La reforma laboral tortura a los periodistas del Grupo Zeta e Intereconomía

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Trabajadores del Grupo Zeta, durante la protesta realizada en Madrid ante la sala donde se proyectó el pasado 23 de diciembre una película de la productora de Asensio. / @ComitePeriodico
Actualización a las 11:00 horas del 11-01-2014 con el acuerdo alcanzado entre trabajadores y dirección del Grupo Zeta

La dirección de Grupo Zeta ha decidido retirar el procedimiento laboral de modificación de condiciones de trabajo que amenazaba con reducir un 25% los salarios de toda la plantilla y a cambio comenzar, el próximo lunes, una negociación que durará hasta final de mes. En ese período las partes estarán asistidas de un mediador que nombrará la Autoridad Laboral y que los trabajadores quieren que tenga un perfil técnico y solvencia acreditada en conflictos laborales.

La plantilla está satisfecha con este primer paso de la empresa aunque saben que la negociación será difícil porque ellos pretenden mantener su petición inicial, que los sacrificios se repartan entre el propietario,los directivos y la plantilla. De momento y como prueba de buena voluntad han retirado la huelga de firmas y de cumplimiento estricto de jornada laboral. Sin embargo, los trabajadores no han retirado las denuncias que presentaron ante Inspección de Trabajo por la falta de registro de los convenios colectivos, aunque probablemente si el proceso se cierra con acuerdo el 31 de enero, se deberían registrar un nuevo documento que refunda todos los conceptos de los anteriores.

Tengo que discrepar con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, cuando decía que el conflicto de las basuras en la ciudad se había solucionado gracias a la flexibilidad de la reforma laboral. Entiendo, y no creo que sea la única, que la reforma permite a la empresa hacer todo mal y a los trabajadores pagar por ello, sometiéndoles a un prolongado período de incertidumbre que a veces sólo se soluciona en los tribunales. En el periodismo, el añadido está en que se trabaja con material sensible, el derecho a la información de los ciudadanos, que se ve comprometido cuando en las redacciones hay tanta tensión, como ocurre ahora en las del Grupo Zeta e Intereconomía.

El próximo lunes finaliza el período de 15 días para alcanzar un acuerdo de reducción de salarios que afecta a  700 trabajadores del Grupo Zeta. A pesar de lo brutal de la medida propuesta (25% de rebaja que se une al 8% aprobado el año 2012), la dirección se niega a negociar. Los trabajadores pidieron documentación relativa al crédito sindicado, a las actas que ha levantado Hacienda o al préstamo que Grupo Zeta concedió a una empresa del dueño, Antonio Asensio, y siguen pensando que la dirección pretende que todo el sacrificio lo hagan los trabajadores y que el propietario no arriesga nada en las deudas del grupo.

Tras 21 días en huelga de firmas sin resultado alguno, han enviado una carta a los bancos acreedores en el crédito sindicado y a la Agencia Tributaria para que relajen sus exigencias y entre todos evitar el supuesto concurso de acreedores con el que la dirección amenaza a la plantilla, ya que si se da esa situación, todos tendrían que aceptar importantes quitas. Cuando se agote el plazo, si no se ha llegado al acuerdo, la empresa dispondrá de otros quince días más de incertidumbre para la plantilla, mientras se lo comunica a la Autoridad Laboral.

Casi 200 trabajadores afectados por el cierre de La Gaceta y el ERE de Intereconomía Televisión han empezado el año como acabaron el pasado: con muchos meses sin cobrar su nómina, con escasas posibilidades de cobrarla y sin trabajo. La empresa tiene buenas palabras pero pocas posibilidades de cumplirlas y los trabajadores se agarran a cualquier esperanza, por mínima que sea, para creer que cobrarán pronto.

La plantilla de La Gaceta recibió, por sorpresa, el día 25 de diciembre, la noticia de que se cerraba la edición en papel del diario. Aunque llevaban siete meses sin cobrar, seguían trabajando y sacando adelante cada número. Desde esa fecha, los 52 afectados, están de permiso retribuido hasta que lleguen a un acuerdo sobre el expediente de despido colectivo y las sumas que se les deben. La empresa aún no les ha comunicado qué indemnización está dispuesta a pagarles, aunque sí les ha adelantado que pretende pagarlas en varios meses. En cuanto a las nóminas pendientes, que al finalizar enero serán ocho, tampoco las han cobrado todavía. La principal preocupación de la plantilla es tener una garantía de cobro, en un grupo ahogado por las deudas.

En igual situación están los 130 trabajadores de Intereconomía Televisión. Tras varios días de huelga en el mes de diciembre por el impago de ocho nóminas, ante la falta de viabilidad y liquidez, empresa y trabajadores llegaron al acuerdo de presentar un expediente de despido colectivo, al que se pueden adherir los trabajadores que quieran. Según han informado a cuartopoder.es desde el medio, se marcharán casi todos, porque las perspectivas de trabajo son mínimas. El grupo de Julio Ariza está negociando con el Real Madrid la venta de su señal de televisión NET TV, y los trabajadores esperan que el dinero de esa operación sea para pagarles las nóminas que les deben y las indemnizaciones. Sin embargo, hay muchas dudas porque la venta no está cerrada y todavía hay trabajadores que se marcharon voluntariamente hace varios meses que no han cobrado el finiquito.

Si finalmente se cierra la venta, Intereconomía solo dispondrá de una señal para emitir, Bussiness TV, que puede verse en Madrid y la Comunidad Valenciana. Su continuidad será muy difícil por la pérdida de audiencia y publicidad que supone. En la actualidad, los programas los hacen productoras externas aunque la plantilla no sabe si les están pagando. La situación del grupo es tan crítica que han sido desahuciados de un edificio en la calle Fortuny por no pagar y también tendrán que desalojar los estudios que ocuparon en la Ciudad de la Imagen, que no llegaron a usar por no pagar el montaje del plató. A su vez, la entidad La Caixa les apremia para que le paguen las deudas contraídas. Lo último ha sido hacer una colecta, en el programa El gato al agua, pidiendo a los espectadores ayuda económica. Los trabajadores no esperan ver nada de esos donativos.

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Uno de los programas de 'El gato al agua' con el número de cuenta para hacer donativos sobreimpresionado. / Captura de vídeo de YouTube
4 Comments
  1. KARLOS says

    Como no creen en la democracia ni en el estado de bienestar( que obligatoriamente pagamos todos mensualmente a cuotas impuestas por el Estado), deben ser consecuentes y apechugar con las estafas de Rajoy y su ideología y jefes palmeros como jaleadores imprescindibles que son . Si son varones/hembras deben estar a las duras y a las maduras

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