Martin Amis, en la zona de interés

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Cubierta de la novela de Martin Amis.
Cubierta de la novela de Martin Amis.

La última novela de Martin Amis, The Zone of interest, parece haber dado en hueso con sus editores alemán y francés. A pesar de que importantes críticos británicos la han tildado de lo mejor que se ha escrito en el Reino Unido en 25 años, Amis no será publicado ni por Gallimard en Francia ni por Hansen en Alemania, ya que le han negado el honor. En España, Anagrama ha anunciado su salida para el año que viene.

¿A qué viene este portazo de los editores de Amis de toda la vida? Al parecer el polémico escritor se toma a chirigota el holocausto, o al menos, eso es lo que subyace en la negativa, a pesar de que Hansen asegura que se trata de falta de tirón de Amis, que vende poco frente a su compatriota Julian Barnes, y de poca calidad de la novela en cuestión.

Los franceses podrán leerla, sin embargo, porque la editorial Calmann-Lévy, de nombre claramente judío, piensa publicarla, aprovechando la negativa de Gallimard.

Con un toque de humor inglés, cierta flema en el tratamiento de uno de los episodios más espantosos de la historia de la humanidad, Amis recrea un campo de concentración muy similar a Auschwitz, en el que hace evolucionar a personajes, especialmente en las filas de los oficiales nazis al mando, con unas trazas de sarcasmo e ironía para las que hay quien teme que una Europa donde aumentan los neonazis no esté preparada.

Así que se impone la pregunta: ¿dónde están los límites de la creación artística? Una pregunta recurrente que suele asistir a los ágapes más señeros. Hay que acordarse de otro británico, por cierto, Damien Hirst, el escultor de los bichos en formol, seres vivos convertidos en momias decorativas.

O Marina Abramovich, que ha llegado a poner en peligro su vida en más de una instalación. O aquel malnacido que exhibió a un perro callejero, atado a una cadena sin darle bebida ni comida hasta que el pobre animal murió sin que nadie lo socorriera. En fin, dejemos esto.

Los límites del arte a veces chocan con la capacidad de comprensión del ser humano, o con la sensibilidad social o con los grupos de presión.

En la novela, Amis crea varios narradores de entre los jefes nazis del campo, con diferente tratamiento de ironía y humor. Seres humanos, en definitiva, tratados con el estilo corrosivo del que está dotado el escritor británico, a veces puro humor negro, con el que se atreve a mirar de frente al infierno.

Recuerdo las críticas que recibió la película El hundimiento, que acusaban al director de tratar a Hitler como un ser humano. Pues, ¿qué era Hitler, si no? La cuestión es que ni siquiera Hitler tiene la exclusiva del horror y la crueldad. Tempestades de acero –parafraseando el título de Ernst Jünger- las han levantado muchos más. Y las siguen levantando. Véanse los telediarios.

No es la primera vez que Amis escribe sobre el holocausto, ya que es una vieja obsesión que le ha hecho leer mucho al respecto. Pero él mismo dijo, cuando se publicó La flecha del tiempo o la naturaleza de la ofensa (Anagrama, 1996), que sus muchas lecturas al respecto no lograban más que proporcionarle más información, más datos, pero no mejor comprensión de lo ocurrido.

De modo que, lejos de tomarse a la ligera el asunto, Amis lleva mucho tiempo tratando de penetrar en el alma de los protagonistas de una de las mayores vergüenzas de la humanidad. Me parece que ese esfuerzo merece la atención de los lectores y no el rechazo de los editores, por mucho lobby que amenace por detrás.

Tanto el crítico de The Guardian, Alex Preston, como la escritora Joyce Carol Oates, en The New Yorker, ponen la novela muy bien. Esperemos a la traducción.

2 Comments
  1. Enrique Gonzalez Duro says

    Para mi gusto, mal novelista, aburrido. Tal vez por eso, recurre a menudo al escándalo. Tuvo exito años pasados criticando a su propio padre, Kingsley Amis, novelista de mayor prestigio que él y al que acusaba de comunista y lo comparaba con el mismisimo Stalin. Ahora, al parecer frivoliza con el Holocausto. Está muy en la linea del avispado Herralde

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