Lugo: una de tapas y romanos

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Ofelia de Pablo y Javier Zurita (Texto y fotos ©)

La Caterdal de Lugo es un buen ejemplo de estilo románico con añadidos de gótico. Lo mejor es contemplarla al anochecer.
La Caterdal de Lugo es un buen ejemplo de estilo románico con añadidos de gótico. Lo mejor es contemplarla al anochecer.

Lugo se ha puesto de tiros largos. Disfruta de su espectacular muralla romana declarada Patrimonio de la Humanidad, de su rehabilitando casco antiguo y de las estupendas tapas de su famosa Ruta de los Vinos.

Para comenzar aparca el coche antes de entrar al centro histórico y acércate a la muralla. Este gigante del s.III te recibirá con sus más de dos kilómetros de perímetro, que aún se conserva completo, y sus impresionantes diez puertas. Entra por la del Obispo y llegarás por una calle comercial al centro de la ciudad: la plaza Mayor, un pequeño parque con su quiosco de música rodeado de preciosas casas antiguas con miradores. Tómate un cafetito en una de las terrazas, bajo los pórticos, aquí podrás observar la vida de la ciudad desde un lugar privilegiado. A pocos metros desciende por unas escaleras hasta la catedral, un buen ejemplo de estilo románico con añadidos de gótico. Entra y acércate a la capilla de la Virgen de Ojos Grandes, es la imagen más venerada por los lucenses y una bonita talla policromada del s.XV. También verás la Sagrada Forma que está expuesta siempre, algo que se refleja en el escudo de Galicia.

Desde la catedral cruza la muralla bajo la puerta de Santiago, es una de las más bonitas y mejor conservadas. Aquí está uno de los numerosos accesos a la parte superior de la muralla. El adarve mide entre 4,5 m. y siete metros en la parte más ancha del recorrido, espacio más que suficiente para disfrutar de un buen paseo. Apúntate a dar la famosa “vuelta a la muralla”. Lucenses de todas las edades lo practican a diario, unos corriendo, otros andando y para los visitantes es un estupendo mirador. Dirígete hacia Puerta del Carmen, según subes a la derecha, desde aquí verás el trazado medieval de la ciudad, las casas antiguas construidas al abrigo de la muralla y la ciudad moderna que se extiende hasta el río Miño. Llegarás a la puerta de San Pedro, asómate y mira hacia abajo, verás la corona del santo llena de monedas. Tienes que pedir un deseo y lanzar tu moneda, si aciertas y cae dentro de la corona éste se cumplirá. Desde aquí partía, en época romana, la vía augusta XIX que comunicaba con Astorga. En esta parte de la muralla aún se conservan dos ventanas del piso superior, la llamada A Mosqueira, que se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Puedes continuar la vuelta hasta la Puerta del Obispo o la de Santiago y volver al punto de partida o bien descender aquí y dar una vuelta por las calles comerciales que llevan a la plaza de Santo Domingo.

De tapas y pinchos

Una de las rutas más famosas de la ciudad es la llamada ‘Ruta de los Vinos’, un clásico recorrido que discurre por la calle de la Cruz y la Rúa Nova. Varias decenas de bares te ofrecen su suculenta bandeja de pinchos gratis con la bebida. Los lucenses eligen los bares por la tapa, así A Tasca (c/ de la Cruz 3) tiene fama por su pulpo, en el Mesón da Rúa (c/ Rúa Nova) podrás comer unos estupendos champiñones con picantito o en A nosa terra degustar una tapa de morro u oreja. Para comer tablas de queso sobre barricas de vino acércate A Adega (Plaza del Campo 4). Fuera de estas calles, en la zona del Campo Castillo, también tiene fama el Nevada, con sus excelentes mini sandwiches de tapa y su variada bandeja de pinchos fríos.

A la hora de sentarse a la mesa la cocina lucense destaca por su calidad y variedad de restaurantes. En la Ruta de los Vinos tenemos dos clásicos que se han renovado, el Mesón Alberto, donde no hay que perderse su merluza a la gallega y las filloas con fresas (c/ de la Cruz 4). En el restaurante Casa Campos prueba los Caprichos de Amparo a base de rodaballo, langostino, viera y angulas con salsa tipo marinera todo ello flambeado al whisky.

Un paseo por la historia

¿Quieres construir tu propio mosaico romano? En el Museo Provincial podrás hacerlo si vienes con niños y te apuntas a los juegos interactivos. El Museo, instalado en un convento del s.XV, ha incorporado nuevas salas donde alberga los mosaicos romanos descubiertos recientemente y una colección monográfica del artista gallego Nelson Zúmel, además de sus excelentes colecciones de torques celtas, relojes de sol, pintura del s.XVIII y s. XIX y maquetas de arquitectura popular gallega.

Si quieres conocer más sobre la historia de Lugo haz una escapada al Castro de Viladonga, a 23 km. de la ciudad por la carretera N-640 en dirección a Castro do Rei. Unas edificaciones celtas muy bien conservado donde verás cómo vivían sus antiguos pobladores. Acércate a su museo, es uno de los más populares de este género. Tienen actividades preparadas para enseñar el mundo celta a los niños, incluido un cuento que narra un día en el castro.

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