Te lo vendo en inglés, que mola más
La Real Academia Española (RAE) y la de la Publicidad organizaron una jornada de debate el pasado 18 de mayo para analizar las razones por las cuales la publicidad, tanto televisiva como en papel, se ve invadida cada vez más por el inglés, como medio para reforzar lo que se vende, para que se venda mejor. Al fondo de este pasillo verán el vídeo de la campaña que han emprendido ambas academias. Vamos, al final del articulillo.
España es un país de contrastes, ya se sabe, y lo es sobre todo por cómo somos los españoles: gente de contrastes. Negados, por decisión propia, al aprendizaje de idiomas en parte debido a una proverbial timidez y terror a hacer el ridículo, nos vemos contagiados de inglés, inoculado vía intravenosa, por una publicidad agresiva que lo prefiere a la lengua de Cervantes.
Y no se trata de una confrontación de idiomas. Contra lo que ha escrito algún colega, el inglés de la publicidad no es el de Shakespeare, precisamente, sino un conglomerado de expresiones sintéticas que rara vez rozan la poesía. Para la RAE, se trata de entender bien el mensaje, de afinar la comunicación.
La escritora y académica, Soledad Puértolas, estuvo en esa jornada y ha tenido a bien responder algunas preguntas de cuartopoder.es:
– ¿A qué cree que puede deberse el aumento del inglés en la publicidad?
– Vivimos en un mundo globalizado y el inglés se ha impuesto como la lengua más hablada por usuarios residentes en diferentes países en los que se habla otra lengua. Sirve como vehículo de entendimiento y trato. Además, al ser la lengua de un país muy poderoso e influyente, cuenta con gran prestigio. Se ha establecido la idea de que hablar inglés no sólo es útil , sino que es deseable.
– ¿Hay cierta pereza por traducir términos ingleses de las redes sociales o de internet en general? ¿Es que no hay traducción certera?
– Creo que si se acude al inglés es, sobre todo, por lo que antes hemos mencionado: sirve como vehículo y es prestigioso. Algunas veces, sí existe una palabra que expresa la idea que se busca. En ese caso, los que son conscientes del valor y riqueza de la lengua propia, la utilizarán. El asunto es que se trata de una minoría.
– ¿Cree que hay cierto complejo de inferioridad en el hablante español, como dicen?
– Eso es muy difícil de probar. Si hay complejo de inferioridad, es por ignorancia e incultura. La única forma de superar un complejo es indagar en la causa. Si se trata de ignorancia, hay que hacer todo lo posible para remediarla. Invertir en educación y en cultura.
– ¿En qué medida puede influir en el hablante español el que vendan perfumes en inglés, o coches?
– Son artículos de lujo, en su mayoría, los que utilizan el inglés. Se dirigen a un público que admira el tipo de vida que dicha lengua sugiere, pero no sé si influyen en cuanto a la divulgación del inglés.
– No sé si llegaron a alguna conclusión en esas jornadas del día 18.
– En la jornada se escucharon muchas opiniones interesantes. Tengo la impresión de que, para los publicistas, el inglés es una lengua de comunicación muy útil y atractiva. Consideran que forma parte de nuestra vida y de nuestras aspiraciones. También se advertía entre ellos un gran interés por fomentar el uso del español porque los anuncios de mayor calado han sido precisamente los que utilizaban el español. Ese fue el punto de acuerdo: buscar caminos para fomentar el uso del español en publicidad. Se habló de instaurar algo así como un premio anual al mejor anuncio en español.
Y ahí quedó la cosa. Una cavila que el colmo de la estupidez es que, en la cosa eurovisiva de la canción, la representante española cantara en inglés, pero –oh, espanto- los franceses –esos adalides de la francophonie- también enviaron su ración de vulgaridad musical en inglés. ¿Dónde quedó la variedad de Europa? Del pensamiento único pasamos al idioma único. La única conclusión plausible parece ser que el inglés resulta más rentable. Así que, todo por la pasta, I assume?