Séptimo: descenso sin ascensor

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SEPTIMO_CLa presencia de Ricardo Darín es garantía suficiente para ir a ver una película, si nos olvidamos de algunos deslices cinematográficos cometidos últimamente por este solvente actor argentino. No tenemos nada que objetar que le dé réplica Belén Rueda, que suele elegir bien sus papeles, aunque no seamos especialmente seguidores de su trabajo. Pero si además tenemos a Patxi Amezcua en la dirección, de quien pudimos disfrutar bastante con su iniciación en 25 Kilates, la cosa pinta bien.

Y así es durante aproximadamente quince minutos. Los que dura la presentación de los personajes y el contexto porteño, desde los créditos hasta el planteamiento de la tesis de este thriller urbano: los hijos de la pareja protagonista, separada, ella española, él argentino, son secuestrados mientras bajaban andando las escaleras de la casa materna, en el séptimo piso, donde había ido el padre a recogerlos para llevarlos al colegio.

A partir de aquí, gracias a un guión sin solvencia y basado en una sola idea, asistimos a un espectáculo de idas y venidas del padre por los pisos del edificio, a la desesperación pasiva de la madre y a la presentación de una retahíla de sospechosos habituales y poco consistentes, mientras la interpretación de Darín se va diluyendo en la hiperactividad vacía su personaje aferrado a un móvil y la de Rueda en una mirada petrificada por un papel sin sustancia y una cirugía desafortunada.

Séptimo es una película de género que desgraciadamente no trasmite emoción, tensión o expectación ni genera ningún desasosiego ni interés en saber el paradero de estos niños, porque ni siquiera sabemos las motivaciones de los posibles autores, la sospecha sobre los cuales se evapora tan sólo un instante después de ser presentada por orden de lista para ir ganando tiempo y rellenando con situaciones de tránsito una película sin argumento. Algunas tramas inacabadas nos parecen más interesantes que la principal, que se solventa en 88 minutos de una manera un tanto irreal.

Nosotros, además, cometimos el error de leer la opinión de un colega en el diario nacional de más prestigio, por lo menos en la transición, cuando era independiente y de la mañana, quien nos soltó con toda la desfachatez un spoiler avisado, y ya sabíamos el final, con lo que nos perdimos la única sorpresa que cimenta  y da sentido a la película.

Séptimo se convierte así en otro tropezón en la carrera de Darín desde Elefante blanco y en la decepción de Amezcua, a quien augurábamos éxito desde su primera película anteriormente mencionada. Séptimo es en realidad un descenso en muchos sentidos y sin ascensor.

2 Comments
  1. celine says

    Vaya; bien que lo siento. Me alegra que vuelva usted por estos pagos, Serrano.

  2. Lara says

    Esta película me producía un conflicto: Darín – SI vs. Rueda – NO… Visto, lo visto…, invertiré el dinero en otra película. Gracias

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