarea de extraer sus propias conclusiones morales. Además, la narración plantea hábilmente el paralelismo, la comparación o la “rivalidad solidaria” que se establece entre el capitán Phillips y el líder de los piratas, ambos hombres de mar, inteligentes y nobles, pero con objetivos distintos, que han de enfrentarse, quizá por situaciones impuestas o que ellos no han contribuido a crear, siendo capaces de comprender y entender las razones del otro.
Capitán Phillips es una película emocionante, ágil, entretenida y bien concebida. Una lección magistral de rodaje, dirección y montaje sobre una historia desarrollada en un barco y protagonizada de manera sobresaliente por Tom Hanks y un grupo de meritorios actores desconocidos, que logra mantener la tensión de la narración y la atención del espectador durante las dos horas que dura.
Tom Hanks, actor limitado? y usted es crítico de cine o es una broma?