48 horas en Tokio: la belleza del caos

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Ofelia de Pablo y Javier Zurita (Texto y fotos ©)

Viajes_Tokio
Pequeños pubs llamados 'Izakaya' en Omoide Yokocho, el famoso callejón donde se rodó 'Blade Runner'.

La ciudad más poblada del planeta representa la belleza del caos sin perder un ápice la compostura. Sus 40 millones de habitantes -contando el área metropolitana- funcionan con tecnología nipona en la sangre y su perfecta maquinaria hace que el engranaje de Tokio tenga una extremada lógica. Mujeres con quimono van de compras a las mejores tiendas del mundo junto a las extravagantes adolescentes harajuku. A su lado los mejores chefs de la tierra preparan sus exquisiteces y un poco más allá en el bello templo Meiji Jingu se celebra una boda tradicional. Todo ello aderezado con rascacielos de vértigo y edificios que inundan el paisaje, proyectados por los mejores arquitectos del mundo. La locura racional está servida en 48 horas:

Jornada primera

07.00 Desayuna con jet lag un buen plato de pescado crudo en la lonja de del Mercado Tsukiji después de asistir a la subasta de atún más impresionante del mundo.

10.00 Choque radical. En el barrio de Harayuku podrás ver a las gothic lolitas o las harajuku, unas extrañas chicas vestidas con ropajes entre gótico y sicodélico, adolescentes radicales que se reúnen en esta zona de la ciudad.

12.00 Los mejores diseñadores del mundo se dan cita en Omotesando. Aquí un desfile de diseñadores de alta costura ha desembarcado en la calle más de moda y los principales arquitectos de renombre son los encargados de vestir con singulares edificios las más exquisitas prendas. Destaca la espectacular tienda de Prada creada por Herzog&deMeuron, que es ya un icono de la ciudad, o la impresionante torre de cristal de Dior proyectada por Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa.

14.00 ¡No sin mis fideos! Los tachigui son los lugares donde degustar los suculentos fideos ramén por los que los japoneses sienten verdadera pasión. ¡Hasta han hecho un museo del fideo! Uno no ha estado en Tokio si no sorbe un día los fideos ramén.

16.00 Tradiciones con encanto. Pasea por el Meiji Jingu, un antiguo templo escondido en un hermoso parque que te transportará a la época Edo. Es el lugar donde se celebran las bodas al estilo tradicional. Un numeroso sequito de familiares ataviados con increíbles quimonos –ellos y ellas– dan vueltas alrededor del santuario acompañados por los oficiantes de la ceremonia. Un regreso a las tradiciones más profundas de Japón, a menos de cinco minutos andando de las gothic lolitas. Ver para creer.

20.00 Aglomeración por los cuatro costados. El cruce de Shibuya, donde Bill Murray entre cientos de miles de personas susurra algo al oído de la protagonista de Lost in Translation, es el mayor paso de peatones del mundo. Ha sido mil veces fotografiado, filmado y descrito pero nada es comparable a sentirse arrollado en persona por la multitud humana.

24.00 Déjate sobrecoger por la inmensidad del despliegue urbano que se extiende a tus pies en una planta 50 mientras duermes en el Park Hyatt Tokyo.

Segunda jornada

10.00 Vístete de tebeo. La siguiente parada es Akihabara, el denominado barrio eléctrico y donde otro fenómeno social conquista al viajero. Esta vez el protagonismo lo tienen los cómic de manga, no solo por las inmensas librerías donde hay un mundo dedicado a este tipo de publicación sino, sobre todo, por las chicas de la llamada cultura anime que pasean por el barrio. Una moda de las adolescentes que les lleva a disfrazarse de sus personajes de tebeo favoritos luciendo modelos increíbles que dejan boquiabierto a cualquiera.

12.00 Volar a lo más alto. El barrio de Shinjuku es uno de los grandes espectáculos de la capital. Su fastuoso desfile de rascacielos que desafían todas las leyes de la gravedad tiene su cenit en la mole de granito y acero que es el Ayuntamiento, una estructura catedralicia erigida por Kenzo Tange en 1991. Este edifico formado por dos torres gemelas de 48 plantas tienen una de las mejores vistas de la ciudad en el mirador de la planta 45 desde donde, en días claros, se puede ver el monte Fuji.

20.00 La locura del juego. El patchinko es la droga nacional. Una especie de locura de bolas de acero que nadie entiende bien cómo se juega pero que aturde de tal manera que crea auténticos adictos. El volumen sobrepasa lo permitido por el oído humano y aun así el local está repleto. A los tokiotas les chifla el ruido, así que ¡a unirse a ellos!.

22.00 Sentirse como en Blade Runner. Refúgiate del caos de la ciudad en el callejón de Omoide Yokocho donde Ridley Scott rodó parte de su futurista película. Este pequeño rincón es un oasis donde las linternas rojas colgadas en la puerta de los locales indican que son izakayas, literalmente “casas para beber”, el equivalente a un pub. Son estrechos locales de madera repletos de hombres trajeados bebiendo cerveza y sake después del trabajo. La bebida se puede acompañar con comida ligera como las brochetas de pollo, el yakitori, o el sabroso sashimi.

Cómo llegar

La compañía Swiss ofrece vuelos desde a Tokio

Más información

Para más información sobre Tokio consultar Turismo de Tokio

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