‘Medea’, con Aitana Sánchez Gijón, abre la temporada de La Abadía

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Aitana Sánchez Gijón en una interpretación de Medea. / Efe
Aitana Sánchez Gijón en una interpretación de Medea. / Efe

Este año el Teatro de la Abadía ha cumplido 20 años desde su fundación. Un teatro que comenzó con visos de marginalidad dorada, por allí andaba un José Luís Gómez que realizó un monólogo antologico de La carta al padre, de Franz Kafka, y que en dos décadas ha conseguido colocarse entre las principales salas escénicas de una ciudad que no hace reparos en ciertos excesos a veces, tanto en calidad como en la cantidad de salas. Por lo pronto este mes regresa con dos obras que ya programó la temporada pasada y que se reponen porque tuvieron tanto éxito que supieron a poco, y regresan a la espera de que en octubre comience el nuevo año: Edipo rey y Medea, dos obras del teatro clásico que fueron las que cerraron la temporada pasada y se pasearon este verano por Festivales de Teatro cosechando aplausos. Dos obras pertenecientes al Teatro de la Ciudad, un proyecto con visos de cooperativa y que crearon los directores Alfredo Sanzo, Andrés Lima y Miguel del Arco en el Teatro de la Abadía en un intento glorioso por volver a interpretar los temas tocados por los clásicos, los orígenes de nuestra escena. Vale decir, volver a visitar a los clásicos greco latinos con una idea de montaje colectivo. La idea se perfiló en junio y ahora vuelve con ansias renovadas.

Así la Medea, con otras siete funciones, en las que podrá verse a Aitana Sánchez Gijón en el papel de Medea y al propio director, Andrés Lima, interpretando al rey Jasón. Un gran clásico de la tragedia griega que por obra y gracia de Lima se ha trastocado en una obra cuyos componentes varios, incluso la música de Jaume Manresa, apuntan a resaltar la figura de esa mujer devorada por una pasión irrefrenable y que, enfrentada al poder omnímodo de Creonte, adquiere rasgos de juicio cósmico. Un papel en que la actriz destaca por su espacial énfasis. No es para menos. Es el papel que toda actriz trágica, o se tenga por tal, tienen que hacer un día u otro.

La tragedia de Sófocles, Edipo rey, ha sido concebida por Sanzol como una tragedia coral e incide en el drama familiar, colectivo. En palabras de su director se ha buscado el contraste entre el drama familiar, íntimo, y de qué manera ese drama repercute en el destino público de la ciudad. El montaje está pensado para realzar esa disyuntiva: una mesa llena de restos de un banquete y donde conviene dar cuenta del buen hacer de Eva Tarancón interpretando a Yocasta y Juan Antonio Lumbreras en el papel de Edipo.

Y con estas reposiciones damos paso al incio de la temporada con un otoño lleno de calidad. Trece espectáculos en los que colaborarán con Madrid en Danza, con el Festival de Otoño a Primavera y con Suma Flamenca, tres de las grandes citas festivaleras del teatro madrileño. Liberto abre la temporada el mismo día 1 de octubre. Se trata de un texto de Gemma Brió que dirige Norbert Martínez y que, traducido al castellano, reproduce el montaje y texto de la obra que ha cosechado este año un gran éxito en Barcelona. Para el 20 de octubre está programado un gran clásico de la escena española, El público, de Federico García Lorca y, más tarde, La respiración, escrita y dirigida por Alfredo Sanzol, y, luego, ya para la primavera, y para inaugurar el nuevo Teatro de la Comedia, otro grande del teatro clásico, La Celestina.

Otras obras programadas van desde Sólo son mujeres y Penal de Ocaña, una adaptación de la novela de la escritora asturiana María Josefa Canellada, que relata la vida de esta mujer que se enroló como enfermera los primeros días de la Guerra Civil, con dirección de Ana Zamora, a los Entremeses, de Cervantes pasando por Triunfo de amor, una hermosa obra ideada con textos y música de Juan del Encina, y que tuvo una enorme acogida en el Festival de Teatro Clásico de Almagro, y La voz descalza, un homenaje a Teresa de Jesús y Juan de la Cruz con textos de ambos, creado por el poeta Juan Carlos Mestre y a los que da voz y música Amancio Prada.

El lujo en la interpretación lo pondrá Concha Velasco, esa incombustible mujer, que se enfrentará al público con un monólogo creado por Ernesto Caballero y dirección de Gerardo Vera. Juana, reina de Castilla, que dará vida, otra vez, de nuevo, a doña Juana la Loca, que es papel interpretado por nuestras grandes actrices según pasan tiempos y modas, desde la escena al cine. Es papel que le va a Concha Velasco como anillo al dedo, ella, que tiene tendencia, ya con la edad, a realizar los grandes papeles trágicos que nunca pudo realizar en su juventud, cuando era chica de la Cruz Roja o chica yeyé, pero siempre chica. Se estrenará con gran boato el 28 de abril, y digo boato porque es una de las obras estrella programadas para la temporada. De esas que no sólo no fallan sino que convierten el año en pródigo.

Una programación donde se atiende a las obras de nuestro clasicismo desde Juan del Encina a Cervantes pasando por Teresa de Jesús y Juan de la Cuz, pero que también se fija en nuestos años treinta: de la Edad de Oro a la Edad de Plata, con los textos adaptados de María Josefa Canellada y la obra, ya clásica, de Lorca.

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