Clara Janés: “El lenguaje colabora en la evolución continua del pensamiento”

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Clara Janés, nueva académica /
Clara Janés, nueva académica / cervantesvirtual.com

La sesión de este jueves de la Real Academia Española ha elegido a Clara Janés como nueva académica para ocupar el sillón U que había dejado vacante Eduardo García Enterría, tras su fallecimiento, en 2013. Con esta elección, de las 46 sillas que componen la sala de plenos de la Academia, diez habrán sido ocupadas por mujeres, aunque sólo queden 7, contando a la poeta y traductora.  Ocupada la U, quedan todavía vacantes las sillas H, s y K, donde anteriormente se habían sentado Martín de Riquer, José Luis Pinillos y Ana María Matute, respectivamente.

La recién elegida ha comentado a cuartopoder.es que, aparte de ver esta decisión con gran respeto por los académicos que la han propuesto, también presiente "que se trata de una gran responsabilidad".

A la pregunta, clásica y obligada, de qué puede aportar ella a la Institución, Clara Janés ha dicho que “tanto como poeta y prosista como en calidad de traductora trabajo siempre con el lenguaje, lo cual me fascina porque, como dijo Heidegger, el ser del hombre se apoya en el lenguaje y, a su vez, el lenguaje, fruto del pensamiento, colabora en la evolución y configuración continua del pensamiento. Por ello, no me aparto del estudio de los movimientos de la lengua, que son continuos pues la vida misma es movimiento”.

Así que Clara Janés (Barcelona, 1940), licenciada en Filosofía y Letras, y Maître des Lettres por La Sorbona, Universidad de París IV, en Literatura Comparada, puede decirse que, en parte, viene a cubrir el hueco dejado por la muerte de Claudio Guillén, hace ya más de ocho años, cuya aportación también se movía en ese campo, una senda que evoluciona “comparando idiomas, expresiones, viendo préstamos adecuados o no, afinando en los conceptos que la palabra expresa”, que es lo que la poeta piensa que puede aportar.

Si hay que buscar méritos a Clara Janés parece que le sobran cualidades para sentarse junto a otros académicos: están los premios, como el Nacional de Traducción por el conjunto de su obra (1997), el Nacional de las Letras Teresa de Avila (2007), la Medalla del mérito de la República checa (2000), por traducir y dar a conocer a sus autores más notables: Jaroslav Seifert y Vladimir Holan. Premio de la Fundación Tutav, de Turquía (1992) por traducir y difundir a los poetas turcos. Hay más, pero qué más da.

Su valía se muestra en los libros publicados, que tocan poesía y también historia, biografía, novela y ensayo. Entre unas cosas y otras, Janés tiene publicados casi 30 libros de poesía, entre ellos Los secretos del bosque que fue Premio Gil de Biedma de poesía (2002), al menos siete novelas, diez libros más entre ensayos y biografías, varios cuentos y muchos artículos, conferencias y todas esas cosas que engrosan un abultado curriculum. Hace poco, comentábamos en cuartopoder.es su último libro.

Janés no ha pensado aún en el discurso que leerá cuando le toque, pero, preguntada por su “niña bonita”, aunque sean varias, ha dicho a cuartopoder.es que lleva medio año elaborando una carpeta sobre el lenguaje." Empecé al encontrar cuatro páginas de Einstein sobre el tema, y las traduje. Seguí con Heisenberg, que habla mucho de la cuestión en el libro Philosophie. Le Manuscript, de 1942 (lo tengo en francés), traduje un montón de páginas pues, queriendo o sin querer, siempre está detrás el principio de Incertidumbre aplicado a la lengua. Seguí con Wolfgang Pauli y lo que considera la aportación del inconsciente al expresarse. Luego, me fui al nominalismo de Guillermo de Occam, el tema de los universales… En el siglo XX se replantea la cuestión del lenguaje en la ciencia, no les servían las palabras que utilizaba la ciencia clásica”.

Y lo suelta así, de un tirón y sin pensarlo más, para después añadir, con su habitual modestia y entusiasmo: “Quién sabe dónde me llevará eso, pero como soy un ser pasional, sé que desembocará en un texto”.

Conociendo, y habiendo leído a Clara Janés, lo más seguro es que sea la máxima mejor conocida del de Occam la que prime, en todo caso, en su futuro discurso de entrada en la RAE: “En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta”. Pues, eso.

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