La obra de Agustí Centelles, en Madrid

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Centelles_exposición
Cubierta del catálogo de la exposición. / fpabloiglesias.es

¿Quién no conoce la foto en la que tres guardias de asalto disparan, parapetados tras dos caballos muertos, en Barcelona, el 19 de julio de 1936?, una instantánea tan emblemática de la Guerra Civil española como la muerte del miliciano en Cerro Muriano que fotografió Robert Capa? La realizó el fotógrafo valenciano Agustí Centelles, uno de los grandes reporteros gráficos españoles de aquellos años y que el tópico periodístico ha denominado “el Capa español” o el “padre del fotorreporterismo en nuestro país”. Nada más alejado de la realidad. Pero con Centelles está ocurriendo lo que en otros ámbitos de la cultura, se pone de relieve un nombre y la consecuencia es que se oscurecen todos los demás, incluida la profesión misma.

El Instituto Cervantes ha inaugurado Todo Centelles. 1934-1939, una muestra de más de cien fotografías del excelente reportero gráfico que fue el valenciano. Son imágenes tomadas durante la II República, el comienzo de la Guerra Civil , el frente de Aragón y, luego, el campo de concentración de Bram, cerca de Carcasona, en Francia, donde fue confinado al final de la contienda. Resulta curioso saber que esta es la segunda exposición que se realiza de Agustí Centelles en Madrid, a pesar de su fama y popularidad: la primera fue en 1937, en plena guerra.

Joaquín y Antón Gasca son los comisarios de la muestra y han contado con la colaboración de Octavi Centelles, que es hijo del fotógrafo. La obra de Centelles, sin embargo, es propiedad del Ministerio de Cultura y como dato curioso, y alarmante, diremos que el Gobierno español compró en 2009 el Archivo fotográfico de Centelles y se lo llevó al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, lo que provocó que la Generalitat de Cataluña protestara con gran malestar porque Agustí Centelles vivió gran parte de su vida en Barcelona y se le considera desde allí un fotógrafo catalán.

La muestra fue inaugurada el miércoles 23 de abril, Día del Libro, en la sede central del Instituto Cervantes por Víctor García de la Concha, director de la institución, y Alfonso Guerra como Director de la Fundación Pablo Iglesias, que ha organizado la exposición. Estará abierta hasta el 25 de mayo: un mes, pues, para que el público pueda conocer a uno de los grandes nombres del fotorreportaje de la prensa española, profesión que tuvo su momento de gloria en los años de la II República y cuya calidad puede compararse con la de otros fotógrafos extranjeros de prensa que otorgaron excelencia a la profesión.

Es probable, pues, que ese sobrenombre un poco tonto de “Robert Capa español” no le haga justicia, ni a él, ni a Capa. Y, sin embargo, hay en las fotos de uno y otro ciertas similitudes, pero si atendemos a otros nombres del momento nos daremos cuenta que esa correspondencia es típica del aire de la época, que unifica en un estilo las diferencias mínimas entre los distintos fotógrafos. Centelles fue memoria viva del reportaje gráfico en España, pero no el único, así, Alfonso, Fernando del Río Ruiz, Bobby Deglané, Díaz Casariego, los que trabajaban en Foto Mayo, gentes que dieron lo mejor de sí mismos en diarios y revistas de la época, como Estampa, Blanco y Negro, Crónica, Ahora, Mundo Gráfico, que se pueden comparar en calidad con The Illustrated London News o L´Illustration, grandes revistas emblemáticas del fotorreporterismo.

Agustí Centelles fue galardonado con el Premio Nacional de Artes Gráficas, en 1984, un año después murió sin que su trabajo, sin embargo, fuera reconocido en su justa medida. Ya digo, el problema de rendir ciertos homenajes es que es muy difícil deslindar unas obras de otras en momentos como la guerra civil donde las fotos de prensa eran esenciales para la propaganda de guerra. Centelles perteneció a una generación significativa del reporterismo gráfico porque fue la primera que logró tener unos sueldos decentes, un reconocimiento profesional digno y, además, asistió a una revolución tecnológica nunca vista antes. Fue una generación que asistió a la invención de la Leica, que revolucionó el modo de hacer fotos: era una máquina rápida, manejable, de bolsillo, diríamos ahora, lo que permitía tomar instantáneas desde cualquier ángulo, con gran rapidez, y con una visión de cámara a veces forzada pero siempre espectacular.

Fueron estos factores los que propiciaron que una personalidad como Centelles descollase en publicaciones como Mundo Gráfico, donde comenzó en 1934, luego en Diario de Madrid y en más de 40 diarios y revistas de la época. Hay una curiosa referencia en esta muestra, algo sorprendente pero que demuestra hasta donde había llegado su especial arte: se exponen 33 reproducciones de fotos de Centelles editadas por publicaciones de Australia entre 1934 y 1938, lo que da idea del nivel de calidad que la obra de este fotógrafo había adquirido y la fama que tenía, capaz de rebasar fronteras en aquellos años, algo bastante inusual en profesiones punteras como era el reporterismo gráfico.

En realidad el reporterismo gráfico en España , si dejamos aparte sus dignos predecesores, se inició como profesión consciente de sus posibilidades a raíz del atentado real en la boda de Alfonso XIII en la calle Mayor. La instantánea que tomó Campoamor, y por la que ABC pagó 23.000 pesetas, lo que era una cifra astronómica para el momento, propició que las revistas y diarios comenzaran a fijarse en el poder de la imagen en las publicaciones. Ello dio lugar a una generación de reporteros gráficos que florecieron sobre todo en la II República y dieron lo mejor de sí mismos en la Guerra Civil, cuando su arte se convirtió por parte de los dos bandos en agitación y propaganda, aunque, todo hay que decirlo, esta vez a favor de los republicanos, donde se concentraban las mejores publicaciones.

Es de agradecer esta muestra porque ayuda a poner de relieve la calidad conseguida en una profesión que hasta ahora en España no ha sido reconocida en lo que merece. Centelles es uno de los grandes pero no el único. Valga esta muestra para revalorizar una profesión , además de su figura.

1 Comment
  1. negras tormentas says

    …aunque, todo hay que decirlo, esta vez a favor de los republicanos, donde se concentraban las mejores publicaciones. Trabajito le cuesta reconocer cosas buenas, aunque sea «a favor de los republicanos».
    Parece que le duele.

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